Tuesday, July 28, 2009

El Erizo, Cap. 10 "Damisela en Peligro", Parte II

Las imágenes enturbiaban y tomaban forma poco a poco, era difícil establecer si se trataba de un sueño o si estaba despertando de él. ¡Mariana! ¡Mariana!, era la voz de Víctor la que me llamaba, no, no es su voz, mis ojos permitían que la luz cegadora me dejara distinguir la persona que decía esas palabras, era Rodrigo que me sostenía, aparentemente me había salvado de caer en el suelo y lastimarme. Le dije -estoy bien, ya puedes soltarme- y el contestó- Estas enferma literalmente, estas ardiendo en fiebre y además acabas de desvanecerte.
Si pero ya se me está pasando, además no tiene mucho que me tomé mis medicinas- Le dije mientras intentaba reincorporarme, el me detuvo y me colocó de nuevo a mi asiento.
No esta vez déjame tomar las decisiones por ti, de ninguna manera voy a dejarte ir así como estas en este preciso momento, ¿Cómo se te ocurre salir así?, debiste quedarte en casa- dijo un poco molesto y no era para menos.
Lo siento, es que en verdad quería verte y hablar contigo, no quería ser descortés porque esto llevabas planeándolo desde que nos conocimos creo- dije para defenderme.
Ok, tratare de no presionarte, tranquila, no me parece una descortesía que me canceles solo porque enfermaste, de hecho tu salud es lo más importante, y en serio prométeme que la próxima vez que tengas algo que sea de mayor prioridad como la escuela o tu salud, no la pondrás en juego por mi culpa- Hizo un poco más de énfasis en la situación salud de su regaño.
Lo siento, no quiero que te sientas culpable, la verdad es que no pensé que me fuera a desmayar aquí, y de hecho hasta me tome la temperatura y mis medicinas apenas unos minutos antes de venir aquí, tal vez solo sea una descompensación porque también comí- y por las preguntas que me hiciste que no debiste hacer, ahora además también me siento culpable.
Esperaremos unos minutos a ver como reaccionas, y a ver si te llevo a hospital o a un psiquiátrico para que te curen- dijo con un toque de humor negro y de mal gusto.
¿No vas a parar con las malas bromas cierto?- le pregunte.
Lo siento, son parte de mí- contestó, quiero pensar que lo que intentaba era cortar el pesado ambiente que se respiraba.
Esperamos unos cuantos minutos ahí, haciendo y respondiendo cosas triviales y sin sentido, con respuestas simples y que no exigían un elevado nivel de entendimiento, salvo algunas excepciones, para cuando recupere el color de mi piel, yo insistí en que hiciéramos algo más, y se lo hice saber – ¿Oye porque no vamos a ver una película?
Mira a la que no le gustan las bromas de mal gusto,- soltó una risita sarcástica y agregó- pero en caso de que lo digas en serio, tendré que decirte que lo dejemos para otra ocasión, cuando no estés al borde de la muerte te parece.
Ja ja- bien parece que hasta aquí llego mi tarde soñada – Entonces supongo que así será, nos vemos hasta entonces- Me levante con mi dignidad hecha pedazos y tome mis cosas de la mesa, cuando Rodrigo se levanto al mismo tiempo para colocarse a mi lado – Oye mínimo déjame acompañarte hasta tu auto. Y así emprendimos camino a la salida.
Como quieras – le dije con un tono de molestia en la voz.
El no hizo comentario de eso, más que una mueca de desesperación.
Ya me siento mejor, y lista para manejar, lo digo por si eso te preocupa.
Que te estrelles por ahí por tus locuras, no es mi responsabilidad, me da miedo que vayas a matar a alguien, y esto lo hago solamente por cortesía- contesto lentamente.
Obviamente no te creo, y evidentemente tú tampoco, creo que tenemos un problema serio- le dije.
En eso coincido contigo- me estaba dando la razón y eso me generaba una angustia en el pecho, lo cierto es que hoy me había exhibido de una forma que no podía creer capaz de suceder bajo ninguna circunstancia.
¿Te decepcione?- Pregunte sin pensar.
