¿Qué tal si ?, ¿qué tal si?, una persona normal no puede
vivir realizando la misma pregunta una y otra vez. Pero recientemente se ha
vuelto inevitable realizarla. No pude continuar más con mis pensamientos pues
estaba siendo distraído por la persona más detestable con la que jamás había
tenido la desgracia de toparme, pero supongo que debo agradecerle por darle
cuando menos un poco de dolor a mi vida. Era mi recién ascendida jefa.
-Stevens, puedes venir un momento, ¡Roy te estoy hablando,
trae tu trasero hasta acá por favor!- gritó antes de darme tiempo de levantarme
desde mi asiento en mi cubículo, solté un leve suspiro y me encamine hasta su
oficina, alguien susurro –suerte- pero no voltee a ver quién fue, ya que el
resto del ruido seguro no era más que critica mal fundada y chismorrería del
peor de los gustos posible, no es que me importara mucho, pero ¿Cómo es que las
cosas se dieron de esta forma?
Ya estoy aquí, ¿qué sucede?- dije sin mucho ánimo siendo ya
la tercera o cuarta ocasión que acudía a esta oficina,lo primero que me traicionaba era mi racionalidad, mi mente divagaba primero al verla sentada,
tan radiante como siempre, exquisita, perfecta, mi voluntad flaqueaba y empezaba a
evocar a aquellos días cuando éramos solo unos desconocidos, pero el hecho de que
ella sea atractiva e inteligente no le da derecho a tratarme como quiera que me
trata, ni si quiera estoy seguro si alguien ha pasado por una situación
similar a la mía, pero de ser así mis más sinceras condolencias.
¿Te vas a quedar parado ahí, o vas a tomar asiento? – me
retó mientras se acomodaba en su extravagante silla de oficina.
No, permaneceré de pie, aún tengo mucho trabajo con los
encargos que dio así que por favor sea breve – le dije, tranquila y
cortésmente.
Por dios, cuanta solemnidad, pero antes solíamos ser compañeros, no quiero que se pierda esa empatía
solo porque ahora soy tu jefa- me dijo.
Y claro no podía faltar la oportunidad de restregármelo en la cara, cuanto menos sepa de ti mejor, sé que no lo haces a proposito o al menos eso quiero pensar, por lo pronto solo seré amable y paciente con ella, espero que no me malinterprete es más por mi bien que por el tuyo jefa - Oh no, yo insisto, creo que es correcto. Además, no quiero tener problemas con el resto de los compañeros, ¿qué sucede jefa?- le dijé
Y claro no podía faltar la oportunidad de restregármelo en la cara, cuanto menos sepa de ti mejor, sé que no lo haces a proposito o al menos eso quiero pensar, por lo pronto solo seré amable y paciente con ella, espero que no me malinterprete es más por mi bien que por el tuyo jefa - Oh no, yo insisto, creo que es correcto. Además, no quiero tener problemas con el resto de los compañeros, ¿qué sucede jefa?- le dijé
Ah sí, podrías darle estos papeles a Rogers y decirle que
los revise por favor - me dijo mientras
se le ponía la cara roja.
¡De nuevo jefa! esto tiene que cambiar, y pronto – le dije
mientras tomaba los papeles de sus
manos, - es en serio, no puede vivir dependiendo de mí, recuerde que yo soy
otro empleado no su secretario.
Lo siento Roy, siento tener que depender de ti, pero eres el
único en el que puedo confiar, además sabes que este puesto en realidad te … - no
la deje terminar, de todas las personas que pueden traer el tema a discusión,
ella es a la que menos me interesa escuchar.
Ya olvide eso, si no estaba lista para el puesto, no debió
tomarlo, uh lo siento, con permiso entonces - dije esas palabras sin pensarlo, de nuevo me puse a la
defensiva muy probablemente haya sonado muy agresivo, tome los papeles y decidí salir de
la oficina.
No Roy, espera, ah no, bueno quisiera que lo pudiéramos
hablar- me dijo mientras se levantaba intranquila desde su asiento, con la voz
temblando, y mis defensas hasta el tope.
Lo siento, aún tengo mucho que hacer, dejame hacer mi trabajo- le dije
mientras cerraba la puerta, escapando de nuevo, en lo único que creo que
realmente tengo algo de talento, pero incluso en situaciones como esta parece
ser la decisión más torpe, pero para mí la más segura.
