De uno en uno mis amigos y compañeros fueron saliendo de la prueba, y eso me hacía sentir que cada grano del reloj de arena se deslizaba, no podía evitar sentir que cada grano me distanciaba un poco más de todo lo que había ganado aquí, a mis compañeros de clase y mis amigos, a Viridiana, a Rodrigo, esa angustia cobraba de nuevo fuerza, y a tiempo la pude identificar, mi primera amiga, la soledad, el abismo al que estaba cayendo siempre, seguía aquí, me acompañaba ahora en el examen, estaban cayendo las gotas de mis ojos una tras otra, cuando esto sucedió, solo unas cuantas preguntas más era todo lo que tenía, las conteste como pude, sin detenerme mucho en ellas pero era como si estuvieran grabadas en piedra y era tan doloroso y tan humillante estar en esta situación, pero ya estaba terminando, apenas era yo y otra persona en el aula, pero pronto solo era yo, no me levante me quede mirando fijamente la hoja de papel, aun sin poder creer en la fuerza que este tenía sobre mí y lo pequeña que me sentía frente a su imponente figura de papel, y eso era una estupidez, yo soy una persona, y esto es solo un papel, “un papel que decidirá el resto de mi vida” dije en un suspiro, el profesor se acerco a mí y dijo, Señorita Mariana está usted bien, ya es hora de finalizar la prueba, no lo voltee a ver, no dije nada más, me seque las lagrimas que estaban presentes y entregue el humedecido papel, el hombre tomo algunos segundos antes de decidir irse, supongo que quería decir algo pero no encontró nada que decir, y me quede en el silencio sola, entonces entro Chayo.
Estas bien has estado llorando toda la prueba - me dijo mientras se sentaba enfrente de mí.
La mire con mis ojos aun llenos de lagrimas y dije – Los voy a extrañar mucho.
Y me solté a llorar, como intuición y sin decir nada más Chayo se acerco más para poder abrazarme, no era difícil adivinar que me iba a ir, que todo esto ya no iba a ser más mío, no había porque perder más tiempo era hora de hacer las maletas, las calificaciones estarían publicadas mañana en la mañana, pero no tenía caso esperar más, las tendría preparadas para regresar a casa en cuanto comprobara que ya jamás iba a regresar. Me aparte de sus brazos, ya todos estaban ahí, Guille y Gritos, me tranquilice y sin mucho ánimo les conté la situación, lo suficiente para que no hicieran muchas preguntas al respecto y para que me dejaran ir de inmediato a mi casa, pero al mismo tiempo quería aprovechar el poco tiempo que me quedaba con ellos y disfrutarlos un poco más, compartimos un desayuno y hablaron de sus planes durante las vacaciones, era obvio que yo tendría más que solo pensar en las vacaciones, y por esa razón al terminar el desayuno ellos se fueron, Gritos me acompaño hasta el último segundo a mi auto, aunque ya no dijo mucho solo me deseo suerte en todo lo que hiciese.
Al llegar a mi departamento todo era silencio, tenía mucho que hacer, levante el desastre del día de estudio de ayer, hice algo de comer. Aún no decidía si ir a ver a Viridiana, pero después recordé que ahora tenía un guardarropa un poco más abundante del que tenía antes de llegar aquí y eso se metió en mi cabeza, por esa razón comencé a empacar, por si tenía que volverlo a hacer, y así fue una vez, otra vez y hasta una tercera sin estar si quiera cerca de poder hacer entrar todas mis adquisiciones recientes en las maletas, me sentía cansada y me senté en una silla de mi cuarto con las cosas regadas en la cama, ¿Cómo le voy a hacer? Es obvio que no me puedo llevar nada a mi casa, no me puedo llevar a mis amigos allá y otra vez estaba triste, odiaba sentirme tan sola, odiaba no acostumbrarme a la soledad, siempre estoy sola, ya basta, debo intentar llevarme todo lo que pueda me repetí, y volví a intentar empacar, esta vez parecía que iba a tener éxito, en eso tocaron a mi puerta, voltee a ver a mi reloj despertador eran las 9:00 p.m. había pasado todo el día empacando, fui a la entrada, era Viridiana.
