Bueno pues como ya es costumbre, un ultimo post antes de que se acabe un año, recapitulando lo q fue este para fines prácticos muy positivo y muy por encima de las espectativas, lo que me recordó porque existen los retos, y que la vida fácil no es para mi, y por otro lado tambien me recordo que algunas desiciones que si bien en un principio parecian muy buena idea, ahora ya no lo parecen tanto y que de ellas pues hay que asumir la responsabilidad de haberlas tomado, sin embargo a pesar de todo no todo fue perdida, ahora digo con orgullo que todo esta en el lugar donde debe de estar, y estoy feliz por ello, ahora lo que resta es volver a soñar y no tener miedo de volver esos sueños realidad.
Por otro lado el próximo año, veremos la conclusión de la novela, y los proximos proyectos quedaran en stand by, y la razón es que a partir de el año que esta a punto de empezar (o más bien a mediados del mismo) voy a hacer mi internado, por lo que habra muchos menos post que antes, pero tratare de publicar aunque sea pequeñas fabulas, o cosas sin sentido que solo yo pueda entender, a todos lo que siguen el Blog y al Erizo, muchas gracias, y que tengan un muy Feliz Año 2011, que les traiga muchas cosas interesantes que compratir.
Thursday, December 30, 2010
Tuesday, December 28, 2010
El Erizo, Cap. 17 "Mi Mejor Amiga", Parte I
La semana transcurrió en un abrir y cerrar de ojos, me había vuelto una experta en realizar exámenes de selección para ingresar a la Universidad, y realmente sentía que podía quedarme en cualquiera de ellas, esa mañana llegue sola con veinte minutos de anticipación para tener tiempo de ubicar el salón donde iba a realizar el primero, y a pesar de todo, estaba un poco nerviosa, aunque no tanto como la primera vez que hice uno, lo que era gracioso porque en aquella ocasión había sido rechazada, había bastante gente, en el patio de la Universidad, a la que ansiaba ingresar, pronto los organizadores llegaron y nos acomodaron por apellidos, casi como niños pequeños nos llevaron en fila, al salón donde haría mi examen junto con este grupo de desconocidos, y mientras nos enfilábamos a la aplicación del mismo, una de las aspirantes conversaba conmigo.
Estoy muy nerviosa, no pude dormir- me dijo.
Yo también estoy algo nerviosa– le contesté.
No, para nada, te ves muy tranquila- la chica estaba hasta temblando.
Es un examen importante ciertamente, pero créeme, no vale la pena ponerse tan nerviosa, solo lograras bloquearte- le dije, para que se tranquilizara un poco
¿Es tu primer examen de ingreso?- me pregunto intrigada
No en realidad, bueno es el primero de este año – le dije.
¿Este año?, puedo preguntarte ¿por qué lo dices?- me pregunto, la verdad no tenía nada que perder con esta niña, y por lo estresada que estaba me parecía buena idea que nos distrajéramos un poco.
Pues, la verdad es que si empecé una carrera de Biología, pero por una u otra causa, la tuve que dejar, no era donde debía estar- le dije.
Estudiaste Biología, que coincidencia, voy a aplicar para esa carrera – me dijo.
La niña me empezaba a caer bien, me recordaba mucho a mí hace un año, era como verme en un espejo, le contesté con cortesía porque ya estaban ingresando en el aula, para realizar el examen – Es una bonita carrera, pero pesada, y pues te deseo mucha suerte y ojala ambas nos veamos muy seguido, no crees.
Si, gracias, mucha suerte igualmente- me dijo, aunque era obvio que ella ya se estaba concentrando para su prueba.
Uno por uno nos fueron ingresando para ocupar un lugar, quede bastante distanciada de mi acompañante, pero alcance a escuchar que se llamaba Sara, y era simpática en verdad, analizaba el examen y la hoja de respuestas como si nunca hubiera visto una en su vida, y probablemente así era.
Yo recibí la mía, y espere pacientemente a que ingresaran todos los que faltaban cuando así sucedió, el sinodal que ingreso para supervisar el examen, recitó el mismo discurso que recordaba desde el año pasado, donde explicaba que no se podía copiar y al que se sorprendiese haciéndolo sería expulsado de la prueba, cualquier duda levantar la mano y que se nos deseaba suerte, nada importante ni del otro mundo, yo era de las pocas que tenía la mirada fuera del examen, revise que tuviera listo mi lápiz y eso fue todo, cuando el sinodal lo indicó, arrancamos todos, abrí el cuadernillo de preguntas, le puse mi nombre, lo mismo a la hoja de respuestas y empecé leyendo la pregunta numero uno y mientras lo hacía iba reviviendo el pasado, de todos los exámenes que había hecho, y de los muchos en los que falle y sobre todo del último, del que me excuse para abandonar mi carrera de Biología, dejar el cole, y sin embargo la sensación era muy distinta, en aquellas ocasiones el papel pesaba más que yo, y en esta ocasión todo era más fluido, cada pregunta contestada me hacía sentir cada vez más cerca de lograr mi sueño, y a pesar de eso, seguía siendo absurdo, porque era solo papel, pero estaba muy concentrada en las preguntas que se me hacían, y así pasaron pocos minutos, cuando ya hube resuelto todo el examen de selección, eso era todo, recordaba que solían ser más largos y complejos, aun faltaba vaciar las respuestas elegidas en la hoja de respuestas, habito que había adquirido a mediados de mi estancia en el cole, a no dar las respuestas por sentado, y mientras lo hacía hacia la segunda revisión del examen, algunas preguntas eran absurdamente sencillas, sobre todo en comparación con algunos ejemplos de las guías que eran hasta cierto grado brutales, en otros pocos minutos ya había terminado la revisión y vaciado de respuestas, eso era todo, volví a revisar las que me habían generado alguna duda, no tarde más de unos segundos para decidir que ya estaba lista, levante mi mano- Sí, ¿alguna pregunta señorita? Pregunto el sinodal.
No, bueno, es que ya termine ¿se lo entrego a usted o hace falta algo más?- pregunte, se escuchaba el murmullo de mis vecinos.
Eh, ¿Ya termino?, no hace falta más, entréguemelo y puede retirarse- al terminar me levante del asiento, pase cerca de Sara y le susurre – Suerte.
Entregue mi examen y el sinodal lo reviso, quizá un poco asombrado, y me dijo, está bien, puede retirarse- asentí, y dije – Muchas gracias- y salí del aula.
No sentía ganas de irme como nadie me esperaba me puse a recorrer los pasillos, para conocer un poco más la Universidad, en verdad era grande, y era fácil perderse, como era sábado, había muy poca gente fuera, recorría algunas aulas, y todas estaban llenas de aspirantes, contaba pocas personas que como yo habían terminado su examen rápidamente, pronto iban apareciendo más.
Recorrí la Universidad, casi a ciegas hasta que di con el edificio de gobierno, donde había mapas del mismo, me parecía interesante, porque las carreras hermanas de esta Universidad eran prácticamente solo ciencias, así que por ningún motivo me toparía con alguien como Viridiana en un lugar así, y no como en mi antiguo Cole, seguí recorriendo los pasillos, ya con el mapa en mano, familiarizarme con la Universidad, sentirla mía – De verdad quiero quedarme aquí- dije en un suspiro, mientras admiraba los alrededores desde el área verde de la Universidad, donde estaba una banca, y tome asiento ahí, pasaron unos minutos, cuando vi a Sara que salía del Aula, no lo pensé y me encamine para platicar con ella un momento, y así la alcance.
Oye, oye- grite, me parecía inapropiado llamarle por su nombre, siendo que ella no me había dicho el suyo.
Ah, hola de nuevo, terminaste muy rápido- me dijo.
Sí, me pareció que estaba un poco más sencillo de lo que recordaba – le dije.
Qué bueno, seguramente tu si quedaras- me dijo con una sonrisa.
Bah, vas a ver que las dos vamos a quedar, por cierto no te pregunte como te llamabas- le dije.
Ah, me llamo Sara ¿y tú?- me preguntó
Mariana, sabes realmente tengo el presentimiento de que nos estaremos viendo- le dije.
Ojala así sea, pero ya me tengo que ir, me están esperando- me dijo un poco desesperada.
Oh, lo siento, no te quito más e tiempo, de hecho yo también ya me tengo que ir, pero ya verás que te quedas- le dije.
Si gracias, por todo, nos vemos entonces- me dijo y se fue, caminando a la entrada principal.
Yo me encaminaba al estacionamiento de la Universidad donde había dejado mi auto, echando un vistazo a la Universidad, a la que codiciaba quedarme en un futuro corto, pero para saberlo aun tenían que transcurrir algunas semanas, pero estaba optimista al respecto, la verdad, nunca había sentido un examen más sencillo, supongo que conscientemente estaba logrando lo que quería, y la diferencia era que esta vez sí sabía que era lo quería, era congruente conmigo misma, y también tenía ganas de ayudar a los demás, Sara me recordaba mucho a mí, no hace mucho tiempo, y la razón por la que hable con ella y le dije lo que le dije, es porque cuando estaba en esa posición, deseaba que alguien lo hubiese hecho por mí, quizá era un sentimiento un poco maternalista, pero me sentía bien por ello, estaba feliz y así regrese a casa. Con una sonrisa de oreja a oreja, yo sentía desde el fondo de mi corazón, que las cosas se estaban acomodando donde debía de estar, pero algunas de ellas no iban a ser sencillas, la palabra sacrificio palpitaba dentro de mi cabeza, lo cierto es que esto solo era el principio, pero un principio sobre el camino correcto, esa era la razón de mi estado optimista.
