Cuando me di cuenta estaba ya soñando, estaba en mi habitación de mi casa, donde pase los últimos días de mi vida hasta el día de hoy, recostada en la cama, sin nadie que me hiciera compañía, estaba tranquila serena, mi cama apenas perceptible, como flotando en una nube, me levante de ella y camine ligera hacia el espejo donde observe mi reflejo e inicie un monologo, con mi reflejo en el, de nuevo me sentía fuerte y con ganas de ganarle a la vida, como hace un año en un sueño que tuve con Víctor como protagonista.
¿Y ya no vas a volver?- pregunte a la Mariana del reflejo, que solo dibujo una sonrisa, a diferencia de mis labios que articulaban la pregunta.
Ya no es necesario- ella contesto.
Fue difícil, pero lo logre- le contesté.
Hubo momentos en que dude que lo lograrías, pero al final llegaste descubriste lo que estabas buscando- me dijo.
Si pienso que quizá fue accidente y algo de suerte- comenté, se quedo pensándolo y después contestó.
Eso es quitarte crédito no crees, la suerte es algo que no se da, aunque no lo creas también hay que buscarlo, y lo encontraste- me dijo.
En eso quizá tengas razón, pero hay algo que no entiendo- comenté.
Si dime- me dijo.
¿Por qué esa actitud tan cruel?- pregunte, porque aun me inquietaba.
Tú sabes mejor que yo esa respuesta- me contestó.
Quizá era la forma en que descargaba mi frustración de las personas que sentía me hacían daño, Víctor, incluso Viridiana, pero la que más daño me hizo o más bien me hice- recite.
Claro, échame a mí la culpa- rezongo la Mariana del otro lado del espejo.
Bueno claro, que aprendí a sobreponerme a eso – le dije
Eso es lo importante no crees- me contesto, asomo la mano por la ventana y dijo, quieres darte una mano, estreche la mano y la saque del espejo, bajo con cuidado del mueble y dijo.
Y por eso he venido aquí, aun te queda quedar en paz con la persona que más daño te ha hecho- me dijo mientras sonreía.
Creo que de verdad lo necesito, estar bien conmigo misma, si no lo demás seguirá saliendo mal-le dije mientras ambas nos sentábamos al borde de la cama para continuar con la conversación.
Así es, no puedes esperar que los demás sean incondicionales, si de hecho tú no lo eres contigo, es también esencial- me retó.
Creo que eso está de más- le dije.
Pero es importante refrendarlo- me dijo.
Un consejo, de ahora en adelante permítete ser más flexible, el fallar nos ha traído lejos pero también nos ha llevado por senderos un tanto caóticos y a malas decisiones, pero claro eso tu ya lo sabes, sin darte cuenta lo has hecho estos últimos meses- me sonroje y acomode mi copete que ocultaba mi ojo.
Creo que es justo que no sintamos orgullosas de lo que hemos logrado, no crees- le dije.
Por supuesto que sí, y claro que no volveré a menos que lo necesites, me da mucho gusto que lo hayas resuelto tu sola- me dijo.
Ahora, a dar lo mejor, que mañana nos espera un nuevo comienzo, no creas que esto es el final- me dijo, mientras se levantaba y se dirigía de nuevo al espejo.
Ah, algo más, un regalo, se que está de más, pero sé que lo apreciaras mucho más que yo, sacó de su bolsa una foto, y me la entrego, mientras yo la revisaba pregunté ¿qué es esto?, observaba en ella a todas las personas importantes en mi vida y a mi misma en el centro, a mi lado detrás estaban mis papás, mis hermanos a la izquierda, junto a Javier su futura esposa Alicia y a la derecha Viridiana y Rodrigo.
La otra Mariana comentó, es para que la guardes en tu corazón, y en cierta forma es algo más bien simbólico- me dijo.
Comencé a sentirme feliz, la abrace efusivamente y la foto quedo atrapada entre el pecho de ambas, cuando abrí los ojos ella ya no estaba, pero mi pecho se sentía cálido, no estaba sola, y ya nunca lo estaré, ya no iba a permitirme la sensación del vértigo nunca más, ahora me sentía verdaderamente viva, ahora es que comprendía lo que significaba existir.
