Y así inicie la búsqueda en cuanto estaba presentable de nuevo, busque mis viejas agendas sus teléfonos, tanto del móvil como los de su casa, bien tenía amplias opciones y lo que realmente quería era verla cuanto antes, pero si sus tradiciones siguen intactas lo más probable era que a estas alturas estuviera a punto de viajar con sus familiares de otro país, por eso también la prisa en encontrarla, el tercer numero que marque pareció funcionar. Espere algunos tonos de espera, estaba nervosa hacía mucho tiempo que no hablaba con ella, me sentía extraño como si fuera la primera vez que usaba el teléfono, escuche un ruido habían descolgado la bocina, enseguida una voz de mujer dijo – Hola, puedo ayudarle en algo- probablemente era la servidumbre de mi vieja amiga.
Tarde en responder pero rápidamente repuse – Ah buenas tardes, disculpe de pura casualidad se encuentra Andrea Caballero así.
Ah sí, ¿de parte de quien, perdón? - Me preguntaron, no dude en contestar esta vez, el nervio persistía.
De parte de Mariana, dígale – Inmediatamente escuche el llamado de la sirvienta “Señorita Andrea la busca Mariana”, espere unos segundos, es extraño el sonido que se escucha cuando recogen el teléfono para contestar.
Bueno, ¿Mariana? – Pregunto con cautela Andrea.
Ah qué bueno que te encuentro, ¿cómo has estado? – Le pregunte un poco más tranquila antes quería averiguar que tan dañada estaba nuestra amistad.
Ah bastante bien de hecho, pero que mala onda de tu parte tú nunca te acuerdas de mí, solo por internet- Me reclamo.
Solté una leve risa – No es que seamos vecinas, he estado muy ocupada- le dije con serenidad.
Aún así no me parece escusa, yo también he estado algo ocupada y aun tengo tiempo para los amigos incluso he visto a Víctor un par de veces desde que… - no la deje terminar.
Oye, ¿estás en tu casa verdad? – le pregunte, lo ideal era verla, aprovechando que tengo el auto, y mirando la ventana solo estaba chispeando, aunque la torrencial lluvia no hubiera sido impedimento.
Sí, pero… Un vez más no la deje terminar.
Sé que estas empacando, te vas a ir mañana no es cierto, mira en 30 minutos estoy haya, te ayudo a empacar nos tomamos un café y hablamos de los viejos tiempos te parece - Le dije sin darle posibilidad de negarse.
Bueno aquí te espero, pero solo por los viejos tiempos, malagradecida - me dijo.
Yo también te quiero sarnosa- le dije y le colgué, hace mucho tiempo que no le decía así.
Emprendí mi camino a la verdad tome las llaves de mi auto y di aviso a mi madre sobre mi nueva posición y mis planes – Mamá voy a salir a ver a Andrea mañana se va de viaje- No podía decir que no porque ya le había ayudado con el favor que me había pedido, ventajas de hacer las cosas bien – Me llevo el auto- se obtienen privilegios. Está bien hija pero no tardes mucho tu papá va a llegar temprano hoy – Si claro viejo cuento chino, mi papá nunca llega temprano, en fin debía concentrarme.
Como no había prisa en llegar maneje despacio, seguía cayendo la llovizna, el andar semilento de mi vehículo, todo en combinación hacia que me relajara estaba calentita en mi auto, si fuera posible me bajaría y pasearía bajo la lluvia.
Al fin llegue a mi destino con 5 minutos de sobra, pero me urgía hablar con mi antigua mejor amiga, deje el auto cerca de su puerta, y toque el timbre, su casa también era bastante grande pero a diferencia de la mía, dentro existía una gran calidez, la relación con sus papás era bastante diferente a la mía con mis viejos, en muchas ocasiones casi sin pensarlo o cuando la escuchaba quejarse de ellos siempre rezongaba para mí misma, al menos se preocupan por ella y al menos eso era lo que más envidiaba de ella, entre otras cosas.
Me abrió Andrea, eso no lo esperaba, - Hola, me dijo bastante exaltada – y me hizo pasar.
