Para cuando desperté la mayoría de mis molestias habían desaparecido, como por arte de magia, aunque aun podía sentir un poco de malestar. Inicie mi rutina de las mañanas como cualquier día normal, esta vez tomando un poco más de tiempo para poder dedicarlo al arreglo personal, lo que incluía maquillaje y control del peinado, un desayuno bien balanceado y completo, y obviamente mi dosis de efedrina para que el resfriado no me matará durante el día. Esto me dejo con un buen tiempo de salida del departamento y por ende un buen lugar de estacionamiento, estaba tan feliz que no había notado que el conductor del espacio contiguo era un reciente conocido, cuando me dirigía ya al aula note su presencia.
Hola Gritos- Dije con una sonrisa cordial.
Hola Mariana- Su expresión casi fría intentaba denotar cordialidad.
Veo que ya estas mejor, ni parece que tuvieras un resfriado-
La medicina moderna es una maravilla, podría estar muriendo y no lo parecería- dije con una sonrisa.
Pues me da mucho gusto- contestó.
¿Y a qué se debe el milagro de encontrarme contigo aquí?- Pregunté.
Pues aparte de la coincidencia, he venido a advertirte- Dijo con voz seria.
Ah, si el proyecto, algo mencionó Guille acerca de eso- dije, la noticia me cayó como balde de agua fría y lo peor era que a pesar de que estuviera bien externamente estar enferma hacía que las emociones pasaran de una a otra con tal violencia y de forma tan aplastante y contundente, que me sentía aprisionada en mi propio cuerpo, respirar era difícil, a pesar de aparentar estar sana la verdad era que aún seguía enferma.
No te preocupes, es que Chayo es muy exagerada, en general no nos fue tan mal, es solo cosa de volver a hacer casi todo, eso y va a haber un examen sorpresa- Dijo, pero no entendí si estaba bromeando o si era en serio.
¿Es en serio?
En parte, si quieres te explico lo que sé- la respuesta no era tan alentadora.
En verdad aprecio tu preocupación, pero no creo entenderle, si con trabajos entiendo durante clase, quisiera ser como tú, para entenderlo rápido- dije
No para nada- se defendió – Insisto en que no es tan complicado, y comenzó con su pequeña clase, lo dijo todo de forma gruesa pero de modo que yo lo entendiera, ambos sabíamos que eso no me iba a salvar por las características de los exámenes, pero no estaba de más el esfuerzo.
Seguimos caminando hasta llegar al Aula, pero ya no tenía miedo, de alguna manera me pude preparar mentalmente para afrontar lo que se viniera, me vino muy bien la conversación que tuve con Viridiana la noche pasada, yo también iba a dar lo mejor de mí, y quien sabe a lo mejor yo también me ganaba un intercambio, eso sí que sería genial. Pero hoy tenía que afrontar el reto que tenía por delante, estaba total y plenamente comprometida con esto, aunque las expectativas no eran altas.
Aún no habían llegado por lo que estuve con mi compañero Gritos por unos minutos más, aunque a mi parecer las conversaciones no eran su fuerte, y al menos tampoco el mío, pero era suficiente como para inventarme lo que fuera con tal de pasar el rato.
Y así transcurrieron los minutos hasta que se aparecieron mis compañeros de clase a los que ya esperaba, el primero en acercarse fue Guille – Hola Mariana- Dijo con una sonrisa en el rostro y se acerco para saludarme de beso, luego agregó – Si no hubiera hablado contigo ayer juraría que nos has tomado el pelo-
-Gracias, pero aún así sigo enferma sabes- Dije para cortar un poco el ambiente, después me dirigí a Chayo.
Mira antes de que digas algo, quiero decir que asumo la responsabilidad de lo sucedido, debí ser más responsable y no tomarlo a la ligera, pero hasta yo sé que cualquier escusa que de ahora está de más, y no te culpo por reaccionar así, yo hubiera hecho exactamente lo mismo, y sostengo lo que dije el Lunes, se los voy a compensar- Decir eso me hacía sentir más tranquila sacarlo de mi sistema era mejor, y así mi compromiso se solidificaba si me comprometía verbalmente.