Solo un poco, pero aún me sigues interesando- dijo con calma.
Lo siento de veras- dije y mire en sus ojos negros, profundos y pensativos, me perdí en ellos y sin pensarlo ni darme cuenta me fui acercando a ellos casi como una hipnotizada, y lo besé, era la primera vez que yo tomaba la iniciativa de besarlo, creo que empezaba a entender su absurdo impulso de besarme al verme o eso pensaba hasta que el termino el beso.
Ahora te creo con lo del hervidero bacteriológico, aun no quiero morir sabes- Me dijo.
Y yo le conteste, sabes tú también me decepcionas, no te tomas nada en serio- le dije una vez más molesta y reanudando mi camino al estacionamiento.
Pues creo que entonces esto se podría considerar un empate no crees- dijo mientras intentaba alcanzar mi paso.
Vez, te lo tomas como un juego – le conteste.
No habíamos quedado que esto de ninguna manera iba en serio- se defendió.
De hecho no habíamos quedado en nada – al fin habíamos alcanzado el punto clave de este asunto – nunca entendí a que te referías, pero no se a que quieres jugar, y si no te has dado cuenta ya estamos involucrados emocionalmente como para conformarnos con un sim… - una vez más y sin previo aviso nuestros labios se encontraron pero esta vez no había razón para detener el beso, por ninguna de las dos partes, la emoción y el instinto corrían libres, al menos hasta que la fisiología humana y mi estúpido resfriado nos interrumpieran bruscamente, en ese momento tuve un ataque de tos que cedió rápidamente.
Bueno al menos tu temperatura ya va descendiendo- me dijo mientras me abrazaba, ya estábamos cerca de la salida, y afuera estaba atardeciendo, el clima estaba cómodo de modo que no me afectaría tanto el cambio de temperatura como hace un momento, así alcanzamos mi auto, y le dije – ¿Vas a alguna parte?
Guau, la damisela ofreciendo llevar al caballero, después del heroico rescate, eso sí que es nuevo – me dijo.
Eso quiere decir que no, quiero inquirir-
Temo que debo declinar, vuestra oferta deslumbrante doncella, pero este caballero cabalga en su propio Mustang – dijo con un tono burlón, mientras yo arrancaba y echaba la maquina en reversa.
Baje la ventanilla del auto para decirle – En vista de que eres más un bufón que un caballero, y te has burlado de mi carroza no me queda más remedio, que decirle a usted que sea menester de esta ofrenda – y le enseñe mi dedo amistoso, y ambos reímos.
Ya vete antes de que me arrepienta de dejarte ir- dijo.
Bien nos vemos en otra ocasión. Y cerré la ventana de mi compacto.
Miraba mi imagen en el retrovisor y estaba sonriendo, a pesar de lo extraño que fue el día, me sentía satisfecha todo había resultado bien y había pasado un buen momento, bueno salvo por el susto que de seguro le cause a Rodrigo por mi repentino desmayo. La música acompañaba mi estado de ánimo y ya no se ponía en contra de él. Lo cierto es que ahora ya no se que esperar, el mundo de la nueva Mariana era desconcertante y desconocido, y por ello era simplemente exquisito.

Tuesday, July 21, 2009

El Erizo, Cap. 10 "Damisela en Peligro", Parte I

Este camino se hacía cada vez más frecuente en mi vida que hasta cierto punto daba miedo pensar que casi diario lo cursaba, esta sería la tercera o cuarta vez en menos de una semana, la música era insuficiente para alterar el ambiente, a pesar de cambiar constantemente de pista y dejar una que otra canción para que sonara un poco más que las demás, pero al final terminaba cambiándola de todos modos, eso era desesperante, y así solo deje que sonaran dos melodías completas, para cuando había llegado a mi destino.