Guau, estas cambiadísima, casi no te identifique si no hubieras hablado antes, creo que me hubiera llevado un buen susto – Solo le regrese una sutil sonrisa y le dije.
Es lo que me han dicho, pero tú no has cambiado nada, creo que eso está bien – le dije.
Si pero nada comparado a ti – Resoplo.
Ya dejemos eso para después, donde está la ropa para que terminemos con esto rápido- Le dije.
Vaya que entusiasmo, ven acompáñame a mi habitación ya solo faltan unas pocas cosas – me dijo mientras subíamos las escaleras hasta su habitación, en seguida nos alcanzo su mamá – Ay Mariana, cuánto tiempo sin verte, pero estas guapísima un tanto más delgada- La mamá de mi amiga Andrea siempre tan cordial, siempre me ha dado la impresión de no agradarle tanto, y aun así se porta como un ángel conmigo – Ah señora muchas gracias, vivir y estudiar sola deja muchas horas de ayuno. Bueno pues si tienes hambre hay aperitivos en la cocina pídeselos a Andrea o a Juana vale- me dijo con una sonrisa cordial – Muchas gracias señora no se preocupe así lo hare- le conteste, - Bueno cualquier cosa estoy por aquí cerca ok- y se retiro.
¿Le dijiste a tu mamá que venía para acá?- le pregunte a Andrea.
Pues, sí- me contesto como si fuera lo más natural del mundo, bueno para su mundo lo era.
Ah lo siento, oye como esta eso de que estas saliendo con Víctor- le dije.
No es lo que tú piensas, de hecho fue idea de mi novio que lo incluyo en el grupo, están juntos has de saber, pero me sorprende lo mucho que te sigue queriendo, bueno sin que te ofendas a pesar de que te hayas olvidado de nosotros no creo que lo merezcamos– se acerco a su ropa tirada en la cama y la empezó a doblar, yo la seguí y me puse delante de ella tome una blusa y acto seguido le empecé a imitar, tras un tiempo de pensar lo que iba a decir.
Lo siento no quise abandonarles es que bueno ni siquiera sabía quién era, perdí mi identidad, pero créeme cuando te digo que jamás los he olvidado los pienso a diario – le dije.
Si pero nos ves como la causa de tus problemas, por eso nos hiciste a un lado o niégamelo – me reto.
Tal vez sin darme cuenta pero… no me dejó terminar.
Ya lo sé, olvidas que nos conocemos de hace mucho tiempo, no me lo tomes a mal pero es que a veces eres muy egoísta, solo piensas en ti, pero así eres tu – no me sentía cómoda me sentí acorralada.
Pues te equivocas no me conoces tan bien como dices, soy egoísta tal vez sí, pero también pienso en otras personas – le rete.
Como Viridiana o Rodrigo- Hice unos ojos de plato.
A ellos no los metas en esto- le rete.
Nos cambiaste por ellos- alzo un poco más la voz.
Por supuesto que no, no tienes ni idea- me estaba empezando a molestar.
Nos necesitabas y te alejaste de nosotros, y te fuiste corriendo con ellos ¿sabes cómo se les dice a los que hacen algo así?- seguía empujando.
Sabes que, hice muy bien en alejarme de ustedes, solo has confirmado lo que ya sospechaba, si quieres saber una cosa, tarde descubrí el daño que le hice y les ofrezco una disculpa por eso, pero tampoco me merezco lo que tu haces, si estas molesta porque te hago sentir traicionada como estabas apunto de llamarme, ok te lo respeto, pero no estoy dispuesta a seguir con esta amistad rota, Andrea, no te voy a negar que fuiste una luz en mi vida, pero hoy las cosas son diferentes y no podemos seguir así, adiós y gracias por recibirme- en ese momento habíamos terminado de empacar me acerque a la puerta y dije – Conozco la salida.
Espera- me dijo – Solo no vuelvas a hacerle daño a Víctor, se que está desesperado por volver a verte. Ya no dije nada no quería hacerlo, pero me costó mucho trabajo contener el “ya es muy tarde” que se formaba enérgicamente desde mi estomago, estaba muy molesta y decepcionada, pero en el fondo estaba satisfecha, porque el panorama se estaba aclarando después de todo.