Estoy muy nerviosa, no pude dormir- me dijo.
Yo también estoy algo nerviosa– le contesté.
No, para nada, te ves muy tranquila- la chica estaba hasta temblando.
Es un examen importante ciertamente, pero créeme, no vale la pena ponerse tan nerviosa, solo lograras bloquearte- le dije, para que se tranquilizara un poco
¿Es tu primer examen de ingreso?- me pregunto intrigada
No en realidad, bueno es el primero de este año – le dije.
¿Este año?, puedo preguntarte ¿por qué lo dices?- me pregunto, la verdad no tenía nada que perder con esta niña, y por lo estresada que estaba me parecía buena idea que nos distrajéramos un poco.
Pues, la verdad es que si empecé una carrera de Biología, pero por una u otra causa, la tuve que dejar, no era donde debía estar- le dije.
Estudiaste Biología, que coincidencia, voy a aplicar para esa carrera – me dijo.
La niña me empezaba a caer bien, me recordaba mucho a mí hace un año, era como verme en un espejo, le contesté con cortesía porque ya estaban ingresando en el aula, para realizar el examen – Es una bonita carrera, pero pesada, y pues te deseo mucha suerte y ojala ambas nos veamos muy seguido, no crees.
Si, gracias, mucha suerte igualmente- me dijo, aunque era obvio que ella ya se estaba concentrando para su prueba.
Uno por uno nos fueron ingresando para ocupar un lugar, quede bastante distanciada de mi acompañante, pero alcance a escuchar que se llamaba Sara, y era simpática en verdad, analizaba el examen y la hoja de respuestas como si nunca hubiera visto una en su vida, y probablemente así era.
Yo recibí la mía, y espere pacientemente a que ingresaran todos los que faltaban cuando así sucedió, el sinodal que ingreso para supervisar el examen, recitó el mismo discurso que recordaba desde el año pasado, donde explicaba que no se podía copiar y al que se sorprendiese haciéndolo sería expulsado de la prueba, cualquier duda levantar la mano y que se nos deseaba suerte, nada importante ni del otro mundo, yo era de las pocas que tenía la mirada fuera del examen, revise que tuviera listo mi lápiz y eso fue todo, cuando el sinodal lo indicó, arrancamos todos, abrí el cuadernillo de preguntas, le puse mi nombre, lo mismo a la hoja de respuestas y empecé leyendo la pregunta numero uno y mientras lo hacía iba reviviendo el pasado, de todos los exámenes que había hecho, y de los muchos en los que falle y sobre todo del último, del que me excuse para abandonar mi carrera de Biología, dejar el cole, y sin embargo la sensación era muy distinta, en aquellas ocasiones el papel pesaba más que yo, y en esta ocasión todo era más fluido, cada pregunta contestada me hacía sentir cada vez más cerca de lograr mi sueño, y a pesar de eso, seguía siendo absurdo, porque era solo papel, pero estaba muy concentrada en las preguntas que se me hacían, y así pasaron pocos minutos, cuando ya hube resuelto todo el examen de selección, eso era todo, recordaba que solían ser más largos y complejos, aun faltaba vaciar las respuestas elegidas en la hoja de respuestas, habito que había adquirido a mediados de mi estancia en el cole, a no dar las respuestas por sentado, y mientras lo hacía hacia la segunda revisión del examen, algunas preguntas eran absurdamente sencillas, sobre todo en comparación con algunos ejemplos de las guías que eran hasta cierto grado brutales, en otros pocos minutos ya había terminado la revisión y vaciado de respuestas, eso era todo, volví a revisar las que me habían generado alguna duda, no tarde más de unos segundos para decidir que ya estaba lista, levante mi mano- Sí, ¿alguna pregunta señorita? Pregunto el sinodal.
No, bueno, es que ya termine ¿se lo entrego a usted o hace falta algo más?- pregunte, se escuchaba el murmullo de mis vecinos.
Eh, ¿Ya termino?, no hace falta más, entréguemelo y puede retirarse- al terminar me levante del asiento, pase cerca de Sara y le susurre – Suerte.
Entregue mi examen y el sinodal lo reviso, quizá un poco asombrado, y me dijo, está bien, puede retirarse- asentí, y dije – Muchas gracias- y salí del aula.
No sentía ganas de irme como nadie me esperaba me puse a recorrer los pasillos, para conocer un poco más la Universidad, en verdad era grande, y era fácil perderse, como era sábado, había muy poca gente fuera, recorría algunas aulas, y todas estaban llenas de aspirantes, contaba pocas personas que como yo habían terminado su examen rápidamente, pronto iban apareciendo más.
Recorrí la Universidad, casi a ciegas hasta que di con el edificio de gobierno, donde había mapas del mismo, me parecía interesante, porque las carreras hermanas de esta Universidad eran prácticamente solo ciencias, así que por ningún motivo me toparía con alguien como Viridiana en un lugar así, y no como en mi antiguo Cole, seguí recorriendo los pasillos, ya con el mapa en mano, familiarizarme con la Universidad, sentirla mía – De verdad quiero quedarme aquí- dije en un suspiro, mientras admiraba los alrededores desde el área verde de la Universidad, donde estaba una banca, y tome asiento ahí, pasaron unos minutos, cuando vi a Sara que salía del Aula, no lo pensé y me encamine para platicar con ella un momento, y así la alcance.
Oye, oye- grite, me parecía inapropiado llamarle por su nombre, siendo que ella no me había dicho el suyo.
Ah, hola de nuevo, terminaste muy rápido- me dijo.
Sí, me pareció que estaba un poco más sencillo de lo que recordaba – le dije.
Qué bueno, seguramente tu si quedaras- me dijo con una sonrisa.
Bah, vas a ver que las dos vamos a quedar, por cierto no te pregunte como te llamabas- le dije.
Ah, me llamo Sara ¿y tú?- me preguntó
Mariana, sabes realmente tengo el presentimiento de que nos estaremos viendo- le dije.
Ojala así sea, pero ya me tengo que ir, me están esperando- me dijo un poco desesperada.
Oh, lo siento, no te quito más e tiempo, de hecho yo también ya me tengo que ir, pero ya verás que te quedas- le dije.
Si gracias, por todo, nos vemos entonces- me dijo y se fue, caminando a la entrada principal.
Yo me encaminaba al estacionamiento de la Universidad donde había dejado mi auto, echando un vistazo a la Universidad, a la que codiciaba quedarme en un futuro corto, pero para saberlo aun tenían que transcurrir algunas semanas, pero estaba optimista al respecto, la verdad, nunca había sentido un examen más sencillo, supongo que conscientemente estaba logrando lo que quería, y la diferencia era que esta vez sí sabía que era lo quería, era congruente conmigo misma, y también tenía ganas de ayudar a los demás, Sara me recordaba mucho a mí, no hace mucho tiempo, y la razón por la que hable con ella y le dije lo que le dije, es porque cuando estaba en esa posición, deseaba que alguien lo hubiese hecho por mí, quizá era un sentimiento un poco maternalista, pero me sentía bien por ello, estaba feliz y así regrese a casa. Con una sonrisa de oreja a oreja, yo sentía desde el fondo de mi corazón, que las cosas se estaban acomodando donde debía de estar, pero algunas de ellas no iban a ser sencillas, la palabra sacrificio palpitaba dentro de mi cabeza, lo cierto es que esto solo era el principio, pero un principio sobre el camino correcto, esa era la razón de mi estado optimista.
Tuesday, December 21, 2010
El Erizo, Cap. 16 "Espinas", Parte III
Como no preví que fuera viernes en la tarde, la plaza a la hora en la que fui ya estaba abarrotada de autos estacionados, por lo que di varias vueltas, para dar con un lugar, que si bien no era nada despreciable, quizá podría haber estado un poco más cerca, pero como no tenía nada definido, más que solo pasear, no importaba mucho. Baje de mi auto y me dirigí a la entrada más cercana, me puse mi chaqueta blanca porque sentía un poco de frío, mientras caminaba por el enorme estacionamiento al aire libre de la plaza.
Y así alcance la entrada, no pensaba en muchas cosas, salvo en alguna que otra pregunta de las guías sobre todo en las que me había equivocado, y se repetían constantemente, ¿qué clase de descanso era este?
Hace mucho que no había ido al cine, y había películas muy interesantes, así que me forme para ver una película que era secuela de una historia romántica, al principio estaba dudando de ir a verla, porque estaba asqueada de las relaciones humanas pero me dije, no me caería mal un toque de irrealidad, además en mi estado actual lo más congruente era que la viera con cierto grado de sarcasmo, en fin, cuando llegue a pedir mi boleto, dije – Uno para la segunda parte de Romance Inmortal.