Dejé el auto en un buen lugar de aparcamiento, incluso con sombra y eso estaba bien, pero aun había que caminar algunos metros para llegar al punto de reunión, lo extraño es que hasta el día de hoy no había notado lo frío que pueden llegar a ser los centros comerciales, ya que mientras afuera el calor era si bien apenas soportable el mall por otro lado era una hielera, tal vez era porque seguía sensible por estar enferma, pero me estaba congelando así, que antes de ir a reunirme con mi nueva amistad decidí comprar un sweater o algo para taparme, y esa tarea no fue tan sencilla, pues no podía evitar recordar a mi amiga Viridiana y su típico parloteo de moda en mi cabeza mientras intentaba escoger una prenda que por lo menos cumpliera la función, moda sobre comodidad, termine comprando algo que distaba mucho de cubrirme y que para ser sincera ni siquiera yo podía decir que era, solo sé que se veía bien.
Y así camine hasta el centro de la plaza, solo había que bajar las escaleras eléctricas, y mientras lo hacía podía admirar a la distancia la gente que estaba ahí, mis ojos comenzaron la búsqueda del susodicho, aun sin rendir frutos, había unos niños jugando con el agua, mientras su madre los vigilaba, algunos adultos mayores platicando, apoyando sus manos en los bastones con los que se ayudaban en la marcha, un grupo de niñas de alrededor de 15 años de edad que reían plácidamente, y finalmente di con él, a mi acompañante, verlo con otra luz era una experiencia diferente, pues difícilmente podría decir que era extraordinario, de hecho era tan común como cualquier otro chico, pero algo en el me volvía loca.
El notó mi presencia cuando estaba a punto de terminarse la escalera eléctrica, y a punto de llegar a la planta inferior, se puso de pie y me alcanzó justo cuando alcancé el suelo y me dirigí a él. Se inclino para saludarme de beso, pero tuve que detenerlo. Y ante su mirada de extrañeza dije – Soy un hervidero bacteriológico, créeme que no quieres eso en tu sistema.
Tengo un buen sistema inmune, además de algo me tengo que morir- Y como la primera vez que nos conocimos me robó un beso, y como en aquella ocasión no hubo resistencia los primeros segundos, hasta que tome la suficiente fuerza para separarme de él.
Dime una cosa, ¿siempre vas a hacer eso cuando nos veamos?- Pregunte un tanto molesta.
Es algo que está más allá de mi control – contesto mientras sonreía.
Por lo menos la próxima vez avisa para que yo esté lista, además creo sensato que por hoy no tengamos contacto boca-boca-
¿Entonces puro arrimón y nalgadas amistosas?- Preguntó mientras se reía de su chiste.
Que idiota eres- dije algo irritada.
Guau, tranquila esa no era la intención- Se acerco y me rodeo con sus brazos.
Lo que tú quieras, además estas enferma no- dijo suavemente en mi oído.
Pues sí, tú deberías saberlo- le dije.
Por eso te pregunté si querías seguir con esto, porque no lo sé- Dijo con seriedad.
Ya estoy aquí, y la verdad estoy que muero de hambre- dije para seguir con la idea de todo esto, cuanto más pronto se solucione este asunto todo mejor, había muchas cosas que yo quería aclarar con él.
Bien como tú digas- dijo casi inexpresivo.
Así caminamos a la zona donde se encuentran los restaurantes de comida rápida, y pregunte - ¿Por qué aquí y no un restaurante de los que están en la planta baja?-
Y él respondió un poco avergonzado – La realidad es que ando un poco corto de efectivo y esperaba que se te antojara algo rico y barato.
Me quede analizando la información – Pues tienes mucha razón, yo también ando corta de efectivo y la verdad tengo mucha hambre- y el solo hecho de recordar lo ridículamente cara que me salió la ultima ensalada que me zambe apenas una semana atrás, me revolvía el estomago.
Y bien ¿qué prefieres?- Contestó.
Pues como que tengo antojo de una hamburguesa- le contesté.
Así fuimos a un local donde preparaban hamburguesas, yo pedí una hamburguesa simple con papas y refresco pero el pidió una doble y con mil ingredientes que apenas y conocía, más papas y refresco grande, nos quedamos cerca para esperar lo que habíamos ordenado.
¿Y cómo está Viri?- Me preguntó, hablar de mi nueva mejor amiga era una cosa relativamente rara para mí.