Me sibí a mi coche encendí la maquina y me regrese a mi casa y cuando estaba enfrente de ella me solté a llorar, yo siempre fui la villana, yo fui la del frío y cruel corazón.
Continuara ...
Tarde en responder pero rápidamente repuse – Ah buenas tardes, disculpe de pura casualidad se encuentra Andrea Caballero así.
Ah sí, ¿de parte de quien, perdón? - Me preguntaron, no dude en contestar esta vez, el nervio persistía.
De parte de Mariana, dígale – Inmediatamente escuche el llamado de la sirvienta “Señorita Andrea la busca Mariana”, espere unos segundos, es extraño el sonido que se escucha cuando recogen el teléfono para contestar.
Bueno, ¿Mariana? – Pregunto con cautela Andrea.
Ah qué bueno que te encuentro, ¿cómo has estado? – Le pregunte un poco más tranquila antes quería averiguar que tan dañada estaba nuestra amistad.
Ah bastante bien de hecho, pero que mala onda de tu parte tú nunca te acuerdas de mí, solo por internet- Me reclamo.
Solté una leve risa – No es que seamos vecinas, he estado muy ocupada- le dije con serenidad.
Aún así no me parece escusa, yo también he estado algo ocupada y aun tengo tiempo para los amigos incluso he visto a Víctor un par de veces desde que… - no la deje terminar.
Oye, ¿estás en tu casa verdad? – le pregunte, lo ideal era verla, aprovechando que tengo el auto, y mirando la ventana solo estaba chispeando, aunque la torrencial lluvia no hubiera sido impedimento.
Sí, pero… Un vez más no la deje terminar.
Sé que estas empacando, te vas a ir mañana no es cierto, mira en 30 minutos estoy haya, te ayudo a empacar nos tomamos un café y hablamos de los viejos tiempos te parece - Le dije sin darle posibilidad de negarse.
Bueno aquí te espero, pero solo por los viejos tiempos, malagradecida - me dijo.
Yo también te quiero sarnosa- le dije y le colgué, hace mucho tiempo que no le decía así.
Emprendí mi camino a la verdad tome las llaves de mi auto y di aviso a mi madre sobre mi nueva posición y mis planes – Mamá voy a salir a ver a Andrea mañana se va de viaje- No podía decir que no porque ya le había ayudado con el favor que me había pedido, ventajas de hacer las cosas bien – Me llevo el auto- se obtienen privilegios. Está bien hija pero no tardes mucho tu papá va a llegar temprano hoy – Si claro viejo cuento chino, mi papá nunca llega temprano, en fin debía concentrarme.
Como no había prisa en llegar maneje despacio, seguía cayendo la llovizna, el andar semilento de mi vehículo, todo en combinación hacia que me relajara estaba calentita en mi auto, si fuera posible me bajaría y pasearía bajo la lluvia.
Al fin llegue a mi destino con 5 minutos de sobra, pero me urgía hablar con mi antigua mejor amiga, deje el auto cerca de su puerta, y toque el timbre, su casa también era bastante grande pero a diferencia de la mía, dentro existía una gran calidez, la relación con sus papás era bastante diferente a la mía con mis viejos, en muchas ocasiones casi sin pensarlo o cuando la escuchaba quejarse de ellos siempre rezongaba para mí misma, al menos se preocupan por ella y al menos eso era lo que más envidiaba de ella, entre otras cosas.
Me abrió Andrea, eso no lo esperaba, - Hola, me dijo bastante exaltada – y me hizo pasar.
Guau, estas cambiadísima, casi no te identifique si no hubieras hablado antes, creo que me hubiera llevado un buen susto – Solo le regrese una sutil sonrisa y le dije.
Es lo que me han dicho, pero tú no has cambiado nada, creo que eso está bien – le dije.
Si pero nada comparado a ti – Resoplo.