¿Uno?- cuestionó la muchacha que atendía los boletos, a lo que contesté un poco enfurecida –Si uno- Hizo una mueca y remató – Solo tengo hasta las siete- Aunque la actitud de la tendera me mataba conteste –démelo- , -son 30 pesos- ella dijo y pague con un billete de 50, y recibí mi cambio – disfrute la película- me dijo, y conteste -lo haré, SOLA- y me aleje un poco molesta, pero en parte era de esperarse, iba sola a ver una película de romance, hasta yo pensaría mal de aquello, pero en este momento no importaba. Sentía ganas de un aperitivo, así que me fui a la zona de las comidas a pedir comida japonesa, por la que tuve antojo los últimos días, y satisfacerlo de vez en cuando no dañaba a nadie, además el hacerlo hacía que trajera a mi mente a mi amiga Viridiana, y al mismo tiempo como no estaba presente darme el lujo de escoger lo que quería, me agradaba mucho pensar que tipo de comentarios haría, sobre las calorías de los alimentos que suelo pedir, y a lo que yo respondía que ella era en realidad buena para eso y la haría bien de dietista profesional o acondicionadora física, lo que traería a consecuencia más parloteo y un cambio repentino de conversación usualmente al susodicho de Rodrigo, y pesar de todo el asunto de Rodrigo y Viridiana conmigo en medio eran literalmente un dolor de cabeza, ya que cuando pensaba en ello comenzaban las migrañas, aunque en realidad siempre pensaba en ellos cuando tenía otras cosas de por medio, tal como ahora, pero de cierta forma era mejor pensar en ello ahora, mi orden estaba lista me levante y la recibí, me dirigí a mi mesa y abrí el recipiente que contenía los rollos de sushi, saque los palitos del empaque y dije en voz alta “Por qué diablos no ponen unos tenedores o una cuchara” mientras los acomodaba para intentar comer todo aquello, solté un suspiro y mientras comenzaba mi ritual de alimentación, pensaba en lo que había dejado pendiente, no me gustaba pensar que Viridiana había sido manipuladora todo este tiempo, pero el simple hecho de que Rodrigo aceptara no estar seguro que de verdad estuviera enamorado de mi, como decía Viridiana, solo me hacía pensar que ella se estaba proyectando en mí, vive a través de ello, lo que ella no se atreve a vivir para ella misma, raro en ella, -quizá no es tan segura como yo pensaba que era- repetí de nuevo en voz alta y me llevaba mi último trozo de sushi a la boca, fue ahí cuando lo divise, era Víctor, y estaba con Andrea y otras personas que no conocía, afortunadamente el aun no me había visto, y si no fuera por el hecho de que ya había planeado terminar mi tarde yendo de hecho a ver una película, que de verdad quería ver y de la que ya tenía boleto, ya hubiera emprendido la retirada, así que ágil me deslice fuera del área de comida sin que me notaran y me fui a refugiar en las tiendas, fingiendo que iba a comprar, aunque solo fuera a ojear también uno que otro par de prendas, hasta que tuviera que ir a mi película.
No disfrutaba del todo, fingir hacer compras y al mismo tiempo cuidándome de no encontrarme con aquel peculiar grupo, mi idea era permanecer en el área de comida pensando pero pues ese plan obviamente perdió su viabilidad, era absurdo tenerles miedo, me decía, no estaba justificado, ¿solíamos ser amigos no?, exacto – Solíamos- conteste en voz alta para mí misma, lo cierto es que las cosas si eran muy cambiadas, Andrea justificadamente me odia, y Víctor injustificadamente me ama, no guardaba sentido, y era una cruel ironía, y responsabilidad mía. Tomaba las prendas de los estantes y las observaba detenidamente, buscando detalles, de nuevo sin intención de comprarlas, y me parecía absurdo, pero no podía hacer más, ya solo faltaban minutos y pensé que quizá podría esperar un poco más en la sala de espera, más seguro ahí que en ningún otro lugar, ahí hay oscuridad y difícilmente me verían ahí, además había demasiada gente en la plaza, por lo que tenía otro punto a mi favor, ¿por qué temo tanto?, no hay razón para sentirse de esta forma, ellos no me verán y salí campante e ingenuamente del local con esa idea cuando de nuevo la ironía y el destino se encargarían de callarme, me los tope de frente, y esto se había convertido en milésimas en una de esas situaciones, en las que me hubiese gustado ver mi expresión al verlos, pero con describir lo que sentía en ese momento era más que suficiente, lo que sentía era más fuerte que la ansiedad o el miedo, era pánico, pero no podía salir corriendo a pesar de que lo deseaba, estaba inmóvil, convenciéndome de sonreír, y con respecto a los personajes que me importaban, pues dentro de lo esperado, Víctor con una cara de iluminación y de ilusión y la de Andrea por el otro lado llena de repudio y rencor, no era extraño, que fuese Víctor quien hablara primero.
Mariana, que agradable sorpresa- dijo mientras se acercaba para besarme, realice maniobras evasivas para que solo fuera un beso de mejilla, mi atacante un poco frustrado no disminuyó su nivel de felicidad que reflejaba su cara, no así la de Andrea que fruncía más su ceño, me acerque a la saludar a cada uno de ellos, mientras Víctor me presentaba a sus otros dos compañeros de universidad, uno aparentemente la nueva pareja de Andrea y al final salude a Andrea, solo le dije -Hola ¿Cómo estás?- ella contestó – hasta hace un momento muy bien- la verdad no tenía que soportar las puñaladas así que respondí sarcásticamente -no recordaba que fueras tan amable-, y Víctor corto de nuevo – No en serio, pensé que estabas ocupada ¿Qué haces por acá?-
Le conteste sin mucho ánimo, y sin intentar ocultar que tenía prisa y estaba incomoda – Ah, Pues como acabe temprano mis pendientes, quise despejarme un rato y ver una película, y ya está a punto de iniciar-
¿En serio, cual vas a ver?- pregunto entusiasmado, al parecer era el único que no se percataba que quería salir rápido de todo eso.
Pues la segunda parte de Romance Inmortal- En cuanto termine de decirlo, parecía que iba a explotar, no cabía de la emoción que sentía, parecía que se volvería loco de tanta ilusión, y yo con la sola idea de la cabeza que sucediera algo que me matara, la cosa no pintaba bien.
¿A qué hora vas a ir a verla?- en cuanto hizo la pregunta era más que obvio que iban a ver esa película, el decir la hora era solo comparable a un tiro jugando a la ruleta rusa, solo que con más balas en el barril de lo habitual.
A las siete- y así fue, el barril del revolver se acciono detonando una bala girando lenta y mortalmente hasta mi cabeza a donde se encontraba apuntando, en sentido figurado.
Woooh, no puede ser, nosotros también vamos a verla – pero a pesar de todo, parecía controlarse o al menos parecía. ¿Vienes con alguien? Oh qué diablos vayamos juntos.
No en definitiva no pensaba claro y no había forma de librarme de esta –Pues, supongo que está bien- Pues ya que- moría por dentro.
Camine a su lado, pero marcando mi distancia, burlando y esquivando todo ataque para intentar tener contacto físico conmigo y por si fuera poco también verbal, quizá en ese punto no fue tan directo, pero sus indirectas eran obvias y molestas, intentaba no ver a Andrea, porque suponía yo que ya se encontraba nadando en bilis.
Mariana, ¿te acuerdas cuando fuimos a ver la primera película juntos?- Insistía, mientras intentaba tomar mi mano por tercera o cuarta vez.
Intento recordarlo – Dije como una forma de decir que ya lo nuestro estaba olvidado.
Bueno más bien eso lo decías las últimas películas que vimos juntos ¿pero las primeras?- Insistió.
Pues solo que no me dejabas verlas, ¿van a pedir palomitas te puedo encargar un paquete chico para mí? – le dije para que me dejara en paz un momento, quizá hacía mal en pedírselo, pero no encontraba otra forma de quitármelo de encima.
Claro me dijo, y no te preocupes, yo te las invito – porque vio que ya estaba sacando mi cartera, cosa que solía hacer cuando me enojaba con él y salíamos- dijo adelántense para apartar lugar. Y así me adelante cuando Andrea me alcanzó.
Mariana, ¿a qué juegas?- me reto.
A absolutamente nada, solo quería ver una película yo sola, pero tú dime, aparentemente yo también estoy súper cómoda aquí, si pudiera ya me hubiera ido- le dije.
Pues quizá es eso mejor, pensé que lo ibas a dejar ya en paz- me dijo.
¿Yo?, ¿dejarlo en paz?, ¿si ves bien?, él ni siquiera me deja respirar, cada viernes habla para que nos veamos- le dije.
Y ¿por qué estás aquí entonces?- siguió, ya estábamos fuera del pasillo.
Ya te dije, no lo planee, y para ser sincera lo debí prever, pero tengo muchas cosas en la cabeza en este momento, quería estar tranquila, eso es todo- solo resoplo ante mi defensa.
Pues ya que, vamos a buscar asiento- e ingresamos a la sala, estaban los anuncios de los próximos estrenos.
Pocos minutos después ya habían llegado los acompañantes con nuestras frituras, era inevitable que me quedara sola con él.
Y pronto empezó la película, y no la podía disfrutar, no sabía que había en la pantalla, estaba más ocupada en ocultarme de Víctor y sus continuos esfuerzos de tener un contacto físico conmigo al menos un pequeño roce, pero yo estaba empeñada en no darle el gusto.
Cuando en la pantalla se producía la escena de mayor clímax y el encuentro de los protagonistas y la revelación de sus sentimientos, tal como había sido en la precuela, mi acompañante se vio hábil, alcanzo con gran rapidez mi mano y la sostuvo firmemente, para que yo no la pudiera retirar, y al unisonó con la película y en un susurro dijo en mi oído – Yo siempre te amé, y lo seguiré haciendo, mi pasado y mi futuro convergen en ti-
Tomé mucha fuerza, y descargue la frustración que sentía una vez más y tuve un arranque, como el que había tenido hace rato, cuando estaba sola- A la mierda, ya estoy cansada, ¡Cansada!
