El Erizo, Cap. 7 "Sombras y Fantasmas", Parte III

Es gracioso como los sueños se convierten en pesadillas rápidamente, de nuevo las imágenes se volvían difusas y todo tomaba forma lentamente, sin duda estaba soñando de nuevo, pero en esta ocasión no sabría que esperar a pesar de que yo quisiera ir en una nueva dirección, pues en realidad no habría forma de saberlo y eso me hacía sentir insegura.
El lugar estaba lleno de luz, y por donde se veía parecía ser un atardecer, estaba yo sola en este lugar tan amplio, sin lugar a dudas se trataba de una estación o una terminal tal vez de aeropuerto, lo que me pareció extraño ya que en verdad había pasado mucho tiempo desde la última vez que había viajado en un avión, en la escena algo me angustiaba aunque era difícil poder decir que era, pero fuese lo que fuese estaba a punto de quebrarme, apenas me movía del asiento en el que esperaba, la angustia me seguía matando.
-¡Mariana!- alguien llamaba, paro la Mariana que esperaba en el asiento no respondía.
-¡Mariana!- la voz seguía llamando, pero la figura seguía inmóvil.
En la escena aparece una figura primero sombría luego reconocible mientras se acercaba a la Mariana que esperaba sentada, para mi gran sorpresa se trataba de Viridiana, esta era la primera vez que soñaba con ella, pero a pesar de eso yo seguía sintiéndome angustiada. Pronto la figura de Viridiana se coloco enfrente de la Mariana que esperaba sentada y le soltó una fuerte bofetada.
¡Mariana!- la misma voz seguía llamándola, esta vez con más angustia
¡Cómo te atreviste!- reto la malhumorada Viridiana, la Mariana se echo a reír estrepitosamente y replico de una forma soberbia –porque tu lo permitiste.
Viridiana rompió a llorar –No tenias el derecho, no debí permitirlo de ninguna manera-
Mariana bufó y agitó el copete de su cabello como indicando que la situación le fastidiaba, luego logro articular – Me aburres mucho con tus problemas, el nunca fue para ti y eso lo tenías más que claro, el me abrió las puertas a mí y no a ti. Lo que quiere decir que aquí sales sobrando-
¡Mariana, ya basta!- la voz seguía, pero parecía que nadie la escuchaba.
Viridiana se levantó y contestó – Pues tuyo tampoco es, porque a ti te queda poco tiempo, lo tuyo es fugaz, y me quedara la satisfacción de verte caer al precipicio- la expresión de Mariana no cambio seguía altanera.
-Me creaste y ¿me destruirás?, es eso lo que intentas decirme- preguntó Mariana, con expresión de falsa sorpresa.
-No hace falta, tu sola te destruirás, yo solo hare lo que tú eres incapaz de hacer- Explico Viridiana tranquilizándose y tomando aire, la expresión de Mariana al fin había cambiado ahora mostraba curiosidad-¿Y dime como es eso?
Permaneceré hasta el final, como una amiga verdadera, cosa que tú no eres ni serás-
Mariana volvió a su actitud altanera y dijo – Como si eso fuera importante, yo no veo ningún problema que lo hagas, al fin y al cabo es tu vida y si quieres permanecer aquí ese es tu problema-
¡Mariana, por favor!- la voz seguía rogando desde lejos.
Ya lo veras, al final lograras comprender lo esencial- la Mariana que esperaba sentada no volteo a ver, entrecerró los ojos y balbuceo para sí misma – otra vez con esa fregadera de lo esencial- levanto el tono de su voz –Bueno que se traen con eso de lo esencial ¿Qué quieren decir con eso?
Lo sabrás a su debido tiempo, y cuando lo hagas te darás cuenta de lo vacía que estas- Y se retiro por donde llego.
Mariana permaneció aun sentada esperando, la voz seguía gritándole y finalmente pude reconocerla, era yo la que le gritaba solo que no me quería escuchar, la angustia surgía por esa situación, era la impotencia de dejar que todo aquello de hecho sucediera, era la actitud que esperaría encontrar en alguien como Víctor y desde luego que era perturbadoramente increíble ver que yo misma adoptaba esa actitud incluso en sueños, en que me estaba convirtiendo, una gran parte de este sueño seguía siendo difícil de entender y eso incrementaba más la angustia.
