Tuesday, February 17, 2009

El Erizo, Cap. 2 "Despertar", Parte III

...Me queria tomar mi tiempo para regresar a casa, después de que terminaron las clases, salvo por la gran cantidad de tarea que habían dejado en la primera clase del día de hoy, la alegría no había desaparecido del todo y eso me pareció una buena señal, al subir a mi auto no había ninguna prisa por volver a casa, y fue buena idea titubear tanto para irme, pues pude ver a Chayo caminar hacia la salida normal para poder irse a su casa, me salí de mi auto para gritarle -¡Chayo!-
Ella se volvió y pude ver que sonreía mientras se acercaba a mi auto, cuando estuvo lo suficientemente cerca agregue – ¿Quieres que te lleve a casa?- empujada por la curiosidad de conocerla más.
-Pues, si, ¿no te desvió mucho de tu camino?- preguntó
A lo que respondí –Eso es lo de menos, además lo hago con gusto, en serio-
Se subió a mi auto por el asiento del copiloto, y encendí en auto, puse la reversa y saque el auto con especial cuidado de no chocar con cualquier vehículo que por casualidad estuviera en movimiento también, después agregue –Me vas guiando porque aun no me familiarizo con la zona-
Ella contesto –No te preocupes, te iré guiando-
Tras unos cuantos minutos de conducción no mayor a 40 km/hr, llegamos a su casa, a diferencia de mi departamento la suya si era de hecho una casa, de esas de interés social, llevaba ahí ya cerca de 4 años, pues según me había contado durante el trayecto, se había mudado para poder vivir ahí durante la prepa y poder cursarla en la ciudad, ya que ella en realidad era de un pueblo bastante retirado de la ciudad, no vivía sola, vivía con su hermano mayor, que usualmente no se encontraba en casa porque gustaba de salir de excursiones o bien estar con sus amigos, por lo que usualmente ella estaba “sola” en casa, agregando que las comillas anteriores solo habían aparecido recientemente con una risita. Al llegar me invito a pasar, y en realidad era pequeña, recordaba mucho a mi departamento, con la diferencia que esta tenía dos baños, un patio pequeño y dos habitaciones en el piso de arriba, ah y un aparato de videojuegos que cuando lo vi no pude evitar preguntar por el – ¿Oye que es esto?-
Se asomo de la cocina donde estaba, y después de tragar lo que estaba comiendo dijo – ah, es mi Nintendo, para no volverme loca- y echo a reír otra vez,-¿Quieres jugar?-
respondí defensivamente –Es que no se jugar, nunca me llamo la atención- y ella repuso –No te preocupes yo te ensañaré- y se dirigió a él y lo encendió, pico varios menús con una especie de control remoto muy peculiar, luego dijo –Este juego es sencillo, usa el control como una pistola, debajo tiene un gatillo y disparas a las cabezas de los zombies, para recargar agita el control- e inicio el juego en un principio me costó entender el funcionamiento, pero al cabo de unos minutos y varias muertes empecé a entender el juego, después empecé a agarrarle el gusto, cuando interrumpió –Oh es tardísimo ya son casi las 5- yo pensé escandalizada, tres horas aquí no puedo creerlo, estaba a punto de despedirme cuando se ofreció - ¿No quieres acompañarme a comer?- y no pude negarme pero para no verme como una gorrona agregue –Solo si me dejas ayudarte- a lo que ella respondió de forma tajante y seria – No, aléjate de mi cocina-
Yo me quede pasmada ante aquella respuesta y luego empezó a sonreír – Es choro si quieres ayudarme adelante-
Cocinamos unos perros calientes y una crema de lata que tenía, mientras comíamos seguíamos fraternizando más mi curiosidad no se podía satisfacer tan fácilmente.
¿Por qué escogiste bilogía?- Pregunte
-Porque me gusta mucho esa materia, además siempre he tenido una especie de conexión con el entorno y todas esas cosas del medio ambiente y ¿tu?-
-Bueno,- por fin la oportunidad de sacar algo de mí - es que me gustan mucho los animales y esas cosas, en realidad me hubiese gustado ser veterinaria pero me aterra la sangre-
Ella se echo a reír y dio un sorbo a su refresco y luego argumento –Pareces una chica muy estudiosa e inteligente-