Me levante y lo mire a los ojos – Mira lo que has hecho, has logrado que verdaderamente te odie, me exasperas, no entiendes la diferencia entre realidad y fantasía, yo respeto nuestro pasado, en serio, pero no tienes idea de cómo me arrepiento de tres cosas, una de haber venido hoy, dos de haberte besado aquella vez, y la tercera y quizá lo más importante de haberte conocido, ya estoy asqueada, no quiero que me vuelvas a buscar nunca más y grábate bien esto, Si no puedes lidiar con los amores, mejor no los tengas- no me importo que las demás personas nos gritaran, de todos modos yo ya no tenía nada más que hacer en ese lugar, tome mis cosas y salí de la sala por la entrada principal, con lagrimas en los ojos, pero por el coraje que tenía, estaba echando humo, al alejarme vi que salía Víctor, quizá hecho pedazos lo llevaban Andrea y sus amigos, voltee y lo último que vi eran los ojos de Andrea, con una mirada asesina, que no le conocía, pero mi enojo e ira hacían que no me importara en ese momento, no me sentía arrepentida.
Me encamine a la salida de la plaza y hacia mi auto, conduje y pensé, que quizá no fue tan mala la salida, porque al final había hecho algo terrible, romperle el corazón a Víctor, pero no había otra forma de quitármelo de encima, ya que en primer lugar fui yo quien hizo que volviera a latir ese corazón medio muerto, que ahora si ya estaba rematado, eso me daba alivio, decía, es más fácil lidiar con un corazón roto que con uno moribundo, me decía, llegue a casa y mi Mamá que estaba casualmente en la cocina, pregunto – Hija llegas temprano ¿Todo estuvo bien que tal la película?
A lo que conteste – Horrible y empalagosa, nada más alejado de la realidad, no la acabe de ver.
No tenía congruencia lo que había contestado - ¿Qué te pasó a quien te encontraste?
Pues solo digamos que ya no tendré que decirle a Víctor nada más en mucho tiempo, y es lo único que diré porque si no voy a hacer corajes y en definitiva lo único en lo que quiero pensar a partir de ahora es en mi examen y mi Universidad – le dije.
Bueno, que no quieres platicar ¿Quieres cenar? –preguntó.
Por favor, puedes prepararme también un té- le dije.
Sí- me respondió, y cene tranquilamente para poder irme a dormir, y continuar con el resto de mi semana planeada.
Y así alcance la entrada, no pensaba en muchas cosas, salvo en alguna que otra pregunta de las guías sobre todo en las que me había equivocado, y se repetían constantemente, ¿qué clase de descanso era este?
Hace mucho que no había ido al cine, y había películas muy interesantes, así que me forme para ver una película que era secuela de una historia romántica, al principio estaba dudando de ir a verla, porque estaba asqueada de las relaciones humanas pero me dije, no me caería mal un toque de irrealidad, además en mi estado actual lo más congruente era que la viera con cierto grado de sarcasmo, en fin, cuando llegue a pedir mi boleto, dije – Uno para la segunda parte de Romance Inmortal.
¿Uno?- cuestionó la muchacha que atendía los boletos, a lo que contesté un poco enfurecida –Si uno- Hizo una mueca y remató – Solo tengo hasta las siete- Aunque la actitud de la tendera me mataba conteste –démelo- , -son 30 pesos- ella dijo y pague con un billete de 50, y recibí mi cambio – disfrute la película- me dijo, y conteste -lo haré, SOLA- y me aleje un poco molesta, pero en parte era de esperarse, iba sola a ver una película de romance, hasta yo pensaría mal de aquello, pero en este momento no importaba. Sentía ganas de un aperitivo, así que me fui a la zona de las comidas a pedir comida japonesa, por la que tuve antojo los últimos días, y satisfacerlo de vez en cuando no dañaba a nadie, además el hacerlo hacía que trajera a mi mente a mi amiga Viridiana, y al mismo tiempo como no estaba presente darme el lujo de escoger lo que quería, me agradaba mucho pensar que tipo de comentarios haría, sobre las calorías de los alimentos que suelo pedir, y a lo que yo respondía que ella era en realidad buena para eso y la haría bien de dietista profesional o acondicionadora física, lo que traería a consecuencia más parloteo y un cambio repentino de conversación usualmente al susodicho de Rodrigo, y pesar de todo el asunto de Rodrigo y Viridiana conmigo en medio eran literalmente un dolor de cabeza, ya que cuando pensaba en ello comenzaban las migrañas, aunque en realidad siempre pensaba en ellos cuando tenía otras cosas de por medio, tal como ahora, pero de cierta forma era mejor pensar en ello ahora, mi orden estaba lista me levante y la recibí, me dirigí a mi mesa y abrí el recipiente que contenía los rollos de sushi, saque los palitos del empaque y dije en voz alta “Por qué diablos no ponen unos tenedores o una cuchara” mientras los acomodaba para intentar comer todo aquello, solté un suspiro y mientras comenzaba mi ritual de alimentación, pensaba en lo que había dejado pendiente, no me gustaba pensar que Viridiana había sido manipuladora todo este tiempo, pero el simple hecho de que Rodrigo aceptara no estar seguro que de verdad estuviera enamorado de mi, como decía Viridiana, solo me hacía pensar que ella se estaba proyectando en mí, vive a través de ello, lo que ella no se atreve a vivir para ella misma, raro en ella, -quizá no es tan segura como yo pensaba que era- repetí de nuevo en voz alta y me llevaba mi último trozo de sushi a la boca, fue ahí cuando lo divise, era Víctor, y estaba con Andrea y otras personas que no conocía, afortunadamente el aun no me había visto, y si no fuera por el hecho de que ya había planeado terminar mi tarde yendo de hecho a ver una película, que de verdad quería ver y de la que ya tenía boleto, ya hubiera emprendido la retirada, así que ágil me deslice fuera del área de comida sin que me notaran y me fui a refugiar en las tiendas, fingiendo que iba a comprar, aunque solo fuera a ojear también uno que otro par de prendas, hasta que tuviera que ir a mi película.
No disfrutaba del todo, fingir hacer compras y al mismo tiempo cuidándome de no encontrarme con aquel peculiar grupo, mi idea era permanecer en el área de comida pensando pero pues ese plan obviamente perdió su viabilidad, era absurdo tenerles miedo, me decía, no estaba justificado, ¿solíamos ser amigos no?, exacto – Solíamos- conteste en voz alta para mí misma, lo cierto es que las cosas si eran muy cambiadas, Andrea justificadamente me odia, y Víctor injustificadamente me ama, no guardaba sentido, y era una cruel ironía, y responsabilidad mía. Tomaba las prendas de los estantes y las observaba detenidamente, buscando detalles, de nuevo sin intención de comprarlas, y me parecía absurdo, pero no podía hacer más, ya solo faltaban minutos y pensé que quizá podría esperar un poco más en la sala de espera, más seguro ahí que en ningún otro lugar, ahí hay oscuridad y difícilmente me verían ahí, además había demasiada gente en la plaza, por lo que tenía otro punto a mi favor, ¿por qué temo tanto?, no hay razón para sentirse de esta forma, ellos no me verán y salí campante e ingenuamente del local con esa idea cuando de nuevo la ironía y el destino se encargarían de callarme, me los tope de frente, y esto se había convertido en milésimas en una de esas situaciones, en las que me hubiese gustado ver mi expresión al verlos, pero con describir lo que sentía en ese momento era más que suficiente, lo que sentía era más fuerte que la ansiedad o el miedo, era pánico, pero no podía salir corriendo a pesar de que lo deseaba, estaba inmóvil, convenciéndome de sonreír, y con respecto a los personajes que me importaban, pues dentro de lo esperado, Víctor con una cara de iluminación y de ilusión y la de Andrea por el otro lado llena de repudio y rencor, no era extraño, que fuese Víctor quien hablara primero.
Mariana, que agradable sorpresa- dijo mientras se acercaba para besarme, realice maniobras evasivas para que solo fuera un beso de mejilla, mi atacante un poco frustrado no disminuyó su nivel de felicidad que reflejaba su cara, no así la de Andrea que fruncía más su ceño, me acerque a la saludar a cada uno de ellos, mientras Víctor me presentaba a sus otros dos compañeros de universidad, uno aparentemente la nueva pareja de Andrea y al final salude a Andrea, solo le dije -Hola ¿Cómo estás?- ella contestó – hasta hace un momento muy bien- la verdad no tenía que soportar las puñaladas así que respondí sarcásticamente -no recordaba que fueras tan amable-, y Víctor corto de nuevo – No en serio, pensé que estabas ocupada ¿Qué haces por acá?-
Le conteste sin mucho ánimo, y sin intentar ocultar que tenía prisa y estaba incomoda – Ah, Pues como acabe temprano mis pendientes, quise despejarme un rato y ver una película, y ya está a punto de iniciar-
¿En serio, cual vas a ver?- pregunto entusiasmado, al parecer era el único que no se percataba que quería salir rápido de todo eso.
Pues la segunda parte de Romance Inmortal- En cuanto termine de decirlo, parecía que iba a explotar, no cabía de la emoción que sentía, parecía que se volvería loco de tanta ilusión, y yo con la sola idea de la cabeza que sucediera algo que me matara, la cosa no pintaba bien.
¿A qué hora vas a ir a verla?- en cuanto hizo la pregunta era más que obvio que iban a ver esa película, el decir la hora era solo comparable a un tiro jugando a la ruleta rusa, solo que con más balas en el barril de lo habitual.
A las siete- y así fue, el barril del revolver se acciono detonando una bala girando lenta y mortalmente hasta mi cabeza a donde se encontraba apuntando, en sentido figurado.
Woooh, no puede ser, nosotros también vamos a verla – pero a pesar de todo, parecía controlarse o al menos parecía. ¿Vienes con alguien? Oh qué diablos vayamos juntos.