Pues está bien- conteste no sabía que más decir, recordé que todos éramos amigos después de todo, así que me sentí segura de decir todo lo que sospechaba – Esta bien, sigue siendo ella misma la mayor parte del tiempo, pero sospecho que esta situación le afecta más de lo que ella deja ver.
Así que tu también lo percibes, eh- me dijo – Yo tampoco me trago ese cuento de que está bien, siempre está tan preocupada por lo que los demás piensan de ella que rara vez deja aflorar lo que siente, y cuando lo hace pues las cosas le pesan más.
Claro, por eso me pediste que le echara un ojo, y si lo comprendo- le dije.
Gracias por hacerme ese favor- Me dijo.
Pero a cambio quiero saber una cosa ¿Qué sientes tu por ella?- era una buena pregunta y además me iba a ayudar a saber más sobre la situación.
Supongo que ella ya te lo habrá contado, es la persona más insegura que conozco y a pesar de eso, encuentra la forma de sobresalir del resto, tiene un talento para eso, pero ella no lo ve así, y por esa razón nunca me arriesgaría a estar con ella, porque siempre me quedara la cuestión de que es si en verdad le importa, lo nuestro; solo una amistad le puedo ofrecer, porque tampoco la quiero dejar de ver, a pesar de todo la necesito.
¿En qué forma la necesitas?- le pregunte, apenas y lograba entender.
Como amiga, sabes que a veces necesitas alguien con quien hablar y ser quien realmente eres, y en ocasiones siento que las verdaderas amistades escasean o no existen, y en ella eso es diferente; sin embargo hay ocasiones en que esa línea que separa la amistad de algo más se distorsiona, es cuando todo se complica, pero supongo que lo hemos ido manejando bien.
Vaya, me dejas anonadada, pero entonces ¿Qué onda conmigo?- pregunté casi por inercia.
Sin que te molestes, lo mismo me he preguntado yo todo este tiempo, ha sido mi encrucijada.
¿Y entonces?-
Es lo que voy a resolver ahora mismo-
Pues yo creo que Viridiana ya te dio bastantes claves “eh brujo”, pero adelante supongo que puedes arrojarme tú mejor bola curva- En ese momento nuestra orden estaba ya lista para ser tomada, Rodrigo se levanto y fue por ellas, la suya superaba en muchos aspectos a mi pequeña hamburguesa a la que desenvolví cuidadosamente, mientras el por el otro lado lo hacía sin mucha precaución así iniciamos nuestra comida, mientras él hacía las preguntas y yo las respondía.
¿Qué piensas de mí?- Preguntó-
Obviamente no podía esperar preguntas sencillas, de hecho no sabía que preguntas esperar así que conteste con lo primero y lo poco que sabía del asunto- Que eres la persona más despreocupada y aventada que conozco, y a pesar de todo hay algo que no me deja confiar plenamente en ti.
¿Ese algo es Viridiana verdad?
Me reí – Obviamente, se lo debo.
¿Y si te gusto?- otra pregunta directa.
Aún es pronto para decirlo, me agradas pero te recomiendo que no fuerces las cosas.
Soltó una leve risa y volvió a arremeter ¿Y quién es Víctor?-
Hubiera sido genial ver la expresión que tendría mi cara ante aquella pregunta, hubiera palidecido, mis ojos hubieran brincado, no lo sabría solo sé que tarde un poco más en hablar – Bien, pues no creo que eso te importe, es algo personal y voy a tratar de resolverlo sola,- pones el dedo en la yaga justo cuando te había dicho que no forzaras las cosas – y aquí si tendré que preguntarte ¿de dónde sale esa pregunta?
Es que vi su comentario en internet y me llamó la atención, le pregunte a Viridiana al respecto, pero como te digo es una buena amiga, no entro en detalles, solo que quería oírlo de ti.
Pues es complicado, si es cierto fue mi “novio” cuando creía en las personas- Dije.
Pues al menos ahora creo que tenemos más en común de lo que crees-
¿A qué te refieres?- pregunté.
A mí también me cuesta trabajo creer en las personas- Dijo.
