El Erizo, Cap. 20 "Existir", Parte I

Habían ya transcurrido tres horas desde que me había instalado en mi nuevo departamento cerca de la Universidad, era domingo en la noche y ya estaba lista, emocionada por comenzar, una historia nueva, y a diferencia de hace un año, sin escapar de nada, todo estaba resuelto y en su lugar como debía ser, y el hecho de que lo único que ocupaba mi cabeza era la emoción de encontrarme de hecho estudiando Veterinaria era lo único que era importante en mi vida en este momento, estaba admirando la ubicación de mis muebles en mi pequeño departamento, y antes de darme cuenta ya me estaba admirando en el espejo donde no hace mucho tiempo el reflejo de una mujer a la que desconocía por completo, me hizo darme cuenta que un cambio era necesario en mi vida, fue en ese punto cuando desperté, deje de ser un fantasma para encontrarme a mi misma y los resultados eran después de mucho tiempo y mucho sufrimiento lo que ahora se reflejaba en este espejo, era una mujer decidida, el cabello perfecto y arreglado y hasta cierto punto a la moda, los ojos reflejaban seguridad, lo mismo que el resto de la expresiones faciales, tras varios minutos, se me dibujo una sonrisa en el rostro, solté un beso y me despedí de la imagen, no podía creer que de nuevo estaba sola, y a pesar de eso ya no me sentía del todo sola, aunque si algo emocionada.
Entre a mi habitación, y estaba bañada por los rayos de sol del atardecer, ¿Qué voy a hacer en estas horas?, no podía distraerme, la emoción y tensión que sentía me impedían concentrarme, lo que me hizo recordar que hace un año, lo que sentía era más bien temor, y también pensaba que me estaba volviendo loca, y en cierta forma era cierto, todos tenemos algo de locura es lo que nos hace diferentes, de cualquier manera cualquier esfuerzo por ocultarla es inútil, cualquiera se puede dar cuenta de ello, si es un poco observador, ahora yo acepto mi locura, porque es quién soy, es lo que me define, es lo que me impulsa, y es …
Mis pensamientos se vieron interrumpidos por una repentina llamada que no podía ser de otra persona que no fuera distinta, me encamine a mi recién instalado teléfono que estaba cerca de mi computadora en el pequeño espacio que estaba destinado a funcionar como mi nuevo estudio y conteste el teléfono que ya había timbrado al menos tres veces.
Hola- conteste.
Hola, hija, acabamos de llegar a casa, ¿Cómo estás por allá?- Preguntó mi Madre, claro que no podía fallar la primera llamada de muchas que habría de recibir por parte de mi madre.
Excelente Mamá, ya estoy extrañando casa, pero a decir verdad no me siento sola, siento mucha emoción- le dije.
Me da mucho gusto hija, y no te sientes sola porque estaremos apoyándote y realmente estamos orgullosos de ti, hija- me dijo.
Mamá, me vas a hacer llorar, voy a ser Veterinaria, no lo puedo creer- le dije, mientras algunas lagrimas empezaban a brotar en mis ojos.
Tu tranquila hija, se qué lo harás muy bien porque es tu sueño, y créelo, porque ya estás ahí, harás tu sueño realidad- me dijo para consolarme.
Si es verdad, lo que significa que es solo el principio- soné más convencida y las lágrimas se estaban borrando.
Bueno hija solo quería avisarte que estamos ya en casa y que estamos bien, se que tendrás no un buen día, una gran carrera, solo recuerda que los sueños solo se alcanzan con trabajo duro y sacrificio y algo más- me dijo.
Está de más que me lo digas Mamá, eso ahora lo sé, desde lo más profundo de mi ser, los amo y los voy a extrañar, tratare es estar en casa el fin de semana, adiós- le dije a mi Mamá.
Adiós hija, te vamos a extrañar mucho y esperamos verte aquí el fin de semana- y entonces la llamada ya había finalizado, colgué el auricular, y me tumbe en la cama para seguir pensando en absolutamente nada.
El principio del sueño- repetí en voz alta, que bonito suena eso, y la verdad no encontraba forma de que se pudiera arruinar, era lo que deseaba, por eso era un sueño no es así, me consume la emoción, mejor voy a distraerme, ya había anochecido por completo cuando finalice mi llamada, Salí a mi sala y encendí el Televisor, de nuevo como casi siempre no había nada interesante que observar, había un par de películas interesantes, pero por los continuos cortes comerciales no quedaban ganas de verlas completa, así que de vez en cuando daba la vuelta a toda la programación cuando de repente un canal dedicado casi exclusivamente a espectáculos llamo mi atención.