Pero algo era cierto, era inevitable que algún día ambos
tendríamos que enfrentar esta situación, lempezando por la promesa, aquella que le hice el día que nos conocimos, por lo general no soy un tipo
amable y siempre he desdeñado relacionarme “hipócritamente” con el resto del
mundo, pero ella despertó un sentimiento desconocido, tarde descubrí que eso
solo me traería problemas.
Rogers, estos son para ti- dije mientras dejaba los papeles
en el escritorio del compañero.
Te lo hizo de nuevo eh, Roy - me retó Rogers, mi cubículo
quedaba frente al suyo por lo que no era raro que intentara comunicarse más de
lo que a mí me gustaría, lo que era peor es que últimamente Rogers se había
tomado la libertad de auto adjudicarse el título de amigo, creo que no tengo
que decir que esta resolución era unilateral. Pero era bueno desahogar estos
sentimientos de vez en cuando, al fin y al cabo, el tener que tener que
entablar relaciones se había vuelto absurdamente necesario estos últimos años.
Solo es temporal, ella aún tiene que adaptarse – dije sin
mucho interés en el tema.
Si pero es sospechoso, ya lleva una semana ahí, y eres el
único que la ha tratado desde entonces digo al que se dirige directamente, pero
bueno quizá eso era de esperarse de la “Reina Gelida”- me dijo.
¿Quién sabe? ¿Reina Gelida?, digo, eso es algo que esperaría de
las compañeras, ¿pero de ti, Rogers?- le rete, ciertamente no me incomodaba su apodo, y
como dije no era sorpresa que lo tuviera, después de todo era un sentimiento
que ella despertaba de forma natural, sobretodo en el sexo femenino.
Vaya Roy, si que eres sorprendente de todas las personas, yo
pensaría que serias tú el que más la tendría en contra de ella,
después de todo el jefe deberías de ser tu- me dijo.
Ya te dije que ¿Quién sabe? Y quizá por eso es que no lo soy, te apuesto que nadie de aquí se tomó la molestia de tratarla y en cuanto a los hechos pues es evidente que no era mi oportunidad, era, es y será de ella- le dije
mientras se sumía en el tecleo y la capturar de datos en el ordenador.
Cielos, Roy, ojalá algún día aceptes salir a tomar una copa – me
dijo, por enésima vez en esta semana.
Lo siento Rogers, esta semana no puedo – y de nuevo de alguna manera salía a relucir la promesa que
hice, es decir no tengo ningún inconveniente en compartir dicha información,
sin embargo una gran parte de esta involucra a la ahora jefa del departamento.
Pero era mi castigo, por tratar de ser amable, ¿por qué lo
hice? ¿Por qué acepte es más, incluso por qué se me ocurrió hacer tal proposición? ¿Por qué decidí ser
diferente en esa ocasión?
Quizá porque no quería que nada cambiara, no quería la
responsabilidad o era que me sentí inseguro en ese momento, o tal vez por ella,
de nuevo me sumí en esos pensamientos no era nada nuevo, mi suete ya estaba decidida, y lo cierto es que todo esto solo ha repercutido en que he cumplido a medias con ella, conmigo, con todo, ya no quería pensar en
eso, pero lo cierto y a pesar de la inmensa cantidad de trabajo que tenía
pendiente, tanto mío como de mi jefa aun encontraba tiempo para perder el tiempo
en la internet, redes sociales, gracias al cambio de administración estas
estaban desbloqueadas así que decidí perder el tiempo en la de mayor
popularidad en el momento, como dije antes no era del tipo de personas que solían
socializar mucho y por tanto mi numero de conocidos era extremadamente limitado
a algunos parientes, y algunos pocos “amigos” de los días de colegio, del
secundario y de la universidad mejor ni hablamos, solo digamos que hoy día sigo
agradecido de haber superado dichas fases, pero de la preparatoria aun conservaba
si bien no muy desagradables recuerdos si algunos con ligeros tonos de color en
mi vida tan gris, no era raro que de mis pocas amistades lograba reconocer
muchos otros rostros conocidos, y eso aunque lograba distraerme no evitaba que
volviera a preguntarme ¿ Y si hubiera …