¿Y porque estás aquí? Insistí.
Soy un ingenuo igual que tú- Su cara sonreía pero después recompuso- ¿Oye estas bien?, desde que te pregunte por tu ex no recuperaste tu color.
En serio, pues me siento bien, normal- y me puse de pie, después de eso todo se nublo solo recuerdo que él se acercaba a mí, y ya no pude sentir nada más…

Tuesday, July 14, 2009

El Erizo, Cap. 9 "Magia y Hechicería", Parte III

Para cuando desperté la mayoría de mis molestias habían desaparecido, como por arte de magia, aunque aun podía sentir un poco de malestar. Inicie mi rutina de las mañanas como cualquier día normal, esta vez tomando un poco más de tiempo para poder dedicarlo al arreglo personal, lo que incluía maquillaje y control del peinado, un desayuno bien balanceado y completo, y obviamente mi dosis de efedrina para que el resfriado no me matará durante el día. Esto me dejo con un buen tiempo de salida del departamento y por ende un buen lugar de estacionamiento, estaba tan feliz que no había notado que el conductor del espacio contiguo era un reciente conocido, cuando me dirigía ya al aula note su presencia.
Hola Gritos- Dije con una sonrisa cordial.
Hola Mariana- Su expresión casi fría intentaba denotar cordialidad.
Veo que ya estas mejor, ni parece que tuvieras un resfriado-
La medicina moderna es una maravilla, podría estar muriendo y no lo parecería- dije con una sonrisa.
Pues me da mucho gusto- contestó.
¿Y a qué se debe el milagro de encontrarme contigo aquí?- Pregunté.
Pues aparte de la coincidencia, he venido a advertirte- Dijo con voz seria.
Ah, si el proyecto, algo mencionó Guille acerca de eso- dije, la noticia me cayó como balde de agua fría y lo peor era que a pesar de que estuviera bien externamente estar enferma hacía que las emociones pasaran de una a otra con tal violencia y de forma tan aplastante y contundente, que me sentía aprisionada en mi propio cuerpo, respirar era difícil, a pesar de aparentar estar sana la verdad era que aún seguía enferma.
No te preocupes, es que Chayo es muy exagerada, en general no nos fue tan mal, es solo cosa de volver a hacer casi todo, eso y va a haber un examen sorpresa- Dijo, pero no entendí si estaba bromeando o si era en serio.
¿Es en serio?
En parte, si quieres te explico lo que sé- la respuesta no era tan alentadora.
En verdad aprecio tu preocupación, pero no creo entenderle, si con trabajos entiendo durante clase, quisiera ser como tú, para entenderlo rápido- dije
No para nada- se defendió – Insisto en que no es tan complicado, y comenzó con su pequeña clase, lo dijo todo de forma gruesa pero de modo que yo lo entendiera, ambos sabíamos que eso no me iba a salvar por las características de los exámenes, pero no estaba de más el esfuerzo.
Seguimos caminando hasta llegar al Aula, pero ya no tenía miedo, de alguna manera me pude preparar mentalmente para afrontar lo que se viniera, me vino muy bien la conversación que tuve con Viridiana la noche pasada, yo también iba a dar lo mejor de mí, y quien sabe a lo mejor yo también me ganaba un intercambio, eso sí que sería genial. Pero hoy tenía que afrontar el reto que tenía por delante, estaba total y plenamente comprometida con esto, aunque las expectativas no eran altas.
Aún no habían llegado por lo que estuve con mi compañero Gritos por unos minutos más, aunque a mi parecer las conversaciones no eran su fuerte, y al menos tampoco el mío, pero era suficiente como para inventarme lo que fuera con tal de pasar el rato.
Y así transcurrieron los minutos hasta que se aparecieron mis compañeros de clase a los que ya esperaba, el primero en acercarse fue Guille – Hola Mariana- Dijo con una sonrisa en el rostro y se acerco para saludarme de beso, luego agregó – Si no hubiera hablado contigo ayer juraría que nos has tomado el pelo-
-Gracias, pero aún así sigo enferma sabes- Dije para cortar un poco el ambiente, después me dirigí a Chayo.