El grupo Renta se desintegra- decía la presentadora del programa, inmediatamente yo salte de mi posición arrumbada a una que ocupaba apenas la orilla del sillón en donde estaba recostada para decir un -¿qué?- aunque ciertamente ya había mucho tiempo que no escuchaba nada de ellos en cierta forma también era triste saber que la única agrupación y cuya música me traía agradables recuerdos, ya solo sería solo eso, recuerdos.
Mientras en la nota periodística narraban como es que había decidido la agrupación terminar, y hablar de sus carreras en solitario yo pensaba, que quizá no se trataba de personas diferentes, y ya habían terminado su ciclo, era lo más natural que sucediera, y quizá hace algún tiempo hubiera sido motivo suficiente para hacerme sentir mal, pero ahora solo fue un ligero sobresalto, y la razón es que en poco tiempo aprendí que en la vida hay más cosas que solo un grupo, la música que Viridiana había hecho que escuchara también amplio en gran medida mi criterio, y Renta no era lo único que existía en el mundo.
Viridiana estaba haya afuera en ese amplio mundo, pero ello no significaba que no estuviera en mi vida, y la prueba irrefutable de que ella me acompañaba a todas partes, incluso ahora, era que detalles como este, donde hubiera perdido la cabeza, no eran más que solo una piedra en el camino que se podía esquivar, y estaba feliz porque aunque nuestras historias se escribían paralelamente y a distancia, en algún punto se separaron más, pero agradezco cada día que pase con ella.
Ya tenía hambre y no tenía nada de sueño, y a pesar de eso mañana tendría que levantarme en exceso temprano para poder asistir a mi primer día de clases en la Universidad, así que en cuanto termino la película que estaba viendo decidí hacerme de cenar.
Hacerme de comer ya no era un obstáculo, y de hecho ya había adquirido cierta habilidad en ello, mis artes culinarias habían mejorado de hace un año, que lo único que sabía hacer en un principio era hacerme cereal, y licuados de fruta, esta ocasión prepare una Omelette y lo acompañe con un jugo de naranja recién exprimido, prepare de más porque sabía que no iba a reparar mucho en el desayuno y la verdad quería ir por lo menos comida al día siguiente porque no sabría si tendría algún momento para hacerlo o hasta cuando lo haría, así que me hice una cena desayuno generosa, guardo lo que no iba a comer aparte y empecé a cenar con mucha calma. El silencio invadía la habitación, pero no escuchaba nada, solo a mí masticar la comida, -que lugar tan más tranquilo – dije en voz alta, era una buena noticia el escuchar tan poco, ya que el hecho de que tuviera un vecino ruidoso sería un distractor molesto por el tiempo que estuviera aquí, y por lo poco que sabía, es que muchos de mis vecinos eran también estudiantes de la Universidad, supongo que también abra tiempo de irlos conociendo, lo que de nuevo trajo a colación a Viridiana, tarde años en conocerla, y ella misma reconocía que no sabía que tuviera una vecina, en verdad que en aquel entonces era menos que un fantasma, eso hasta cierto punto era deprimente.
Ya eran las once de la noche, y si no me metía ahora en la cama, iba a tardar una eternidad en quedarme dormida, lave mis dientes y me cambie para meterme a dormir, tomaría una ducha mañana temprano y solo calentaría la comida que ya había dejado lista para la mañana siguiente, así que ya estaba metida entre las sabanas, observando el techo y sin poder, hacer mucho al respecto, las ideas de lo que podría encontrarme a partir de mañana bombardeaban mi cabeza, pero no alcanzaban a formar una idea absoluta, era simplemente imposible que pudiera adivinar lo que me deparaba el futuro, y la razón es que yo carecía de habilidades de clarividencia, solo podía ver, lo que ya sabía, y en este caso, yo no sabía nada, me voltee hacia un lado, con la esperanza de que esta vez, si pudiera dormir, no hubo éxito, mi cabeza no dejaba de tener actividad, me voltee al otro lado, y así inicio un baile con la almohada y la cama, que nunca tuve noción de su duración pero al que le atribuí un periodo interminable del mismo, hasta que finalmente, mi misma mente se cansó de tanto fracaso mi respiración se hizo lenta y pausada, y antes de que me diera cuenta ya estaba sumida en el mundo de los sueños, y como podría saberlo , pues porque se empezaban a formar las nubes que lo presagiaban, ya estaba aterrizando en una nueva situación creada por mi subconsciente, lo que quería decir que mi cerebro, en realidad estaba lejos e descansar.