Durante ese mismo sueño salí afuera y estaba lloviendo, pero no sentía frío solo la sensación de calor que emanaba de mi, camine por afuera en un campo boscoso y la lluvia cayendo alrededor mío, me sentía libre, y llegue sin darme cuenta a una valla, y un claro en medio del bosque, en ese claro había un bulto que pronto divise se trataba de una vaca, al acercarme a ella, note que estaba enferma, y le dije - no te preocupes ya estoy aquí para ayudarte- La vaca no se movió, pero no sabía qué hacer, no podía moverla, volteaba a todas partes, buscando la manera o algo que me ayudara, a saber qué es lo que debía hacer, sin embargo no entre en angustia, quisiera estar lista, ya sabrás que hacer me decía una voz a la distancia, la voz se entremezclaba con un extraño eco y este eco se iba deformando, hasta que se transformo en el de la alarma, desperté con un pensamiento en la cabeza – Vacas enfermas, que necesitan ser salvadas-Definitivamente no podía descartar lo de la locura - Vacas maldita sea, ¿por qué vacas?- era bastante temprano, y aun tenía algo de sueño, pero al poner los pies sobre el frío suelo, pronto el sueño fue sustituido de nuevo por la emoción de mi primer día en la Universidad, lleve mi cuerpo hasta el baño donde realice mi primera ducha en ella, era asombroso que el agua de hecho ya estuviera caliente cuando entre a ella, ya que en general se desperdiciaba mucha agua esperando que se calentara, así que esta duro un poco menos de lo que esperaba que durara, al salir, me dirigí a mi habitación, ya estaba amaneciendo, la luz ya se empezaba a filtrar por las ventanas, sin embargo era aun pobre, saque la ropa que había elegido previamente para este día y me la puse, aun disponía con un poco de tiempo de sobra, pero no lo iba a pasar en casa, así que calenté la comida que había dejado preparada desde anoche y desayune sin prisa pero tampoco como un rumiante, para terminar de hacerlo por horas, lave los trastes y me lave los dientes, tome las llaves de mi auto, y baje las escaleras, no había salido nadie aun de sus departamentos, casi todos los vehículos continuaban en sus lugares de estacionamiento, dentro del departamento, camine hasta mi compacto que estaba ubicado cerca de la salida, beneficios de haber elegido el departamento también con tiempo, mientras esperaba que el mecanismo y la computadora estuvieran listos para darme luz verde para usar el auto, me dirigí a la reja del departamento para abrirla, y mientras lo hacía observaba el edificio de departamento, muchas de los cuartos tenían las luces prendidas, y había señales de mucha actividad, lo que me hacía pensar que tal vez había más alumnos de nuevo ingreso de lo que esperaba, no me detuve mucho a pensar en ello, eventualmente me toparía con uno que otro vecino. El recuerdo de Viridiana asalto rápidamente mi mente al pensar en los vecinos, fue ahí cuando me percate que la sensación de calor en mi pecho, aun seguía presente, eso sí que era raro, pero reconfortante, ella regresaría a sus clases regulares en un par de semanas en el cole, y a pesar de que moría de ganas de irle a visitar, tampoco podía darme el lujo de hacer planes mucho antes de ver cómo iba a estar el asunto.
¿Y ya no vas a volver?- pregunte a la Mariana del reflejo, que solo dibujo una sonrisa, a diferencia de mis labios que articulaban la pregunta.
Ya no es necesario- ella contesto.
Fue difícil, pero lo logre- le contesté.
Hubo momentos en que dude que lo lograrías, pero al final llegaste descubriste lo que estabas buscando- me dijo.
Si pienso que quizá fue accidente y algo de suerte- comenté, se quedo pensándolo y después contestó.
Eso es quitarte crédito no crees, la suerte es algo que no se da, aunque no lo creas también hay que buscarlo, y lo encontraste- me dijo.
En eso quizá tengas razón, pero hay algo que no entiendo- comenté.
Si dime- me dijo.
¿Por qué esa actitud tan cruel?- pregunte, porque aun me inquietaba.
Tú sabes mejor que yo esa respuesta- me contestó.
Quizá era la forma en que descargaba mi frustración de las personas que sentía me hacían daño, Víctor, incluso Viridiana, pero la que más daño me hizo o más bien me hice- recite.
Claro, échame a mí la culpa- rezongo la Mariana del otro lado del espejo.
Bueno claro, que aprendí a sobreponerme a eso – le dije
Eso es lo importante no crees- me contesto, asomo la mano por la ventana y dijo, quieres darte una mano, estreche la mano y la saque del espejo, bajo con cuidado del mueble y dijo.
Y por eso he venido aquí, aun te queda quedar en paz con la persona que más daño te ha hecho- me dijo mientras sonreía.
Creo que de verdad lo necesito, estar bien conmigo misma, si no lo demás seguirá saliendo mal-le dije mientras ambas nos sentábamos al borde de la cama para continuar con la conversación.
Así es, no puedes esperar que los demás sean incondicionales, si de hecho tú no lo eres contigo, es también esencial- me retó.
Creo que eso está de más- le dije.
Pero es importante refrendarlo- me dijo.
Un consejo, de ahora en adelante permítete ser más flexible, el fallar nos ha traído lejos pero también nos ha llevado por senderos un tanto caóticos y a malas decisiones, pero claro eso tu ya lo sabes, sin darte cuenta lo has hecho estos últimos meses- me sonroje y acomode mi copete que ocultaba mi ojo.