¿Qué paso como te fue hoy, estas empacando tú también te vas? – Todas esa preguntas hicieron que zumbaran mis orejas, solo repetí como por inercia de todo aquello ¿Tu también te vas? E inmediatamente Viridiana lo interpreto como una pregunta que no esperaba más para poder contestar, estaba eufórica.
Si amiga, ayer te lo quería decir, pero hoy es ya una realidad, me voy al extranjero me gane el intercambio – el abismo se hacía más profundo.
Y yo me voy a casa – dije de nuevo llorando.
Viridiana hizo ojos de plato se quedo en silencio y de nuevo me abrazo, no sé cuantos minutos transcurrieron pero su calidez, su sola presencia eran todo lo que necesitaba, cuando me tranquilice me miro a los ojos y dijo – Pase lo que pase y este donde este, yo siempre seré tu mejor amiga, que nunca te quede duda de eso entendiste, no hables, tengo algunas cosas que arreglar aun y probablemente no pueda hablar contigo un tiempo, pero nos veremos bastante por internet por lo menos, y para ti siempre va a ser como si estuviera a una puerta de distancia.
Y se había ido sería esa la última vez que la vería en mucho tiempo, en realidad había ido esa noche para que la dos saliéramos a festejar aunque sea con café, pero como me había pasado tanto tiempo llorando ese plan perdió su viabilidad, porque a pesar de todo si tenía bastante que hacer.
Ya había terminado de hacer mis maletas, aunque había cosas que no había logrado empacar, eso incluía la ropa que inteligentemente iba a utilizar mañana que me fuera corriendo de aquí, ya eran las 11 de la noche y me disponía a irme a dormir cuando sonó mi teléfono. Corrí para contestar, era Rodrigo.
Hola – dije, sin ánimo.
Hola ¿Cómo estás? contesto – Se escuchaba bastante ruido del otro lado.
Pues resignada, ya te conto Viridiana no es así, si no, no estarías hablando- le dije
Pues sí, pero no crees que te estás dando muy pronto por vencida- me reto.
No me doy por vencida, pero esto ya se acabo estoy convencida, todo el examen estuve llorando, y no me pude controlar- le dije ya molesta.
Ok, ¿pero qué tal que no y sacas tu 9.2?- se escucharon risas detrás donde quiera que estuviera el sujeto.
Porque eso no es posible es infantil- me estaba irritando - ¿Dónde estás? Le pregunte
Festejando con unos amigos- me dijo.
Ah sí, pues diviértete mucho yo tengo mucho sueño, hasta nunca- estaba furica, le colgué el teléfono sin dejar que dijera nada más. Me sumí en mi abismo y de nuevo me puse a llorar, me arrodille junto al mueble del teléfono y llore más, me logre componer y me fui a dormir, con los ojos hinchados de tanto llorar.
Estaba sonando mi alarma eso significaba que eran las 8 de la mañana, y eso significaba que mis horas estaban contadas, ya sabía que debía hacer no tenía más caso permanecer aquí, así que ya todo estaba preparado, hice lo que tenía que hacer desayunar, asearme y prepararme conduje hacia la escuela, y permanecí un rato más en mi auto, examinando de lado a lado lo visible del campus desde el estacionamiento, aun estaba empacando, empacando recuerdos, baje del auto y recorrí cada pasillo con nostalgia ya sentía nostalgia, porque ya no sentía más esa pertenencia, ya no era más mi cole, y así llegue a la puerta del pasillo, donde estaban pegadas las calificaciones me quede admirándolas, y un viejo conocido me acompañaba, y dijo – Las publicaron hace una hora.
Lo sé- le conteste.
¿Querías estar sola? – me pregunto.
Pues en parte, pero no me molesta que estés aquí. Le dije.
Fuiste la más alta- me dijo.