Chayo analizó lo que dije pero aun así continuo con el discurso que tenía en su cabeza, se podía decir por la expresión de su rostro- Mira lo que hayas hecho o hayas dejado de hacer no es de mi incumbencia, lo importante es que en serio asumas tu responsabilidad, y si tal vez no debí reaccionar así y me da gusto que también trates de asimilar como me siento, en verdad me agradas y no quiero arruinar nuestra amistad por un estúpido trabajo- Me alegraba que todos los malentendidos se arreglaran de esta forma hablando.
Estupendo, a mí también me parece, una estupidez perder una amistad por un malentendido- Dije y me acerque a ella para abrazarla.
Para cuando termino nuestra cursi escena el profe ya había entrado al aula, y por ende la lectura estaba a punto de comenzar, así que entramos justo detrás de él para tomar nuestros respectivos asientos.
Buenos días señorita Mariana, ayer la extrañamos por acá- Dijo el profesor mientras yo tomaba asiento, solo le regrese una tonta sonrisa, pues no tenía nada que decir al respecto. Así transcurrieron las horas de tedio a las que estábamos acostumbrados hasta se me había olvidado que había examen sorpresa, gracias a la ayuda de mi amigo Gritos y las clases que recién había tomado, no me parecía un examen tan pesado como el que había hecho la semana pasada, eso no le restaba que tenía su nivel de dificultad, y la velocidad con que fuera resuelto significaba la diferencia entre mucho o poco descanso, aunque eso en realidad no me preocupaba, me concentre en cada pregunta, cada palabra, cada letra e idea que brotaba de mis neuronas, viajaba por mi cuerpo y se transcribía en el papel, pregunta tras pregunta, y los minutos se arrastraban lentamente en el silencio.
Como siempre mis dos compañeros, Guille y Gritos, fueron de los primeros en terminar, cada asiento se fue vaciando de tanto en tanto, y yo seguía concentrada, a lo lejos el silencio iba desapareciendo e iba yendo sustituido por las voces de mis compañeros que como era su costumbre comentaban sus respuestas y lo absurdo de algunas preguntas, tal vez un par de correcciones de lo que alcance a escuchar y ya estaba lista.
Los alcance no sé si tarde, pero con el tiempo justo para ir a almorzar algo, casi no hubo comentarios que no fueran del examen, pero siempre prefiero evitarlos, porque no me gusta sentir que me había equivocado, pero a pesar de eso esta vez no estaba tan perdida, que hasta me cruzo por la mente faltar más seguido solo para que Gritos me explicara.
Regresamos corriendo a clase como ya era costumbre y tomamos nuestros lugares, así transcurrió el resto del día, y casi simultáneamente el efecto de mi medicación iba decreciendo, poner atención e intentar permanecer despierta eran cosas que se odiaban a muerte, y ninguna de las dos parecía ceder, y de a poco el sueño que sentía ganaba terreno, era en parte por el estúpido resfriado.
Al final el tiempo se cumplió, llegue a mi auto casi a rastras, y como pude entre a él, el dueño del auto contiguo se despidió de mí, y yo solo moví la mano en ademán de despedida.
Aun tenía algo más que resolver este día, y necesitaba recargar las baterías para ese momento que cada vez estaba más cerca.
Llegue al departamento, la debilidad se apoderaba casi por completo de mí cuerpo, no sabía si irme a la cama o seguir con el día, de cualquier manera prepare algo ligero para el camino o bien en lo que decidía lo que iba a hacer el día de hoy; tome mi medicación para que lograra hacer efecto tenían que pasar algunas horas, aún tenía unos minutos más de espera y para tomar la decisión, pero en ese instante sonó mi teléfono.