Mira antes de que digas algo, quiero decir que asumo la responsabilidad de lo sucedido, debí ser más responsable y no tomarlo a la ligera, pero hasta yo sé que cualquier escusa que de ahora está de más, y no te culpo por reaccionar así, yo hubiera hecho exactamente lo mismo, y sostengo lo que dije el Lunes, se los voy a compensar- Decir eso me hacía sentir más tranquila sacarlo de mi sistema era mejor, y así mi compromiso se solidificaba si me comprometía verbalmente.
Chayo analizó lo que dije pero aun así continuo con el discurso que tenía en su cabeza, se podía decir por la expresión de su rostro- Mira lo que hayas hecho o hayas dejado de hacer no es de mi incumbencia, lo importante es que en serio asumas tu responsabilidad, y si tal vez no debí reaccionar así y me da gusto que también trates de asimilar como me siento, en verdad me agradas y no quiero arruinar nuestra amistad por un estúpido trabajo- Me alegraba que todos los malentendidos se arreglaran de esta forma hablando.
Estupendo, a mí también me parece, una estupidez perder una amistad por un malentendido- Dije y me acerque a ella para abrazarla.
Para cuando termino nuestra cursi escena el profe ya había entrado al aula, y por ende la lectura estaba a punto de comenzar, así que entramos justo detrás de él para tomar nuestros respectivos asientos.
Buenos días señorita Mariana, ayer la extrañamos por acá- Dijo el profesor mientras yo tomaba asiento, solo le regrese una tonta sonrisa, pues no tenía nada que decir al respecto. Así transcurrieron las horas de tedio a las que estábamos acostumbrados hasta se me había olvidado que había examen sorpresa, gracias a la ayuda de mi amigo Gritos y las clases que recién había tomado, no me parecía un examen tan pesado como el que había hecho la semana pasada, eso no le restaba que tenía su nivel de dificultad, y la velocidad con que fuera resuelto significaba la diferencia entre mucho o poco descanso, aunque eso en realidad no me preocupaba, me concentre en cada pregunta, cada palabra, cada letra e idea que brotaba de mis neuronas, viajaba por mi cuerpo y se transcribía en el papel, pregunta tras pregunta, y los minutos se arrastraban lentamente en el silencio.
Como siempre mis dos compañeros, Guille y Gritos, fueron de los primeros en terminar, cada asiento se fue vaciando de tanto en tanto, y yo seguía concentrada, a lo lejos el silencio iba desapareciendo e iba yendo sustituido por las voces de mis compañeros que como era su costumbre comentaban sus respuestas y lo absurdo de algunas preguntas, tal vez un par de correcciones de lo que alcance a escuchar y ya estaba lista.
Los alcance no sé si tarde, pero con el tiempo justo para ir a almorzar algo, casi no hubo comentarios que no fueran del examen, pero siempre prefiero evitarlos, porque no me gusta sentir que me había equivocado, pero a pesar de eso esta vez no estaba tan perdida, que hasta me cruzo por la mente faltar más seguido solo para que Gritos me explicara.
Regresamos corriendo a clase como ya era costumbre y tomamos nuestros lugares, así transcurrió el resto del día, y casi simultáneamente el efecto de mi medicación iba decreciendo, poner atención e intentar permanecer despierta eran cosas que se odiaban a muerte, y ninguna de las dos parecía ceder, y de a poco el sueño que sentía ganaba terreno, era en parte por el estúpido resfriado.
Al final el tiempo se cumplió, llegue a mi auto casi a rastras, y como pude entre a él, el dueño del auto contiguo se despidió de mí, y yo solo moví la mano en ademán de despedida.
Aun tenía algo más que resolver este día, y necesitaba recargar las baterías para ese momento que cada vez estaba más cerca.

Llegue al departamento, la debilidad se apoderaba casi por completo de mí cuerpo, no sabía si irme a la cama o seguir con el día, de cualquier manera prepare algo ligero para el camino o bien en lo que decidía lo que iba a hacer el día de hoy; tome mi medicación para que lograra hacer efecto tenían que pasar algunas horas, aún tenía unos minutos más de espera y para tomar la decisión, pero en ese instante sonó mi teléfono.