Es lo que veo- le dije con la voz en un hilo.
¿No te vas a quedar verdad?- Me pregunto.
No, no con eso – mi mirada fija en el 8.9 que estaba junto a mi nombre.
Me di la vuelta y dije – Adiós Gerardo te voy a extrañar- me abrazo y no dijo nada más.
Regrese a mi carro y conduje de regreso al departamento, subí y tome el teléfono, ya tenía mucho tiempo que no hacía esto, espere a que timbrara del otro lado y después me contestaron.
Hola, papá, soy yo Mariana, ya se termino, voy para allá, falle lo siento mucho una vez más te falle- y de nuevo me solté a llorar, me estaba haciendo añicos por dentro.
Estas bien has estado llorando toda la prueba - me dijo mientras se sentaba enfrente de mí.
La mire con mis ojos aun llenos de lagrimas y dije – Los voy a extrañar mucho.
Y me solté a llorar, como intuición y sin decir nada más Chayo se acerco más para poder abrazarme, no era difícil adivinar que me iba a ir, que todo esto ya no iba a ser más mío, no había porque perder más tiempo era hora de hacer las maletas, las calificaciones estarían publicadas mañana en la mañana, pero no tenía caso esperar más, las tendría preparadas para regresar a casa en cuanto comprobara que ya jamás iba a regresar. Me aparte de sus brazos, ya todos estaban ahí, Guille y Gritos, me tranquilice y sin mucho ánimo les conté la situación, lo suficiente para que no hicieran muchas preguntas al respecto y para que me dejaran ir de inmediato a mi casa, pero al mismo tiempo quería aprovechar el poco tiempo que me quedaba con ellos y disfrutarlos un poco más, compartimos un desayuno y hablaron de sus planes durante las vacaciones, era obvio que yo tendría más que solo pensar en las vacaciones, y por esa razón al terminar el desayuno ellos se fueron, Gritos me acompaño hasta el último segundo a mi auto, aunque ya no dijo mucho solo me deseo suerte en todo lo que hiciese.
Al llegar a mi departamento todo era silencio, tenía mucho que hacer, levante el desastre del día de estudio de ayer, hice algo de comer. Aún no decidía si ir a ver a Viridiana, pero después recordé que ahora tenía un guardarropa un poco más abundante del que tenía antes de llegar aquí y eso se metió en mi cabeza, por esa razón comencé a empacar, por si tenía que volverlo a hacer, y así fue una vez, otra vez y hasta una tercera sin estar si quiera cerca de poder hacer entrar todas mis adquisiciones recientes en las maletas, me sentía cansada y me senté en una silla de mi cuarto con las cosas regadas en la cama, ¿Cómo le voy a hacer? Es obvio que no me puedo llevar nada a mi casa, no me puedo llevar a mis amigos allá y otra vez estaba triste, odiaba sentirme tan sola, odiaba no acostumbrarme a la soledad, siempre estoy sola, ya basta, debo intentar llevarme todo lo que pueda me repetí, y volví a intentar empacar, esta vez parecía que iba a tener éxito, en eso tocaron a mi puerta, voltee a ver a mi reloj despertador eran las 9:00 p.m. había pasado todo el día empacando, fui a la entrada, era Viridiana.
¿Qué paso como te fue hoy, estas empacando tú también te vas? – Todas esa preguntas hicieron que zumbaran mis orejas, solo repetí como por inercia de todo aquello ¿Tu también te vas? E inmediatamente Viridiana lo interpreto como una pregunta que no esperaba más para poder contestar, estaba eufórica.
Si amiga, ayer te lo quería decir, pero hoy es ya una realidad, me voy al extranjero me gane el intercambio – el abismo se hacía más profundo.
Y yo me voy a casa – dije de nuevo llorando.