Ya dejemos eso para después, donde está la ropa para que terminemos con esto rápido- Le dije.
Vaya que entusiasmo, ven acompáñame a mi habitación ya solo faltan unas pocas cosas – me dijo mientras subíamos las escaleras hasta su habitación, en seguida nos alcanzo su mamá – Ay Mariana, cuánto tiempo sin verte, pero estas guapísima un tanto más delgada- La mamá de mi amiga Andrea siempre tan cordial, siempre me ha dado la impresión de no agradarle tanto, y aun así se porta como un ángel conmigo – Ah señora muchas gracias, vivir y estudiar sola deja muchas horas de ayuno. Bueno pues si tienes hambre hay aperitivos en la cocina pídeselos a Andrea o a Juana vale- me dijo con una sonrisa cordial – Muchas gracias señora no se preocupe así lo hare- le conteste, - Bueno cualquier cosa estoy por aquí cerca ok- y se retiro.
¿Le dijiste a tu mamá que venía para acá?- le pregunte a Andrea.
Pues, sí- me contesto como si fuera lo más natural del mundo, bueno para su mundo lo era.
Ah lo siento, oye como esta eso de que estas saliendo con Víctor- le dije.
No es lo que tú piensas, de hecho fue idea de mi novio que lo incluyo en el grupo, están juntos has de saber, pero me sorprende lo mucho que te sigue queriendo, bueno sin que te ofendas a pesar de que te hayas olvidado de nosotros no creo que lo merezcamos– se acerco a su ropa tirada en la cama y la empezó a doblar, yo la seguí y me puse delante de ella tome una blusa y acto seguido le empecé a imitar, tras un tiempo de pensar lo que iba a decir.
Lo siento no quise abandonarles es que bueno ni siquiera sabía quién era, perdí mi identidad, pero créeme cuando te digo que jamás los he olvidado los pienso a diario – le dije.
Si pero nos ves como la causa de tus problemas, por eso nos hiciste a un lado o niégamelo – me reto.
Tal vez sin darme cuenta pero… no me dejó terminar.
Ya lo sé, olvidas que nos conocemos de hace mucho tiempo, no me lo tomes a mal pero es que a veces eres muy egoísta, solo piensas en ti, pero así eres tu – no me sentía cómoda me sentí acorralada.
Pues te equivocas no me conoces tan bien como dices, soy egoísta tal vez sí, pero también pienso en otras personas – le rete.
Como Viridiana o Rodrigo- Hice unos ojos de plato.
A ellos no los metas en esto- le rete.
Nos cambiaste por ellos- alzo un poco más la voz.
Por supuesto que no, no tienes ni idea- me estaba empezando a molestar.
Nos necesitabas y te alejaste de nosotros, y te fuiste corriendo con ellos ¿sabes cómo se les dice a los que hacen algo así?- seguía empujando.
Sabes que, hice muy bien en alejarme de ustedes, solo has confirmado lo que ya sospechaba, si quieres saber una cosa, tarde descubrí el daño que le hice y les ofrezco una disculpa por eso, pero tampoco me merezco lo que tu haces, si estas molesta porque te hago sentir traicionada como estabas apunto de llamarme, ok te lo respeto, pero no estoy dispuesta a seguir con esta amistad rota, Andrea, no te voy a negar que fuiste una luz en mi vida, pero hoy las cosas son diferentes y no podemos seguir así, adiós y gracias por recibirme- en ese momento habíamos terminado de empacar me acerque a la puerta y dije – Conozco la salida.
Espera- me dijo – Solo no vuelvas a hacerle daño a Víctor, se que está desesperado por volver a verte. Ya no dije nada no quería hacerlo, pero me costó mucho trabajo contener el “ya es muy tarde” que se formaba enérgicamente desde mi estomago, estaba muy molesta y decepcionada, pero en el fondo estaba satisfecha, porque el panorama se estaba aclarando después de todo.
Me sibí a mi coche encendí la maquina y me regrese a mi casa y cuando estaba enfrente de ella me solté a llorar, yo siempre fui la villana, yo fui la del frío y cruel corazón.
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