-Eso ya me lo han dicho- Aunque nunca me agrado que lo dijeran, pues no me consideraba del todo inteligente, pero sí bastante dedicada, y me molestaba que menospreciaran mi trabajo, pero hoy eso no parecía tener la menor importancia así que di esa batalla por perdida, porque no quería iniciar una guerra – pero me gusta ser así-
Otra vez se reía y dijo bueno yo creo que ya es hora de poner manos a la obra, y yo también ya tenía prisa por irme pues también quería iniciar mi trabajo, aunque estaba segura de terminar rápido, porque mis libros tendrían toda la información necesaria, no me tomaría mucho.
Me despidió hasta mi auto, yo tome las llaves lo encendí y mientras me alejaba de su casa me despedía agitando extasiada mente mi mano, baje el cristal que daba hacia donde estaba ella y grite a través de él – Hasta mañana-
Mi edificio estaba justo del otro lado del campus, por lo que llevarla a su casa si me había desviado y bastante de mi hogar, pero eso no me importaba, hoy había ganado mucho pero aun así los agujeros que tenía anteriores no se habían desaparecido del todo, estando completamente sola pude percatarme de aquello, además…
… baje el espejo que se encontraba escondido en las viseras del auto, y mis sospechas eran verdaderas, era la misma chica de la noche anterior, por dentro me sentía diferente, eso no se reflejaba a mi exterior, eso significa que habría que trabajar en aquello, era momento de empezar a preocuparse por la moda, cosa que hasta el día de hoy me repugnaba pensar, pero si quería seguir con todo esto tendría que apegarme más a la idea de querer ser diferente, y esta era una manera de acercarme a mi objetivo, Mariana tendría que ser una Mariana diferente por dentro y por fuera. Realmente no sabría cómo hacer todo eso, me empezaba a sentir abrumada por todo aquello.
Deje mi auto estacionado en su respectivo espacio y subí las escaleras pensando aun como le iba a hacer para poder cambiar exteriormente, estaba totalmente fuera de lugar, y eso no era nuevo para mí, pero eso tendría que cambiar, pero ¿Cómo?, nunca había pensado como estar a la moda, no sé, estaba llegando a un callejón sin salida esa era la realidad, iba llegando al piso de mi departamento cuando noté a mi vecina, nunca la había visto, pero por lo visto mi buena suerte no había acabado aún, pues era ella era lo que estaba buscando.
La mujer no podía decirse que era bonita del todo, pero algo tenía y ese algo era lo que estaba buscando porte y elegancia, era gracia y parecía vestir muy bien a pesar de tener un look muy casual. Me voltee hacia ella y use las palabras mágicas –Hola vecina-
Ella se volteo y soltó un grito de espanto y luego contesto – Ay perdón hola, es que no creía que hubiera vecinos en tu departamento, siempre hay, como silencio y eso, por cierto me llamo Viridiana-
-Mucho gusto Viridiana y me llamo Mariana, te puedo pedir un favor si no te quita mucho el tiempo-
-Ah claro, ¿si quieres azúcar o algo así?-
Yo me reí ante aquellas suposiciones y dije – No, para nada es algo un poco diferente a lo que casualmente piden los vecinos-
¿Qué es?- Dijo con tono preocupado
-No, no te preocupes lo que pasa es que…- Esto se me está complicando mucho, mejor lo vomito todo –bueno es que tu eres tan elegante y quería ver si me podías dar unos concejos de moda y eso pero si no quieres yo podría entender que no lo hicieras-
Se quedo pensando un momento y dijo –Sabes, que es muy gracioso que lo preguntes porque da la casualidad de que estoy estudiando Diseño de Moda en esta universidad, y voy a necesitar una modelo así que tu proposición me viene como anillo al dedo-
Yo no pude ocultar mi felicidad y mi sorpresa – En serio-
-En serio mujer, es más hay que empezar hoy mismo, quieres pasar-
-Claro- Conteste de inmediato y se me salió un poco de entusiasmo ante todo aquello, apenas podía creer que todo esto me saliera tan bien, al parecer tantos días de miseria habían terminado con un solo día en que todo salía bien a pesar de que no lo había planeado así, me mostraba alegre ante todo esto pues no podría sentirme de otra forma.
Continuara en el próximo episodio ...

1 comment:

Miri Rios said...

quiero un día e suerte, hace muco que no tengo uno de esos, me gustó esta parte como feliz y normalemnte las perosnas son amables pero no lo notas porque tienes otra apariencia e ellos y asi, creo yo