Tuesday, January 12, 2010

El Erizo, Cap. 13 "Cruel Corazón", Parte II

Así en unos minutos extra termine de arreglarme y vestirme cómodamente después de todo solo iba a hacer compras, y no pude evitar recordar a mi “comunicativa” amiga Viridiana que tenía la extraña creencia de vestir como diva incluso para ir al centro comercial, eso siempre me pareció un exceso, pero era divertido recordarlo, “que me diría si me viera en este instante”, llevaba el cabello recogido, una blusa sin estampado y un pantalón de los que usábamos para ir al gym, apenas y estaba maquillada, me puse un swater porque afuera estaba helando, y de nuevo se estaba nublando, estos días tan lluviosos, no puedo evitar sentirme feliz bajo la lluvia, algunas personas bajo el sol de alguna playa son felices, pero para mí es la humedad y el frío golpeando mi piel con cada gota lo que me hace sentir viva, y sentir ese calor entre el frío es más que suficiente para dibujar una sonrisa en mi rostro, quisiera que estuviera lloviendo en este instante, aunque para que eso sucediera debe de transcurrir cuando mucho algunos minutos más.
Así subí a mi auto y llegue al centro comercial, como ha crecido el pueblo desde que me fui, no podía creer que estuvieran construyendo cerca, incluso el centro comercial tenía muchas novedades, y no podía evitar darme una vuelta para ver qué había de nuevo, mucha ropa bonita pero sin duda seguía siendo muy pueblerina, desde cuando cambiaron mis gustos, otra cosa que tal vez podría atribuirle a mi mejor amiga, como la extraño, me pregunto si seguirá ocupada, ojala la pueda contactar pronto o ella a mí, me hacía sentir tan triste lo cierto es que la extrañaba y mucho.
Y así estaba terminando las compras, mi carrito estaba lleno y me preguntaba si me alcanzaba con lo que traía o si sería más práctico recurrir a la tarjeta, con ambas opciones con riesgo de pasar un momento incomodo. Al llegar a la caja mis preocupaciones se desvanecieron apenas y me alcanzaba con el dinero que me había dado mi mamá así que no hubo necesidad de pasar un trago amargo en las cajas, lleve las compras a mi auto, eta vez fue un poco más complicada que cuando vivía sola, pues ahora llevaba más bolsas de las que podía manejar, con dificultad subí las primeras al maletero de mi compacto y dije – ¡Que difícil!
Es porque no lo haces bien- dijo una voz que inmediatamente identifique, sabía quién era pero la reacción de mi cuerpo fue tan abrumadora, que era como si el mundo de pronto desapareciera, sentía como si una bomba explotara dentro de mí, desde mi pecho sentí como un vació que iba recorriendo todo el tórax, seguido por un golpe fuerte, dentro de él mi corazón se detuvo para empezar a latir con gran fuerza, después las clásicas mariposas revoloteaban en mi estomago, y la fuerza se desvanecía de mis extremidades, como pude me voltee poco a poco y dije – Hola, no esperaba verte a ti Víctor.
No tampoco yo, me tomó por sorpresa quería hablar contigo desde hace un tiempo, ¿Cómo has estado?, te ves muy cambiada- Me sorprendió lo que me dijo, aparentemente no había leído aún lo que escribí.
Bien, muy bien de hecho, y sí ya me entere que querías hablar conmigo – y reanude lo que estaba haciendo, poner las bolsas en el maletero.
Déjame ayudarte- y tomo un par de bolsas de las más pesadas y las coloco en un rincón del maletero, - Gracias, pero dime ¿Qué es tan importante que me digas como para que te pongas grosero con mi hermano?
Ah eso, es que tu hermano a veces es un poco pesado y… - no lo deje terminar.
Mira yo sé como es mi hermano pero si vas a darme puras escusas, mejor ahórratelas porque no tengo mucho tiempo, tengo cosas que hacer así que dime que es tan importante como para que estés aquí- solo restaban algunas bolsas tome las ultimas y las acomode como pude para cerrar el maletero.
Que me equivoque – se tomo un tiempo para decirlo, pero aun así no entendí su boba respuesta.
¿En qué?- le pregunté.