No esperaba llamadas tan temprano pero podía imaginarme quien era.
Bueno- Dijo esa voz tan poco familiar, era difícil reconocerla sin el ruido con la que la había escuchado por primera vez.
Hola- Dije, con singular alegría, tanto que sentí vergüenza de haberlo hecho.
¿Cómo estas, escuche que te enfermaste?- Preguntó
Sí, pero descuida al menos por mi parte los planes no cambian – Dije eso en verdad, apenas hace unos minutos estaba a punto de decidir cancelarlo todo – Además tengo cosas que decirte.
Bueno, entonces te espero en la fuente que está en el centro de la plaza, en unos minutos, por cierto … - Paso bastante tiempo hasta que decidí decir algo.
¿Sucede algo?- Pregunté
No nada, nos vemos allá y te digo, ok, hasta entonces-
Hasta entonces- Y de nuevo el beep pausado del auricular indicaba que nadie me escuchaba del otro lado de la línea.
Tome mis cosas, y por alguna extraña razón mis síntomas habían desaparecido casi por completo, y eso era bastante extraño, tomando en cuenta que aun era bastante pronto para que estas hicieran efecto.
Estando ya en mi auto no podía evitar preguntarme que era, era tensión, emoción, estrés, o es que quizá si es amor, aun era muy temprano para decirse que se trataba de alguna de ellas, y no quería aceptar que cupiera la mínima posibilidad de la última opción. De cualquier manera, parecía que cualquiera de ellas era suficientemente fuerte como para hacerme fuerte, cuando en realidad estaba susceptible por el resfriado, y eso en muchos sentidos superaba a la ciencia de la medicina, sin duda alguna esto era obra de lo desconocido, se trataba de magia y hechicería, una cosa del diablo o una entidad desconocida. O tal vez, tengo mucha fiebre y estoy empezando a delirar, puse el dorso de mi mano en mi frente, pero era estúpido tomarme la temperatura de esa manera, así que no me arriesgue y regrese a mi casa para tomarme la temperatura, solo perdería algunos minutos. 37.2°era lo que marcaba el termómetro, era hasta cierto punto normal, y no un motivo para delirar, así que regrese al plan original y me puse en camino al Mall.
Hola Gritos- Dije con una sonrisa cordial.
Hola Mariana- Su expresión casi fría intentaba denotar cordialidad.
Veo que ya estas mejor, ni parece que tuvieras un resfriado-
La medicina moderna es una maravilla, podría estar muriendo y no lo parecería- dije con una sonrisa.
Pues me da mucho gusto- contestó.
¿Y a qué se debe el milagro de encontrarme contigo aquí?- Pregunté.
Pues aparte de la coincidencia, he venido a advertirte- Dijo con voz seria.
Ah, si el proyecto, algo mencionó Guille acerca de eso- dije, la noticia me cayó como balde de agua fría y lo peor era que a pesar de que estuviera bien externamente estar enferma hacía que las emociones pasaran de una a otra con tal violencia y de forma tan aplastante y contundente, que me sentía aprisionada en mi propio cuerpo, respirar era difícil, a pesar de aparentar estar sana la verdad era que aún seguía enferma.
No te preocupes, es que Chayo es muy exagerada, en general no nos fue tan mal, es solo cosa de volver a hacer casi todo, eso y va a haber un examen sorpresa- Dijo, pero no entendí si estaba bromeando o si era en serio.
¿Es en serio?
En parte, si quieres te explico lo que sé- la respuesta no era tan alentadora.
En verdad aprecio tu preocupación, pero no creo entenderle, si con trabajos entiendo durante clase, quisiera ser como tú, para entenderlo rápido- dije
No para nada- se defendió – Insisto en que no es tan complicado, y comenzó con su pequeña clase, lo dijo todo de forma gruesa pero de modo que yo lo entendiera, ambos sabíamos que eso no me iba a salvar por las características de los exámenes, pero no estaba de más el esfuerzo.