No en definitiva no pensaba claro y no había forma de librarme de esta –Pues, supongo que está bien- Pues ya que- moría por dentro.
Camine a su lado, pero marcando mi distancia, burlando y esquivando todo ataque para intentar tener contacto físico conmigo y por si fuera poco también verbal, quizá en ese punto no fue tan directo, pero sus indirectas eran obvias y molestas, intentaba no ver a Andrea, porque suponía yo que ya se encontraba nadando en bilis.
Mariana, ¿te acuerdas cuando fuimos a ver la primera película juntos?- Insistía, mientras intentaba tomar mi mano por tercera o cuarta vez.
Intento recordarlo – Dije como una forma de decir que ya lo nuestro estaba olvidado.
Bueno más bien eso lo decías las últimas películas que vimos juntos ¿pero las primeras?- Insistió.
Pues solo que no me dejabas verlas, ¿van a pedir palomitas te puedo encargar un paquete chico para mí? – le dije para que me dejara en paz un momento, quizá hacía mal en pedírselo, pero no encontraba otra forma de quitármelo de encima.
Claro me dijo, y no te preocupes, yo te las invito – porque vio que ya estaba sacando mi cartera, cosa que solía hacer cuando me enojaba con él y salíamos- dijo adelántense para apartar lugar. Y así me adelante cuando Andrea me alcanzó.
Mariana, ¿a qué juegas?- me reto.
A absolutamente nada, solo quería ver una película yo sola, pero tú dime, aparentemente yo también estoy súper cómoda aquí, si pudiera ya me hubiera ido- le dije.
Pues quizá es eso mejor, pensé que lo ibas a dejar ya en paz- me dijo.
¿Yo?, ¿dejarlo en paz?, ¿si ves bien?, él ni siquiera me deja respirar, cada viernes habla para que nos veamos- le dije.
Y ¿por qué estás aquí entonces?- siguió, ya estábamos fuera del pasillo.
Ya te dije, no lo planee, y para ser sincera lo debí prever, pero tengo muchas cosas en la cabeza en este momento, quería estar tranquila, eso es todo- solo resoplo ante mi defensa.
Pues ya que, vamos a buscar asiento- e ingresamos a la sala, estaban los anuncios de los próximos estrenos.
Pocos minutos después ya habían llegado los acompañantes con nuestras frituras, era inevitable que me quedara sola con él.
Y pronto empezó la película, y no la podía disfrutar, no sabía que había en la pantalla, estaba más ocupada en ocultarme de Víctor y sus continuos esfuerzos de tener un contacto físico conmigo al menos un pequeño roce, pero yo estaba empeñada en no darle el gusto.
Cuando en la pantalla se producía la escena de mayor clímax y el encuentro de los protagonistas y la revelación de sus sentimientos, tal como había sido en la precuela, mi acompañante se vio hábil, alcanzo con gran rapidez mi mano y la sostuvo firmemente, para que yo no la pudiera retirar, y al unisonó con la película y en un susurro dijo en mi oído – Yo siempre te amé, y lo seguiré haciendo, mi pasado y mi futuro convergen en ti-
Tomé mucha fuerza, y descargue la frustración que sentía una vez más y tuve un arranque, como el que había tenido hace rato, cuando estaba sola- A la mierda, ya estoy cansada, ¡Cansada!
Me levante y lo mire a los ojos – Mira lo que has hecho, has logrado que verdaderamente te odie, me exasperas, no entiendes la diferencia entre realidad y fantasía, yo respeto nuestro pasado, en serio, pero no tienes idea de cómo me arrepiento de tres cosas, una de haber venido hoy, dos de haberte besado aquella vez, y la tercera y quizá lo más importante de haberte conocido, ya estoy asqueada, no quiero que me vuelvas a buscar nunca más y grábate bien esto, Si no puedes lidiar con los amores, mejor no los tengas- no me importo que las demás personas nos gritaran, de todos modos yo ya no tenía nada más que hacer en ese lugar, tome mis cosas y salí de la sala por la entrada principal, con lagrimas en los ojos, pero por el coraje que tenía, estaba echando humo, al alejarme vi que salía Víctor, quizá hecho pedazos lo llevaban Andrea y sus amigos, voltee y lo último que vi eran los ojos de Andrea, con una mirada asesina, que no le conocía, pero mi enojo e ira hacían que no me importara en ese momento, no me sentía arrepentida.
Me encamine a la salida de la plaza y hacia mi auto, conduje y pensé, que quizá no fue tan mala la salida, porque al final había hecho algo terrible, romperle el corazón a Víctor, pero no había otra forma de quitármelo de encima, ya que en primer lugar fui yo quien hizo que volviera a latir ese corazón medio muerto, que ahora si ya estaba rematado, eso me daba alivio, decía, es más fácil lidiar con un corazón roto que con uno moribundo, me decía, llegue a casa y mi Mamá que estaba casualmente en la cocina, pregunto – Hija llegas temprano ¿Todo estuvo bien que tal la película?
A lo que conteste – Horrible y empalagosa, nada más alejado de la realidad, no la acabe de ver.
No tenía congruencia lo que había contestado - ¿Qué te pasó a quien te encontraste?
Pues solo digamos que ya no tendré que decirle a Víctor nada más en mucho tiempo, y es lo único que diré porque si no voy a hacer corajes y en definitiva lo único en lo que quiero pensar a partir de ahora es en mi examen y mi Universidad – le dije.
Bueno, que no quieres platicar ¿Quieres cenar? –preguntó.
Por favor, puedes prepararme también un té- le dije.
Sí- me respondió, y cene tranquilamente para poder irme a dormir, y continuar con el resto de mi semana planeada.
Continuara en el Siguiente Capitulo
Tuesday, December 14, 2010
El Erizo, Cap. 16 "Espinas", Parte II
Mientras revisaba de nuevo quien era la otra persona que intentó comunicarse conmigo, di con una explicación, -por miedo a no poder controlar las emociones- dije en un hilo, y el número del móvil de Víctor en la pantalla, mientras me decidía si quería hablarle o no, para desairarlo una vez más de no sé ya cuantas veces, no podía evitar repasar en mi mente todo lo que había escuchado de los demás, y sí, si existiera una palabra para describir lo que hacia mi ex, era “fuera de control” y en parte, Viridiana me dio la razón en el error que había cometido al besarle, por precisamente perder el control, pero el hacerlo no está mal, pensaba que la relación perfecta sería con aquella persona con la que simplemente me dejara llevar sin mirar atrás, pero esta lo otro, la vida, los detalles, que por una u otra razón no son compatibles con simplemente dejarse ir, solo porque no es el momento, y admito que a veces es difícil contenerse, y por ello es que existen las costumbres y hábitos, y recientemente mi habito era decir, no. Ya había marcado el Teléfono de Víctor timbro un par de veces y contesto rápidamente.
Mariana, devolviste mi llamada – No lo deje continuar.
Víctor, ya en serio, basta – sabía que era un error devolverle la llamada, pero la verdad prefería tener que confrontarlo de esta forma a tenerlo todo el día llamando a casa.
Solo quería invitarte al cine, se que estas ocupada y… - De nuevo lo interrumpí.
Víctor en serio, no te hagas esto, yo no soy ni seré más lo que fui, no quiero odiarte, pero no me estas dejando alternativa, te pido por última vez que me dejes en paz – le dije.
Mariana, no me hagas esto, al menos déjame intentarlo, yo sigo…- suspire, iba a ser muy dura esta vez.
Bueno sigue persiguiendo fantasmas, yo ya estoy muy lejos de ti, si no lo quieres entender y prefieres seguir picando piedra, adelante a mi no me importa lo que hagas con tu tiempo, pero por favor, no me quites el mío que yo si tengo cosas importantes que hacer. Y le colgué.
Lo cierto es que también ya me estaba cansando de tener que hablar tan constantemente con él, y hacerlo, hacía que no sacara la mejor versión de mí, aunque en cierta forma él también se lo buscaba, lo que me hacía pensar que quizá ahora que recuperé un poco de mi cordura, a todos se les hizo fácil perder la cabeza y encima y quizá también porque yo lo busque, cargar con sus problemas.
Lleve mi enfurecido cuerpo, exhalando humo del coraje, principalmente, porque hacían que me desconcentrara de lo que para mí es importante en este momento, no me dejaban expresar o no tomaban en cuenta mi opinión – déjenme en paz- grite, ya estando en mi habitación, tome el almohadón y lo puse como punching bag, para descargar mi inmensa frustración, mi berrinche no terminaba, pero mis intentos violentos cada golpe perdían un poco más de intensidad, hasta que finalmente me vi superada y de la ira y frustración que sentía, caí derribada sobre la almohada a la que estaba golpeando, y ahogada en otro grito, comenzaron a brotar las lagrimas de nuevo, no lograba controlarme, hasta que sentí la presencia de mi Mamá en mi habitación, apenas voltee y me seque las lagrimas que se derramaban, cuando ella pregunto – Mariana ¿Estás bien, que te pasa hija? Y se acercaba al borde de la cama, yo me reincorpore y tome mis piernas con mis brazos y me recosté sobre mis rodillas, para decir – Todo, aparentemente todo sigue mal, Mamá.
Mira, hija yo creo que ese muchacho con el que solías salir ya se está pasando, siempre que hablas con él, terminas de mal humor, si bien nos va, y hay ocasiones como esta en que nos preocupa, te respetamos como mujer sabemos que tienes tus cosas, pero no crees que ya es momento en que nos dejes intervenir- Me dijo.