En dejarte ir- No sabía cómo seguir con esto, en el fondo estas eran las palabras que esperaba escuchar de Víctor, pero ahora no sabía si quería escucharlas del todo.
Ya no me lastimes por favor solo vete- le dije en un susurro, los ojos se me llenaron de lagrimas y los sentimientos se apoderaban de mí, me sentía abrumada y apenas era capaz de realizar funciones básicas como respirar, ni si quiera me percate de que estaba empezando a llover, abrí mi carro y él me siguió hasta ahí, replicando – No espera, déjame terminar, me equivoque - yo no podía contestarle- porque creía que tú querías algo más y no quería admitir que te estaba perdiendo, siempre estabas tan distante y te deje ir aunque no quería, después me di cuenta que solo quería que te … - El sonido de mi puerta cerrándose y el golpear de las gotas de lluvia en mi parabrisas era todo lo que me quedaba, sin embargo ese pequeño y entre cortado discurso hizo su efecto sobre mí, la silueta de mi anterior pareja, mi compañero y amigo se desdibujaba y se distorsionaba por las gotas que empañaban mi ventana, encendí el auto y me sentí mareada, me sentí enamorada y me sentí tan poca cosa, tan débil, abrí mi ventana y me asome para alcanzarlo y antes de besarlo le dije – Eres tan cruel y estúpido- y lo bese de nuevo, como lo solíamos hacer, estaba lloviendo y fuerte, y el beso fue largo, lo suficiente como para que en pocos minutos terminara empapada.
Guau eso si que no lo esperaba- me dijo en cuanto termino el beso.
Ni yo tampoco, sabes creo que mejor me voy que tengo muchas cosas que hacer, y estoy empapada no me quiero enfermar- le dije.
¿Te llamó en la tarde para ver si hacemos algo?- Me pregunto.
No, definitivamente no, pero sí creo prudente que deberíamos hablar, más adelante, cuando las cosas estén más serenas - y cerré la ventana, y emprendí la retirada sin mirar atrás. No podía creer lo que acababa de suceder, no podía creer que tan fácilmente regrese a sus labios, pero es que en realidad solo me sucede esto con él, a comparación lo que siento por Rodrigo es solo un mal chiste, y lo peor era que me confundía mucho lo que estaba sucediendo, ya estoy en el fondo pero ahora no sé a dónde ir, y si antes mi pasado era una sombra hoy estaba más presente que nunca y mi futuro mucho más distante. Llegue a casa y descargue las compras cuando la lluvia perdió algo de intensidad, cuando me vio mi mamá no pudo evitar exclamar – Hija estas empapadísima.
En serio mamá, no lo había notado- Le dije, con sarcasmo inocente – Me tomo por sorpresa se soltó justo cuando empecé a subir las cosas al auto –obviamente oculte mi encuentro con mi ex.
Ah, pues te hubieras llevado un paraguas- me dijo.
Ya no importa, creo que tomare una ducha para que no me haga daño- Le dije y subí de inmediato al baño. Estaba tan acostumbrada a mojarme que esto era una cosa cotidiana para mi mamá, es un hábito que detesta de mí, y algún tiempo dejo de recriminarme por ello, pero como dije el sentir el frío en mi piel hace que sienta mi vitalidad y mi vida. Como la tormenta que causa Víctor dentro de mi corazón, también despierta la vitalidad de mi pasión dormida, pero algo si era desconcertante, yo me aleje de él porque creí que eso era lo que quería, lo que era increíble era que el hizo exactamente lo mismo, entonces sería yo la responsable de mi desdicha, acaso el mundo me traiciono el día que yo misma decidí traicionarme a mí misma, el día que decidí escapar de mi misma, el día que empecé a caer, y si así fuese estaría ahora pagando las consecuencias de esa actitud tan egoísta de querer morir sola, ante tan peligrosas cavilaciones decidí poner un alto total y encontrar la respuesta en los labios de esa persona que me conoce mejor y que por la misma razón también como el resto del mundo no está conmigo, pero si mi nueva teoría es acertada, entonces no habrá tanto problema en hacerla regresar, termine de ducharme y dije - Andrea necesito encontrar a Andrea.

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