No esperaba llamadas tan temprano pero podía imaginarme quien era.
Bueno- Dijo esa voz tan poco familiar, era difícil reconocerla sin el ruido con la que la había escuchado por primera vez.
Hola- Dije, con singular alegría, tanto que sentí vergüenza de haberlo hecho.
¿Cómo estas, escuche que te enfermaste?- Preguntó
Sí, pero descuida al menos por mi parte los planes no cambian – Dije eso en verdad, apenas hace unos minutos estaba a punto de decidir cancelarlo todo – Además tengo cosas que decirte.
Bueno, entonces te espero en la fuente que está en el centro de la plaza, en unos minutos, por cierto … - Paso bastante tiempo hasta que decidí decir algo.
¿Sucede algo?- Pregunté
No nada, nos vemos allá y te digo, ok, hasta entonces-
Hasta entonces- Y de nuevo el beep pausado del auricular indicaba que nadie me escuchaba del otro lado de la línea.
Tome mis cosas, y por alguna extraña razón mis síntomas habían desaparecido casi por completo, y eso era bastante extraño, tomando en cuenta que aun era bastante pronto para que estas hicieran efecto.
Estando ya en mi auto no podía evitar preguntarme que era, era tensión, emoción, estrés, o es que quizá si es amor, aun era muy temprano para decirse que se trataba de alguna de ellas, y no quería aceptar que cupiera la mínima posibilidad de la última opción. De cualquier manera, parecía que cualquiera de ellas era suficientemente fuerte como para hacerme fuerte, cuando en realidad estaba susceptible por el resfriado, y eso en muchos sentidos superaba a la ciencia de la medicina, sin duda alguna esto era obra de lo desconocido, se trataba de magia y hechicería, una cosa del diablo o una entidad desconocida. O tal vez, tengo mucha fiebre y estoy empezando a delirar, puse el dorso de mi mano en mi frente, pero era estúpido tomarme la temperatura de esa manera, así que no me arriesgue y regrese a mi casa para tomarme la temperatura, solo perdería algunos minutos. 37.2°era lo que marcaba el termómetro, era hasta cierto punto normal, y no un motivo para delirar, así que regrese al plan original y me puse en camino al Mall.

Tuesday, July 07, 2009

El Erizo, Cap. 9 "Magia y Hechicería", Parte II

Desperté porque mi teléfono sonaba como loco, y su sonido taladraba mi cabeza hasta llegar a mi subconsciente en donde estaba tranquila, al fin sentía que estaba descansando, a ritmo semi-lento alcance la bocina, era Guille.
Hola, ¿como estas?- Contesto con su habitual tono de voz, hoy particularmente me parecía increíblemente molesto.
Pues no del todo bien, me siento fatal- conteste no sé si de buena gana, lo cierto es que debía volver pronto a la cama.
En serio, así te oyes ¿qué tienes?- preguntó.
Pues aparte del resfriado una infección, pero ya me siento mejor- Era mejor mentir al fin y al cabo no quería preocupar a nadie, pero para ser honestos me sentía incluso peor que en la mañana, probablemente era la cabeza que me estaba matando en ese momento.
Muy bien entonces te dejo para que descanses, solo queríamos decirte que ya nos regresaron el proyecto, mañana te decimos que correcciones hay que hacer.
¿Y cómo les fue con eso?- ahora si ya me preocupe.
Pues digamos que hiciste bien en quedarte en casa, o más bien que te enfermaras, si no te escuchara hubiera pensado que faltaste a propósito- Era obvio que la idea de llamarme era de Chayo – Chayo esta que no la calienta nada, lo peor es que yo soy el que la tiene que aguantar.
Solté una leve risa ante su comentario y luego un ataque de tos
Bueno te dejo- dijo desde el otro lado del auricular.
Hasta mañana- Dije
¿En serio vas a poder venir mañana?
Pues dijo mi médico que si, además necesito estar allá, hoy descansare.