Es verdad Mamá, pero no es solo él, él es solo un error que cometí, y que no va a dejarme en paz, pero él es el más insignificante de mis problemas, estoy estresada y cansada, por lo del examen, en verdad no me quiero fallar- dije.
No lo harás- me dijo mientras me abrazaba.
Nunca te había visto tan comprometida contigo misma, por eso estoy segura, al menos de que te aceptaran, con esa actitud puedes llegar a hacer lo que quieras- me dijo.
Gracias, mamá – le dije.
Pero también creo que de vez en cuando te tomes tiempo, para ti, siento que también necesitas despejarte un poco, abre la ventana, hoy es viernes, sal a caminar, no sé algo así- me dijo mientras se levantaba y abría la ventana de mi habitación para que entrara un poco de aire fresco.
No lo sé Mamá, temo que mi cabeza está metida en esto y cada minuto que pierdo no estudiando, es desperdiciarlo- le dije mientras acomodaba un poco el desastre que había en mi cama, y colocaba la siguiente guía a resolver sobre la pila, más próxima a mí.
Ay, hija, siento que en verdad deberías darte un respiro, para que no caigas en la necesidad de estar todo el tiempo saturada, y principalmente, para que no tengas estos arranques- me dijo y después continuo.
Sé que esos muchachos sienten cosas por ti, les interesas, no los conozco no se sus intenciones, pero debes poner en claro cuáles son tus prioridades y…- no la deje continuar porque esta conversación ya la había tenido con Papá.
Lo sé Mamá, ese conflicto lo resolví hace mucho, mi problema es que ellos no lo quieren entender, uno porque cree absurdamente que las cosas pueden regresar a ser lo que fueron, a pesar de todo, pero ya no puedo hacerle entender que no pasara, y el otro a pesar de querer hacerlo entrar en razón, simplemente no me escucha, ese es el motivo de mi frustración, me hacen sentir responsable y no me dejan solucionarlo- me escucho y dijo.
Pues ignóralos, tú has tu vida, a pesar de ellos, si no quieren escucharte, no creo que debas mortificarte por ello, debes pensar en ti- me dijo.
La verdad, mi mamá es la peor concejera que puedo tener, porque piensa de forma tan similar a la mía, que de hecho a veces puede llegar a confundirme más, pero no había razón para retenerla más en mi habitación, y aunque no me gustase, le tenía que mentir, y sin embargo iba a tomar sus concejos con cierta cautela.
Muchas gracias Mamá, ya estoy mejor, se que todavía tienes cosas que hacer- le dije mientras tomaba la guía y la ponía sobre mis piernas.
Bueno, creo que ya estas mejor, hija voy a hacer la comida- me dijo mientras se levantaba, cuando alcanzo la puerta yo ya estaba analizando las instrucciones de la nueva guía cuando se volteo para completar – Si me necesitas, yo estaré aquí.
Gracias, por todo Mamá- le dije y se retiro, escuche los pasos mientras se alejaba.
Deje la guía a un lado, y me acerque a la ventana recién abierta para que me diera un poco del aire fresco, cuando lo note ya estaba asomada a través de ella, y solté un suspiro- salir a darme un respiro- repetí para mí misma.
No sonaba mal, lo cierto es que el estar todo el día leyendo libros y guías como había estado haciendo si bien no eran parte de mí, si me denotaban cierto grado de inseguridad, pero lo cierto es que ya me sentía casi preparada para el examen, y no había razón para presionarme de esta forma. Sin presiones, tome la guía y la resolví fluidamente, sin pensar mucho las preguntas y dar una respuesta rápida, ya casi había terminado, cuando mi Mamá llamaba a comer, baje y ya estaba mi pequeño hermano ahí, lo salude, pero lo extraño es que no me había fijado a qué hora había llegado, hasta la comida se me paso con cierta tranquilidad, termine de comer y lave los trastes y mientras lo hacía a mi Mamá que se encontraba en la otra habitación, le di el aviso.
Mamá, pensé en lo que me dijiste, y en cuanto termine mi guía voy a salir a la plaza a ver una película – le dije.
Me da gusto hija, ¿pero si te da tiempo y con quien iras?- Me pregunto.
Menudo problema ya era un poco tarde para hacer planes en conjunto, pero por el tiempo no había problema alguno, así que contesté – Si me da tiempo, ya solo me faltan un par de preguntas de la nueva guía y revisarla y pues quede con unas amigas hace unos minutos- aunque en verdad no tenía problema alguno de ir yo sola, a últimas fechas lo hacía para despejarme y alejarme un poco de casa, porque, ¿extraño no?, ahora también extrañaba estar sola.
Y así no transcurrió otra hora cuando ya hube terminado de revisar mi guía, e increíblemente en la que me había ido mejor, sin embargo, aun dejaba huecos por resolver, pero estaba feliz, por ello, y principalmente porque así sentía que podía irme a divertir y no habría problema alguno, así me arregle un poco y salí, aun estaba el sol, pero ya se encontraba en puesta, por lo que no era molesto de hecho todo lo contrario, solo quería un momento para despejarme, así conduje a la plaza.
Mariana, devolviste mi llamada – No lo deje continuar.
Víctor, ya en serio, basta – sabía que era un error devolverle la llamada, pero la verdad prefería tener que confrontarlo de esta forma a tenerlo todo el día llamando a casa.
Solo quería invitarte al cine, se que estas ocupada y… - De nuevo lo interrumpí.
Víctor en serio, no te hagas esto, yo no soy ni seré más lo que fui, no quiero odiarte, pero no me estas dejando alternativa, te pido por última vez que me dejes en paz – le dije.
Mariana, no me hagas esto, al menos déjame intentarlo, yo sigo…- suspire, iba a ser muy dura esta vez.
Bueno sigue persiguiendo fantasmas, yo ya estoy muy lejos de ti, si no lo quieres entender y prefieres seguir picando piedra, adelante a mi no me importa lo que hagas con tu tiempo, pero por favor, no me quites el mío que yo si tengo cosas importantes que hacer. Y le colgué.
Lo cierto es que también ya me estaba cansando de tener que hablar tan constantemente con él, y hacerlo, hacía que no sacara la mejor versión de mí, aunque en cierta forma él también se lo buscaba, lo que me hacía pensar que quizá ahora que recuperé un poco de mi cordura, a todos se les hizo fácil perder la cabeza y encima y quizá también porque yo lo busque, cargar con sus problemas.
Lleve mi enfurecido cuerpo, exhalando humo del coraje, principalmente, porque hacían que me desconcentrara de lo que para mí es importante en este momento, no me dejaban expresar o no tomaban en cuenta mi opinión – déjenme en paz- grite, ya estando en mi habitación, tome el almohadón y lo puse como punching bag, para descargar mi inmensa frustración, mi berrinche no terminaba, pero mis intentos violentos cada golpe perdían un poco más de intensidad, hasta que finalmente me vi superada y de la ira y frustración que sentía, caí derribada sobre la almohada a la que estaba golpeando, y ahogada en otro grito, comenzaron a brotar las lagrimas de nuevo, no lograba controlarme, hasta que sentí la presencia de mi Mamá en mi habitación, apenas voltee y me seque las lagrimas que se derramaban, cuando ella pregunto – Mariana ¿Estás bien, que te pasa hija? Y se acercaba al borde de la cama, yo me reincorpore y tome mis piernas con mis brazos y me recosté sobre mis rodillas, para decir – Todo, aparentemente todo sigue mal, Mamá.
Mira, hija yo creo que ese muchacho con el que solías salir ya se está pasando, siempre que hablas con él, terminas de mal humor, si bien nos va, y hay ocasiones como esta en que nos preocupa, te respetamos como mujer sabemos que tienes tus cosas, pero no crees que ya es momento en que nos dejes intervenir- Me dijo.
Es verdad Mamá, pero no es solo él, él es solo un error que cometí, y que no va a dejarme en paz, pero él es el más insignificante de mis problemas, estoy estresada y cansada, por lo del examen, en verdad no me quiero fallar- dije.
No lo harás- me dijo mientras me abrazaba.
Nunca te había visto tan comprometida contigo misma, por eso estoy segura, al menos de que te aceptaran, con esa actitud puedes llegar a hacer lo que quieras- me dijo.
Gracias, mamá – le dije.
Pero también creo que de vez en cuando te tomes tiempo, para ti, siento que también necesitas despejarte un poco, abre la ventana, hoy es viernes, sal a caminar, no sé algo así- me dijo mientras se levantaba y abría la ventana de mi habitación para que entrara un poco de aire fresco.
No lo sé Mamá, temo que mi cabeza está metida en esto y cada minuto que pierdo no estudiando, es desperdiciarlo- le dije mientras acomodaba un poco el desastre que había en mi cama, y colocaba la siguiente guía a resolver sobre la pila, más próxima a mí.
Ay, hija, siento que en verdad deberías darte un respiro, para que no caigas en la necesidad de estar todo el tiempo saturada, y principalmente, para que no tengas estos arranques- me dijo y después continuo.
Sé que esos muchachos sienten cosas por ti, les interesas, no los conozco no se sus intenciones, pero debes poner en claro cuáles son tus prioridades y…- no la deje continuar porque esta conversación ya la había tenido con Papá.
Lo sé Mamá, ese conflicto lo resolví hace mucho, mi problema es que ellos no lo quieren entender, uno porque cree absurdamente que las cosas pueden regresar a ser lo que fueron, a pesar de todo, pero ya no puedo hacerle entender que no pasara, y el otro a pesar de querer hacerlo entrar en razón, simplemente no me escucha, ese es el motivo de mi frustración, me hacen sentir responsable y no me dejan solucionarlo- me escucho y dijo.