Creo que es justo que no sintamos orgullosas de lo que hemos logrado, no crees- le dije.
Por supuesto que sí, y claro que no volveré a menos que lo necesites, me da mucho gusto que lo hayas resuelto tu sola- me dijo.
Ahora, a dar lo mejor, que mañana nos espera un nuevo comienzo, no creas que esto es el final- me dijo, mientras se levantaba y se dirigía de nuevo al espejo.
Ah, algo más, un regalo, se que está de más, pero sé que lo apreciaras mucho más que yo, sacó de su bolsa una foto, y me la entrego, mientras yo la revisaba pregunté ¿qué es esto?, observaba en ella a todas las personas importantes en mi vida y a mi misma en el centro, a mi lado detrás estaban mis papás, mis hermanos a la izquierda, junto a Javier su futura esposa Alicia y a la derecha Viridiana y Rodrigo.
La otra Mariana comentó, es para que la guardes en tu corazón, y en cierta forma es algo más bien simbólico- me dijo.
Comencé a sentirme feliz, la abrace efusivamente y la foto quedo atrapada entre el pecho de ambas, cuando abrí los ojos ella ya no estaba, pero mi pecho se sentía cálido, no estaba sola, y ya nunca lo estaré, ya no iba a permitirme la sensación del vértigo nunca más, ahora me sentía verdaderamente viva, ahora es que comprendía lo que significaba existir.
Durante ese mismo sueño salí afuera y estaba lloviendo, pero no sentía frío solo la sensación de calor que emanaba de mi, camine por afuera en un campo boscoso y la lluvia cayendo alrededor mío, me sentía libre, y llegue sin darme cuenta a una valla, y un claro en medio del bosque, en ese claro había un bulto que pronto divise se trataba de una vaca, al acercarme a ella, note que estaba enferma, y le dije - no te preocupes ya estoy aquí para ayudarte- La vaca no se movió, pero no sabía qué hacer, no podía moverla, volteaba a todas partes, buscando la manera o algo que me ayudara, a saber qué es lo que debía hacer, sin embargo no entre en angustia, quisiera estar lista, ya sabrás que hacer me decía una voz a la distancia, la voz se entremezclaba con un extraño eco y este eco se iba deformando, hasta que se transformo en el de la alarma, desperté con un pensamiento en la cabeza – Vacas enfermas, que necesitan ser salvadas-Definitivamente no podía descartar lo de la locura - Vacas maldita sea, ¿por qué vacas?- era bastante temprano, y aun tenía algo de sueño, pero al poner los pies sobre el frío suelo, pronto el sueño fue sustituido de nuevo por la emoción de mi primer día en la Universidad, lleve mi cuerpo hasta el baño donde realice mi primera ducha en ella, era asombroso que el agua de hecho ya estuviera caliente cuando entre a ella, ya que en general se desperdiciaba mucha agua esperando que se calentara, así que esta duro un poco menos de lo que esperaba que durara, al salir, me dirigí a mi habitación, ya estaba amaneciendo, la luz ya se empezaba a filtrar por las ventanas, sin embargo era aun pobre, saque la ropa que había elegido previamente para este día y me la puse, aun disponía con un poco de tiempo de sobra, pero no lo iba a pasar en casa, así que calenté la comida que había dejado preparada desde anoche y desayune sin prisa pero tampoco como un rumiante, para terminar de hacerlo por horas, lave los trastes y me lave los dientes, tome las llaves de mi auto, y baje las escaleras, no había salido nadie aun de sus departamentos, casi todos los vehículos continuaban en sus lugares de estacionamiento, dentro del departamento, camine hasta mi compacto que estaba ubicado cerca de la salida, beneficios de haber elegido el departamento también con tiempo, mientras esperaba que el mecanismo y la computadora estuvieran listos para darme luz verde para usar el auto, me dirigí a la reja del departamento para abrirla, y mientras lo hacía observaba el edificio de departamento, muchas de los cuartos tenían las luces prendidas, y había señales de mucha actividad, lo que me hacía pensar que tal vez había más alumnos de nuevo ingreso de lo que esperaba, no me detuve mucho a pensar en ello, eventualmente me toparía con uno que otro vecino. El recuerdo de Viridiana asalto rápidamente mi mente al pensar en los vecinos, fue ahí cuando me percate que la sensación de calor en mi pecho, aun seguía presente, eso sí que era raro, pero reconfortante, ella regresaría a sus clases regulares en un par de semanas en el cole, y a pesar de que moría de ganas de irle a visitar, tampoco podía darme el lujo de hacer planes mucho antes de ver cómo iba a estar el asunto.
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