Bueno como tú consideres adiós-
Adiós- el constante sonido pausado indicaba que ya me había colgado.
Era tarde, y ya moría de hambre. A pesar de estar enferma, también estaba sola de modo que si iba a consentirme por estar sola solo podía ser auto infringido, una gran desventaja de este nuevo estilo de vida tomando en cuenta que no tenía ganas de nada, esa era una razón más para extrañar a mi familia, en estos momentos ya no sabía si la estaba pasando bien o si esto era una broma de mal gusto, en fin como pude prepare un caldo de pollo y un poco de agua de la que había sobrado en alguno de los días anteriores. Después de eso regrese a la cama, y apenas cerré los ojos, de nuevo me habían despertado, ya no me sentía tan mal, pero las molestias persistían, el tratamiento empezaba a surtir efecto, apenas perceptible; La puerta sonaba, y solo podría tratarse de una persona, aquella persona ahora indispensable en mi nueva vida.
Abrí la puerta y efectivamente era ella.
Hola amiga, guau te ves fatal- La deje entrar y no dije nada.
Aún así, sigues siendo una diosa- agregó.
Ah, gracias-
Yo me preocupe porque hoy no habías ido a mi depa, supuse que algo mal andaba- dijo como que no queriendo la cosa.
Es solo este estúpido resfriado, ya está entrando en control, pero aún me siento nefasto- conteste con total honestidad. Pero me da gusto que estés aquí, me imagino que si no me despiertas hubiera ido a verte.
¿Ah, sí?- soltó una gran carcajada- Olvídalo, ya estoy aquí que no.
Si eres una amiga infalible- Dije.
Cuéntame, ¿ya habló Rodrigo contigo?- Me le quede mirando un poco extrañada, pero supongo que por la apariencia de mi cara tal mensaje quedo un poco ininteligible.
Crees que no lo conozco, además somos amigas, y si no fuera por mí, jamás lo hubieras conocido- insistió mi mejor amiga.
Insisto en que terminarás teniendo pesadillas por mi culpa- Tome aire y solté un suspiro- Bien, pues si ya me lo he encontrado un par de veces en internet, y quedamos de salir mañana precisamente.
¿Y a donde van a ir?- Pregunto con gran intriga.
Eso mismo me gustaría saber, solo quedamos de vernos en el Mall, después de clases, y que él se iba a encargar de todos los detalles.
Vaya, quien lo diría, con razón tanto misterio- Eso ultimo sí que estuvo raro.
¿Cómo que misterio?- Pregunte en seguida.
Es que ha hablado conmigo, haciéndome mil preguntas sobre ti, obviamente él cree que es sutil, pero ya tantos años de conocerlo, no hay nada que me pueda esconder- parece que acabo de dar con la fuente de poder de mi brujo, y después de todo no era magia ni santería, mucho menos un poder sobrehumano, siempre fue Viridiana.
¿Qué te sucede?, parece que te va a estallar el cerebro- Preguntó mi acompañante.
Ah, es que acabo de tener una revelación- Contesté.
¿Y se puede saber en qué consiste? –
Pues todo es relativo al susodicho, me hizo creer que tenía poderes extraños, cuando me localizo, y luego puso un aire de misticismo respecto a eso, no me quiso decir como sabía las cosas que sabía- Dije, pero incluso a mi me sonaba bastante tonto ahora.
¿Y luego?- Preguntó.
Pues siempre fuiste tú la fuente- Esa era el punto esencial.
Que simpático el muchacho, a la próxima le cobro la información- dijo un poco molesta.
¿Pues que tanto le dijiste?- Pregunté.
¿Aparte de todo?- Argumentó.
Bueno no digas más.
Seguimos platicando de mil tonterías más esa tarde hasta que decidió que tenía muchas cosas que hacer y abandono mi departamento, aunque yo hubiera dado lo que sea solo porque se quedara por siempre, acompañándome, pero debía conformarme con tenerla al menos hoy a una puerta de distancia. El resto del día lo gaste en preparar algo de cenar y disponerme a dormir, en seguida me quede dormida, obviamente siguiendo mi tratamiento al pie de la letra.