Viridiana hizo ojos de plato se quedo en silencio y de nuevo me abrazo, no sé cuantos minutos transcurrieron pero su calidez, su sola presencia eran todo lo que necesitaba, cuando me tranquilice me miro a los ojos y dijo – Pase lo que pase y este donde este, yo siempre seré tu mejor amiga, que nunca te quede duda de eso entendiste, no hables, tengo algunas cosas que arreglar aun y probablemente no pueda hablar contigo un tiempo, pero nos veremos bastante por internet por lo menos, y para ti siempre va a ser como si estuviera a una puerta de distancia.
Y se había ido sería esa la última vez que la vería en mucho tiempo, en realidad había ido esa noche para que la dos saliéramos a festejar aunque sea con café, pero como me había pasado tanto tiempo llorando ese plan perdió su viabilidad, porque a pesar de todo si tenía bastante que hacer.
Ya había terminado de hacer mis maletas, aunque había cosas que no había logrado empacar, eso incluía la ropa que inteligentemente iba a utilizar mañana que me fuera corriendo de aquí, ya eran las 11 de la noche y me disponía a irme a dormir cuando sonó mi teléfono. Corrí para contestar, era Rodrigo.
Hola – dije, sin ánimo.
Hola ¿Cómo estás? contesto – Se escuchaba bastante ruido del otro lado.
Pues resignada, ya te conto Viridiana no es así, si no, no estarías hablando- le dije
Pues sí, pero no crees que te estás dando muy pronto por vencida- me reto.
No me doy por vencida, pero esto ya se acabo estoy convencida, todo el examen estuve llorando, y no me pude controlar- le dije ya molesta.
Ok, ¿pero qué tal que no y sacas tu 9.2?- se escucharon risas detrás donde quiera que estuviera el sujeto.
Porque eso no es posible es infantil- me estaba irritando - ¿Dónde estás? Le pregunte
Festejando con unos amigos- me dijo.
Ah sí, pues diviértete mucho yo tengo mucho sueño, hasta nunca- estaba furica, le colgué el teléfono sin dejar que dijera nada más. Me sumí en mi abismo y de nuevo me puse a llorar, me arrodille junto al mueble del teléfono y llore más, me logre componer y me fui a dormir, con los ojos hinchados de tanto llorar.
Estaba sonando mi alarma eso significaba que eran las 8 de la mañana, y eso significaba que mis horas estaban contadas, ya sabía que debía hacer no tenía más caso permanecer aquí, así que ya todo estaba preparado, hice lo que tenía que hacer desayunar, asearme y prepararme conduje hacia la escuela, y permanecí un rato más en mi auto, examinando de lado a lado lo visible del campus desde el estacionamiento, aun estaba empacando, empacando recuerdos, baje del auto y recorrí cada pasillo con nostalgia ya sentía nostalgia, porque ya no sentía más esa pertenencia, ya no era más mi cole, y así llegue a la puerta del pasillo, donde estaban pegadas las calificaciones me quede admirándolas, y un viejo conocido me acompañaba, y dijo – Las publicaron hace una hora.
Lo sé- le conteste.
¿Querías estar sola? – me pregunto.
Pues en parte, pero no me molesta que estés aquí. Le dije.
Fuiste la más alta- me dijo.
Es lo que veo- le dije con la voz en un hilo.
¿No te vas a quedar verdad?- Me pregunto.
No, no con eso – mi mirada fija en el 8.9 que estaba junto a mi nombre.
Me di la vuelta y dije – Adiós Gerardo te voy a extrañar- me abrazo y no dijo nada más.
Regrese a mi carro y conduje de regreso al departamento, subí y tome el teléfono, ya tenía mucho tiempo que no hacía esto, espere a que timbrara del otro lado y después me contestaron.
Hola, papá, soy yo Mariana, ya se termino, voy para allá, falle lo siento mucho una vez más te falle- y de nuevo me solté a llorar, me estaba haciendo añicos por dentro.
1 comment:
awww lloroo! :'( esta bn triste... pfff... [jaja ya sabía qué iba a pasar pero es muy distinto leerlo jaja bueno... ps haber que pasa despues... ush todaa una semana... grr jajaja]
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