Pues ignóralos, tú has tu vida, a pesar de ellos, si no quieren escucharte, no creo que debas mortificarte por ello, debes pensar en ti- me dijo.
La verdad, mi mamá es la peor concejera que puedo tener, porque piensa de forma tan similar a la mía, que de hecho a veces puede llegar a confundirme más, pero no había razón para retenerla más en mi habitación, y aunque no me gustase, le tenía que mentir, y sin embargo iba a tomar sus concejos con cierta cautela.
Muchas gracias Mamá, ya estoy mejor, se que todavía tienes cosas que hacer- le dije mientras tomaba la guía y la ponía sobre mis piernas.
Bueno, creo que ya estas mejor, hija voy a hacer la comida- me dijo mientras se levantaba, cuando alcanzo la puerta yo ya estaba analizando las instrucciones de la nueva guía cuando se volteo para completar – Si me necesitas, yo estaré aquí.
Gracias, por todo Mamá- le dije y se retiro, escuche los pasos mientras se alejaba.
Deje la guía a un lado, y me acerque a la ventana recién abierta para que me diera un poco del aire fresco, cuando lo note ya estaba asomada a través de ella, y solté un suspiro- salir a darme un respiro- repetí para mí misma.
No sonaba mal, lo cierto es que el estar todo el día leyendo libros y guías como había estado haciendo si bien no eran parte de mí, si me denotaban cierto grado de inseguridad, pero lo cierto es que ya me sentía casi preparada para el examen, y no había razón para presionarme de esta forma. Sin presiones, tome la guía y la resolví fluidamente, sin pensar mucho las preguntas y dar una respuesta rápida, ya casi había terminado, cuando mi Mamá llamaba a comer, baje y ya estaba mi pequeño hermano ahí, lo salude, pero lo extraño es que no me había fijado a qué hora había llegado, hasta la comida se me paso con cierta tranquilidad, termine de comer y lave los trastes y mientras lo hacía a mi Mamá que se encontraba en la otra habitación, le di el aviso.
Mamá, pensé en lo que me dijiste, y en cuanto termine mi guía voy a salir a la plaza a ver una película – le dije.
Me da gusto hija, ¿pero si te da tiempo y con quien iras?- Me pregunto.
Menudo problema ya era un poco tarde para hacer planes en conjunto, pero por el tiempo no había problema alguno, así que contesté – Si me da tiempo, ya solo me faltan un par de preguntas de la nueva guía y revisarla y pues quede con unas amigas hace unos minutos- aunque en verdad no tenía problema alguno de ir yo sola, a últimas fechas lo hacía para despejarme y alejarme un poco de casa, porque, ¿extraño no?, ahora también extrañaba estar sola.
Y así no transcurrió otra hora cuando ya hube terminado de revisar mi guía, e increíblemente en la que me había ido mejor, sin embargo, aun dejaba huecos por resolver, pero estaba feliz, por ello, y principalmente porque así sentía que podía irme a divertir y no habría problema alguno, así me arregle un poco y salí, aun estaba el sol, pero ya se encontraba en puesta, por lo que no era molesto de hecho todo lo contrario, solo quería un momento para despejarme, así conduje a la plaza.
Tuesday, December 07, 2010
El Erizo, Cap. 16 "Espinas", Parte I
Las tres semanas siguientes, fueron de desconexión total, pues quería concentrarme en alcanzar mi sueño, de entrar a la escuela de veterinaria, y esta vez no iba a dejar nada al azar, por supuesto ya tenía mis opciones, sin embargo la escuela que más me convenía, sin bien, no estaba tan alejada de mi casa, si representaba muchas dificultades, por la cantidad de aspirantes y segundo porque era el examen que estaba más pronto a realizarse, como en verdad quería quedarme ahí, lo único que hice durante ese mes era estudiar y repasar desesperadamente los temas que se preguntaban habitualmente en los exámenes.
Había en mi cama montones de guías de Matemáticas, y Literatura que eran mis materias más débiles y de las cuales por alguna extraña razón las que contaban con mayor cantidad de puntos, por ciencias no había tanto problema y de hecho por los acontecimientos recientes, muchas de las preguntas se me hacían pan comido, aunque no por eso dejaba de consultar algunos temas, era desesperante porque tenía que hacerlo yo sola y a regañadientes, si me tomaba un segundo de descanso, mi yo interna no me permitía tomarme más de lo que fuese absolutamente necesario, por otro lado ya no me desvelaba, y me levantaba a una hora prudente, pero mientras estuviera despierta y no tuviera que haceres pendientes, la prioridad era estudiar, la computadora permanecía apagada la mayor parte del tiempo, y la utilizaba muy esporádicamente, más que para ver más opciones de escuelas y para mantenerme en contacto con las escuelas lo mismo con el teléfono, no sabía nada de mis amigos o compañeros lo que sea que fuesen ahora, y no quería pensar en ellos. Estaba muy agradecida con mi familia porque a pesar de todo me apoyaban con mi nuevo proyecto de vida, era viernes y faltaba una semana para dicho examen, en verdad, quería quedarme ahí en mi primer intento y no como hace un año, que fue durante las últimas semanas de clase que supe donde se desenvolvería mi destino.
Justo cuando estaba terminando de repasar una de las guías de la escuela, sonó el teléfono de mí casa, en un principio no le preste importancia, escuche que alguien había ido a contestar, pero yo seguía concentrada en el ejemplo de la guía analizándolo, ya me faltaba poco de la misma, los siguientes segundos, se acercaban los pasos de mi mamá a mi habitación, y me hablo – Mariana te hablan por teléfono- , eso no fue suficiente para salir de trance, conteste – estoy ocupada, que en 10 minutos me hablen. Y mi Mamá se retiro, no habían transcurrido ni 3 minutos cuando de nuevo el teléfono sonó, esta vez estaba hipnotizada por el penúltimo ejemplo, de nuevo mi mamá se acerco a mi puerta y antes de que dijera algo, conteste – En cuanto me desocupe yo hablo, por favor- Pero mi mamá respondió - Es que es otro muchacho- no quería desconcentrarme, a lo que conteste – No importa yo le hablo en un rato- y se retiro mi mamá, en otros minutos termine de leer la guía y estaba lista para responder otro examen de muestra, quizá exageraba un poco, pero realmente estaba comprometida en esto, no era ni medio día y ya estaba saturada de libros y de preguntas, pero esta vez me estaba tomando las cosas a conciencia. Lo cierto es que también necesitaba despejarme porque si no lo único que lograría sería aburrirme, y para cuando llegase el día crítico en unos días estaría ya fastidiada de lo mismo, por eso estos días serían en mi caso críticos, y no quería ser molestada, pero aparentemente el destino siempre impondrá pruebas que son en cierta forma necesarias, por cortesía regrese las llamadas.
Revise el aparato del teléfono, para ver el historial de llamadas recientes y llame al último número que era el que tenía más prisa de hablar conmigo, no me fije en el numero, y para cuando me había dado cuenta ya era tarde, sonó el tono una, dos y hasta la tercera vez contestaron.
Bueno, habla Mariana- Dije.
Hola, soy Rodrigo- me contesto del otro lado, tome cierta serenidad para contestarle.
¿De qué querías hablar conmigo? – pregunte.
No lo sé, tal vez arreglar lo que sucedió últimamente – dijo con cierta timidez.
Como no había forma de que nos viéramos pronto, era el momento de aclararlo aunque esto fuese por teléfono, aunque tampoco quería colgarme mucho, porque todavía tenía una llamada pendiente, que por obvias razones deje pendiente- Dime.
Pues no sé por dónde empezar, quiero pedirte disculpas, pero ni siquiera sé si fue realmente mi culpa o la tuya- sonaba que tenía dificultades, y a mí me olía a Viridiana a todas partes tome el control de la situación de inmediato.
Se a que te refieres- le dije- no hay disculpas que ofrecer, ni que dar por ninguna de las dos partes, porque no somos pareja, somos amigos, y sé lo que estas pensando, pero yo no pienso más así, tengo otras cosas en que pensar y no es nada contra ti de veras, pero ahorita estoy en un punto de mi vida donde es mejor que este sola, sin compromisos, tú mismo lo has dicho, pero yo no creo que sea una cuestión de actitud, si no del momento que vivimos, quizá el futuro diga otras cosas.
No lo sé, estoy confundido, no quiero dejarte ir – me dijo.
Quería terminar esto de una vez, quería quitarle la venda de los ojos- Rodrigo, puedo preguntarte algo y me contestas con toda la honestidad del mundo.
Pues adelante- me dijo.
¿Me hablaste por voluntad propia o por concejo de Viridiana?- escupí la pregunta.
Tardo unos segundos en contestar – Quería hablarte, pero sentía que tu debías hacerlo, y el tiempo se me fue y…
Ya no digas más, Viridiana te dijo que me hablaras ¿verdad? – lo rete, sin ser demasiado agresiva.
La verdad me dijo que si no te quería perder, lo hiciera, y que te dijera lo que siento por ti- me dijo un poco consternado.
Pero tú no sabes que es lo que sientes por mí – le dije.
Tan obvio soy- me dijo y soltó una risa nerviosa.
No es tu culpa, nos hemos dejado llevar, me agradas y te aprecio, no, lo cierto es que te quiero, pero no de la forma en la que lo hemos querido hacer, no somos válvulas de escape, solo nos hemos estado engañando- le dije.
Yo creo, que también te quiero, pero no te amo, sí, eso exactamente,- soltó un suspiro- ya no me siento, bueno pues me siento, sin ofender, liberado.