Eso termino despertándome, y no había duda de que se trataba de una pesadilla porque estaba sudando de los pies a la cabeza, apague el aparato de sonido, y vi el reloj despertador eran apenas las 2:30, era ilógico pensar que esta semana apenas con unas horas ya pintaba muy sombría y solo me basaba en el hecho de que tenía el presentimiento de que así iba a ser, los contrastes son lo que le dan vida a la vida, y claro no puede haber luz sin un poco de sombra, a pesar de lo que yo quisiera que pasara no podría haber felicidad sin derramar algunas lagrimas, y no habría acción que se quedara sin consecuencias, y no había forma de saber que deparaba el futuro, solo los presentimientos, y hoy ya tenía una mala espina.
Maldito sea el tiempo, hasta el cansancio me había repetido a mi misma que el tiempo lo cura todo, pero hasta donde yo sabía lo único que hacía era todo lo contrario, solo complicar las cosas, ahora ya no estaba tan segura de sobrevivir un día más en mi vida. Odiaba sentirme así, y no había razón lógica para ello, salvo la sensación de estar haciéndole daño a Viridiana, tal vez la culpa era lo que ponía esas imágenes e ideas en mi cabeza, eso dejaba algo que debía resolverse de inmediato si quería avanzar en mi vida, y ya que estaba despierta y con insomnio me pareció apropiado resolver este tema, para que pudiera descansar el tiempo restante.
Me dirigí a la cocina a prepararme un té porque el estomago empezaba a arderme por la gastritis, mientras la cuchara rebotaba a los lados de mi taza de porcelana, con una simpática caricatura del gato Garfield, eso por alguna extraña razón me hacía sentir feliz, y lograba hacerme olvidar del mundo externo y como ayudaba no pensar en mi realidad, me senté en la mesa del comedor y recargue mi cabeza en mi mano izquierda que permanecía apoyada en la mesa, mientras que mi mano libre seguía agitando la cuchara dentro de mi taza para enfriar el té.
Ahora era el momento de dar rienda suelta a las cavilaciones, hacer esto requería de un gran poder de voluntad y un enfoque al cien para poder lograr llegar a una conclusión congruente, eso fue lo que sucedió la semana pasada, y puedo decir que hubo mucho éxito de lo mismo, pero solo había sucedido esa vez antes solo lograba perderme entre más ideas, las respuestas se me escapaban de las manos, pero esta noche no iba a ser así, iba a colocar las cartas en la mesa y descifrar cual sería mi siguiente jugada; Estaba Viridiana y Rodrigo, y entre ellos estoy yo, Viridiana está enamorada de Rodrigo, pero Rodrigo no está interesado en Viridiana, sin embargo ambos tienen una relación más allá de la amistad, la historia se complica cuando entro yo en escena porque de repente Rodrigo muestra interés por mí, y al mismo tiempo yo me convierto en la mejor amiga de Viridiana, indudablemente Viridiana esta celosa de mi por ello, pero como es amiga tanto de Rodrigo como mía trata de mantenerse estable ante la situación, obviamente apenas puede manejarlo, entonces la decisión final recae en mi, aceptar a Rodrigo o no, el no aceptara que es una relación seria, pero ambos sabemos que de decir si eso cambiaria en un abrir y cerrar de ojos, si digo que no probablemente el no lo tomé bien aunque es muy apresurado decir eso, y Viridiana no me dejaría decir no tan pronto, por su obstinación y negación, lo único que podía hacer era posponer la decisión, al menos lo suficiente como para tener una idea de cómo tomarían ambas partes mi decisión, aunque al menos para mí ninguna de las dos parece tener un final feliz.
Mi té ya se había enfriado lo suficiente, aunque aún estaba caliente pero aun así lo engullí lentamente para que su efecto durara un poco más al menos en la mañana, para cuando regrese a la cama ya eran las 3 de la mañana lo que me dejaba con tres horas más de sueño, claro si lograba quedarme dormida rápidamente, cerré los ojos y disminuí la cantidad de respiraciones como intentando dormir a la fuerza, en algún momento logre sedar a mi cuerpo y pude dormir de nuevo.

Continuara en el siguiente capitulo "Contrastes"