Seguimos caminando hasta llegar al Aula, pero ya no tenía miedo, de alguna manera me pude preparar mentalmente para afrontar lo que se viniera, me vino muy bien la conversación que tuve con Viridiana la noche pasada, yo también iba a dar lo mejor de mí, y quien sabe a lo mejor yo también me ganaba un intercambio, eso sí que sería genial. Pero hoy tenía que afrontar el reto que tenía por delante, estaba total y plenamente comprometida con esto, aunque las expectativas no eran altas.
Aún no habían llegado por lo que estuve con mi compañero Gritos por unos minutos más, aunque a mi parecer las conversaciones no eran su fuerte, y al menos tampoco el mío, pero era suficiente como para inventarme lo que fuera con tal de pasar el rato.
Y así transcurrieron los minutos hasta que se aparecieron mis compañeros de clase a los que ya esperaba, el primero en acercarse fue Guille – Hola Mariana- Dijo con una sonrisa en el rostro y se acerco para saludarme de beso, luego agregó – Si no hubiera hablado contigo ayer juraría que nos has tomado el pelo-
-Gracias, pero aún así sigo enferma sabes- Dije para cortar un poco el ambiente, después me dirigí a Chayo.
Mira antes de que digas algo, quiero decir que asumo la responsabilidad de lo sucedido, debí ser más responsable y no tomarlo a la ligera, pero hasta yo sé que cualquier escusa que de ahora está de más, y no te culpo por reaccionar así, yo hubiera hecho exactamente lo mismo, y sostengo lo que dije el Lunes, se los voy a compensar- Decir eso me hacía sentir más tranquila sacarlo de mi sistema era mejor, y así mi compromiso se solidificaba si me comprometía verbalmente.
Chayo analizó lo que dije pero aun así continuo con el discurso que tenía en su cabeza, se podía decir por la expresión de su rostro- Mira lo que hayas hecho o hayas dejado de hacer no es de mi incumbencia, lo importante es que en serio asumas tu responsabilidad, y si tal vez no debí reaccionar así y me da gusto que también trates de asimilar como me siento, en verdad me agradas y no quiero arruinar nuestra amistad por un estúpido trabajo- Me alegraba que todos los malentendidos se arreglaran de esta forma hablando.
Estupendo, a mí también me parece, una estupidez perder una amistad por un malentendido- Dije y me acerque a ella para abrazarla.
Para cuando termino nuestra cursi escena el profe ya había entrado al aula, y por ende la lectura estaba a punto de comenzar, así que entramos justo detrás de él para tomar nuestros respectivos asientos.
Buenos días señorita Mariana, ayer la extrañamos por acá- Dijo el profesor mientras yo tomaba asiento, solo le regrese una tonta sonrisa, pues no tenía nada que decir al respecto. Así transcurrieron las horas de tedio a las que estábamos acostumbrados hasta se me había olvidado que había examen sorpresa, gracias a la ayuda de mi amigo Gritos y las clases que recién había tomado, no me parecía un examen tan pesado como el que había hecho la semana pasada, eso no le restaba que tenía su nivel de dificultad, y la velocidad con que fuera resuelto significaba la diferencia entre mucho o poco descanso, aunque eso en realidad no me preocupaba, me concentre en cada pregunta, cada palabra, cada letra e idea que brotaba de mis neuronas, viajaba por mi cuerpo y se transcribía en el papel, pregunta tras pregunta, y los minutos se arrastraban lentamente en el silencio.
Como siempre mis dos compañeros, Guille y Gritos, fueron de los primeros en terminar, cada asiento se fue vaciando de tanto en tanto, y yo seguía concentrada, a lo lejos el silencio iba desapareciendo e iba yendo sustituido por las voces de mis compañeros que como era su costumbre comentaban sus respuestas y lo absurdo de algunas preguntas, tal vez un par de correcciones de lo que alcance a escuchar y ya estaba lista.