Si yo también, pero tengo algo pendiente aún por resolver, amigo mío, se que te va a molestar que te lo diga, pero es que no puedo permitirme estar más en esta situación, así que escúchame que esta es la razón por la que también hemos salido peleando, pero es importante, no para mí- le dije con seriedad.
Dime – me dijo sin mucho ánimo.
Siento, que Viridiana nos ha utilizado, quizá inconscientemente- le dije.
¿Lo dices por qué?- preguntó, aunque no se escuchaba muy convencido.
Mira sé que no lo quieres ver, y ella tampoco lo hace fácil, pero yo se que ustedes se traen cosas, tu confusión, su confusión, más bien nuestra, es por esa misma razón, y que se llama Viridiana, ha querido tener las cosas bajo control pues desde que nos conocimos y dimos un simple chispazo de atracción, y quizá este paranoica pero a mí, siempre me ha dado esa impresión, de querer manejar las cosas de modo que ella no sienta que se ha quedado fuera- le dije, insistiendo en las ideas que siempre he tenido al respecto.
Ah ya se a donde va esto, mira, prometo que no me enoja, principalmente porque sería hipócrita de mi parte negarlo, sobre todo con lo que acabamos de hablar, es solo que siento que es algo que debo analizar yo solo- me dijo.
Lo entiendo totalmente y estoy de acuerdo contigo, es cosa tuya, quiero hablar con Viridiana también, de verdad no lo hago con otro fin, me importan y los quiero no tienes idea de cuánto significan para mí, pero prométeme que lo vas a resolver- le dije.
Si lo hare- me dijo – pero ya me debo de ir, se me hace tarde. Y me colgó, de nuevo me quede con las ideas a medias, no podía hacer que Viridiana y Rodrigo me escucharan y eso me frustraba, pero por que les da tanto miedo aceptar sus emociones, para que tantas mentiras, y sin quererlo para retomar lo que tenía que hacer llegue a una posible explicación.
Había en mi cama montones de guías de Matemáticas, y Literatura que eran mis materias más débiles y de las cuales por alguna extraña razón las que contaban con mayor cantidad de puntos, por ciencias no había tanto problema y de hecho por los acontecimientos recientes, muchas de las preguntas se me hacían pan comido, aunque no por eso dejaba de consultar algunos temas, era desesperante porque tenía que hacerlo yo sola y a regañadientes, si me tomaba un segundo de descanso, mi yo interna no me permitía tomarme más de lo que fuese absolutamente necesario, por otro lado ya no me desvelaba, y me levantaba a una hora prudente, pero mientras estuviera despierta y no tuviera que haceres pendientes, la prioridad era estudiar, la computadora permanecía apagada la mayor parte del tiempo, y la utilizaba muy esporádicamente, más que para ver más opciones de escuelas y para mantenerme en contacto con las escuelas lo mismo con el teléfono, no sabía nada de mis amigos o compañeros lo que sea que fuesen ahora, y no quería pensar en ellos. Estaba muy agradecida con mi familia porque a pesar de todo me apoyaban con mi nuevo proyecto de vida, era viernes y faltaba una semana para dicho examen, en verdad, quería quedarme ahí en mi primer intento y no como hace un año, que fue durante las últimas semanas de clase que supe donde se desenvolvería mi destino.
Justo cuando estaba terminando de repasar una de las guías de la escuela, sonó el teléfono de mí casa, en un principio no le preste importancia, escuche que alguien había ido a contestar, pero yo seguía concentrada en el ejemplo de la guía analizándolo, ya me faltaba poco de la misma, los siguientes segundos, se acercaban los pasos de mi mamá a mi habitación, y me hablo – Mariana te hablan por teléfono- , eso no fue suficiente para salir de trance, conteste – estoy ocupada, que en 10 minutos me hablen. Y mi Mamá se retiro, no habían transcurrido ni 3 minutos cuando de nuevo el teléfono sonó, esta vez estaba hipnotizada por el penúltimo ejemplo, de nuevo mi mamá se acerco a mi puerta y antes de que dijera algo, conteste – En cuanto me desocupe yo hablo, por favor- Pero mi mamá respondió - Es que es otro muchacho- no quería desconcentrarme, a lo que conteste – No importa yo le hablo en un rato- y se retiro mi mamá, en otros minutos termine de leer la guía y estaba lista para responder otro examen de muestra, quizá exageraba un poco, pero realmente estaba comprometida en esto, no era ni medio día y ya estaba saturada de libros y de preguntas, pero esta vez me estaba tomando las cosas a conciencia. Lo cierto es que también necesitaba despejarme porque si no lo único que lograría sería aburrirme, y para cuando llegase el día crítico en unos días estaría ya fastidiada de lo mismo, por eso estos días serían en mi caso críticos, y no quería ser molestada, pero aparentemente el destino siempre impondrá pruebas que son en cierta forma necesarias, por cortesía regrese las llamadas.
Revise el aparato del teléfono, para ver el historial de llamadas recientes y llame al último número que era el que tenía más prisa de hablar conmigo, no me fije en el numero, y para cuando me había dado cuenta ya era tarde, sonó el tono una, dos y hasta la tercera vez contestaron.
Bueno, habla Mariana- Dije.
Hola, soy Rodrigo- me contesto del otro lado, tome cierta serenidad para contestarle.
¿De qué querías hablar conmigo? – pregunte.
No lo sé, tal vez arreglar lo que sucedió últimamente – dijo con cierta timidez.
Como no había forma de que nos viéramos pronto, era el momento de aclararlo aunque esto fuese por teléfono, aunque tampoco quería colgarme mucho, porque todavía tenía una llamada pendiente, que por obvias razones deje pendiente- Dime.
Pues no sé por dónde empezar, quiero pedirte disculpas, pero ni siquiera sé si fue realmente mi culpa o la tuya- sonaba que tenía dificultades, y a mí me olía a Viridiana a todas partes tome el control de la situación de inmediato.
Se a que te refieres- le dije- no hay disculpas que ofrecer, ni que dar por ninguna de las dos partes, porque no somos pareja, somos amigos, y sé lo que estas pensando, pero yo no pienso más así, tengo otras cosas en que pensar y no es nada contra ti de veras, pero ahorita estoy en un punto de mi vida donde es mejor que este sola, sin compromisos, tú mismo lo has dicho, pero yo no creo que sea una cuestión de actitud, si no del momento que vivimos, quizá el futuro diga otras cosas.
No lo sé, estoy confundido, no quiero dejarte ir – me dijo.
Quería terminar esto de una vez, quería quitarle la venda de los ojos- Rodrigo, puedo preguntarte algo y me contestas con toda la honestidad del mundo.
Pues adelante- me dijo.
¿Me hablaste por voluntad propia o por concejo de Viridiana?- escupí la pregunta.
Tardo unos segundos en contestar – Quería hablarte, pero sentía que tu debías hacerlo, y el tiempo se me fue y…
Ya no digas más, Viridiana te dijo que me hablaras ¿verdad? – lo rete, sin ser demasiado agresiva.
La verdad me dijo que si no te quería perder, lo hiciera, y que te dijera lo que siento por ti- me dijo un poco consternado.
Pero tú no sabes que es lo que sientes por mí – le dije.
Tan obvio soy- me dijo y soltó una risa nerviosa.
No es tu culpa, nos hemos dejado llevar, me agradas y te aprecio, no, lo cierto es que te quiero, pero no de la forma en la que lo hemos querido hacer, no somos válvulas de escape, solo nos hemos estado engañando- le dije.
Yo creo, que también te quiero, pero no te amo, sí, eso exactamente,- soltó un suspiro- ya no me siento, bueno pues me siento, sin ofender, liberado.
Si yo también, pero tengo algo pendiente aún por resolver, amigo mío, se que te va a molestar que te lo diga, pero es que no puedo permitirme estar más en esta situación, así que escúchame que esta es la razón por la que también hemos salido peleando, pero es importante, no para mí- le dije con seriedad.
Dime – me dijo sin mucho ánimo.
Siento, que Viridiana nos ha utilizado, quizá inconscientemente- le dije.
¿Lo dices por qué?- preguntó, aunque no se escuchaba muy convencido.
Mira sé que no lo quieres ver, y ella tampoco lo hace fácil, pero yo se que ustedes se traen cosas, tu confusión, su confusión, más bien nuestra, es por esa misma razón, y que se llama Viridiana, ha querido tener las cosas bajo control pues desde que nos conocimos y dimos un simple chispazo de atracción, y quizá este paranoica pero a mí, siempre me ha dado esa impresión, de querer manejar las cosas de modo que ella no sienta que se ha quedado fuera- le dije, insistiendo en las ideas que siempre he tenido al respecto.
Ah ya se a donde va esto, mira, prometo que no me enoja, principalmente porque sería hipócrita de mi parte negarlo, sobre todo con lo que acabamos de hablar, es solo que siento que es algo que debo analizar yo solo- me dijo.
Lo entiendo totalmente y estoy de acuerdo contigo, es cosa tuya, quiero hablar con Viridiana también, de verdad no lo hago con otro fin, me importan y los quiero no tienes idea de cuánto significan para mí, pero prométeme que lo vas a resolver- le dije.
Si lo hare- me dijo – pero ya me debo de ir, se me hace tarde. Y me colgó, de nuevo me quede con las ideas a medias, no podía hacer que Viridiana y Rodrigo me escucharan y eso me frustraba, pero por que les da tanto miedo aceptar sus emociones, para que tantas mentiras, y sin quererlo para retomar lo que tenía que hacer llegue a una posible explicación.
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