Los alcance no sé si tarde, pero con el tiempo justo para ir a almorzar algo, casi no hubo comentarios que no fueran del examen, pero siempre prefiero evitarlos, porque no me gusta sentir que me había equivocado, pero a pesar de eso esta vez no estaba tan perdida, que hasta me cruzo por la mente faltar más seguido solo para que Gritos me explicara.
Regresamos corriendo a clase como ya era costumbre y tomamos nuestros lugares, así transcurrió el resto del día, y casi simultáneamente el efecto de mi medicación iba decreciendo, poner atención e intentar permanecer despierta eran cosas que se odiaban a muerte, y ninguna de las dos parecía ceder, y de a poco el sueño que sentía ganaba terreno, era en parte por el estúpido resfriado.
Al final el tiempo se cumplió, llegue a mi auto casi a rastras, y como pude entre a él, el dueño del auto contiguo se despidió de mí, y yo solo moví la mano en ademán de despedida.
Aun tenía algo más que resolver este día, y necesitaba recargar las baterías para ese momento que cada vez estaba más cerca.
Llegue al departamento, la debilidad se apoderaba casi por completo de mí cuerpo, no sabía si irme a la cama o seguir con el día, de cualquier manera prepare algo ligero para el camino o bien en lo que decidía lo que iba a hacer el día de hoy; tome mi medicación para que lograra hacer efecto tenían que pasar algunas horas, aún tenía unos minutos más de espera y para tomar la decisión, pero en ese instante sonó mi teléfono.
No esperaba llamadas tan temprano pero podía imaginarme quien era.
Bueno- Dijo esa voz tan poco familiar, era difícil reconocerla sin el ruido con la que la había escuchado por primera vez.
Hola- Dije, con singular alegría, tanto que sentí vergüenza de haberlo hecho.
¿Cómo estas, escuche que te enfermaste?- Preguntó
Sí, pero descuida al menos por mi parte los planes no cambian – Dije eso en verdad, apenas hace unos minutos estaba a punto de decidir cancelarlo todo – Además tengo cosas que decirte.
Bueno, entonces te espero en la fuente que está en el centro de la plaza, en unos minutos, por cierto … - Paso bastante tiempo hasta que decidí decir algo.
¿Sucede algo?- Pregunté
No nada, nos vemos allá y te digo, ok, hasta entonces-
Hasta entonces- Y de nuevo el beep pausado del auricular indicaba que nadie me escuchaba del otro lado de la línea.
Tome mis cosas, y por alguna extraña razón mis síntomas habían desaparecido casi por completo, y eso era bastante extraño, tomando en cuenta que aun era bastante pronto para que estas hicieran efecto.
Estando ya en mi auto no podía evitar preguntarme que era, era tensión, emoción, estrés, o es que quizá si es amor, aun era muy temprano para decirse que se trataba de alguna de ellas, y no quería aceptar que cupiera la mínima posibilidad de la última opción. De cualquier manera, parecía que cualquiera de ellas era suficientemente fuerte como para hacerme fuerte, cuando en realidad estaba susceptible por el resfriado, y eso en muchos sentidos superaba a la ciencia de la medicina, sin duda alguna esto era obra de lo desconocido, se trataba de magia y hechicería, una cosa del diablo o una entidad desconocida. O tal vez, tengo mucha fiebre y estoy empezando a delirar, puse el dorso de mi mano en mi frente, pero era estúpido tomarme la temperatura de esa manera, así que no me arriesgue y regrese a mi casa para tomarme la temperatura, solo perdería algunos minutos. 37.2°era lo que marcaba el termómetro, era hasta cierto punto normal, y no un motivo para delirar, así que regrese al plan original y me puse en camino al Mall.
1 comment:
hahahaha bn malas ondas.. io queria sabes que pasaba en el Mall con Rodrigow :( hahah bueno.. ps ya otra semana, que mas da ...grrr! jaja
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